domingo, 20 de noviembre de 2011

CONSEJOS DE UNA MADRE SABIA


                                    
El gofio, para los que solo lo conozcan de oído, y para aquellos que no lo conozcan en absoluto, es una harina de cereal tostado. Es decir, el grano seco, tostado después a horno o parrilla y molido hasta fina harina por último. Aunque cualquier cereal sería válido, prácticamente solo el millo (maíz) y el trigo se usan, y de éstos es el  primero, llamado aquí "de millo", el más consumido hoy en día. Su sabor a tostado casi acre es delicioso tanto con dulces como con salados, pero su olor a campo profundo embriaga.

Pasar cerca de un molino de gofio hace que tu estómago dé un brinco y haya que apaciguarlo. El "como prepararlo" es, sin embargo, algo más difícil de explicar, ya que el gofio es un ingrediente, un añadido al plato durante su elaboración o durante su consumo. Sin embargo te lo puedes "comer" directamente en un "escaldón": Calienta leche de cabra casi hasta que hierva y disuelve en ella tres o cuatro cucharadas repletas de gofio (por cada 250 cc). Remueve a fuego muy bajo hasta que espese. Quede claro que también lo puedes hacer con leche de vaca. Igualmente puedes preparar una simple "leche con gofio", leche punto arriba de tibia con gofio diluido (como si fuera cacao en polvo), mejor si espesa un punto. Angela, mi hija de veintiún meses, cena eso al menos una vez por semana (recomendado por su pediatra, aunque no hacía falta por que ella toma gofio con leche desde los seis meses). Vamos, es una "papilla" de cereales, que desde luego es genial para los bebés (sin pasarse, que mucho los engorda), pero además es el perfecto desayuno para un adulto: SON EXACTAMENTE LOS MISMOS INGREDIENTES QUE LOS "CORN FLAKES" y otros similares, encima sin colorantes, conservantes, antioxidantes y azúcar aunque algún goloso le añade una cucharadita, y bastante más barato. Lo que Angela deja se lo come su madre (a mí no me vuelve loca). Otra forma de comerte el gofio es en "pella", amasado con agua tibia y un pellizquito de sal, hasta alcanzar una consistencia de arcilla. Acompañando a la comida, pero si es de merienda le puedes añadir azúcar, y de esta última forma comí yo gofio hasta casi aborrecerlo, en mi época de estudiante. También sirve el "gofio amasao" con el queso tierno y grumoso, y de esta manera lo consumen tradicionalmente los pastores canarios que en un "zurrón" (una bolsa de pellejo de cabrito) mezclan y amasan el queso de su ganado con el gofio, y tal es su principal comida durante la jornada de pastoreo. Esto, claro, se va perdiendo, pero el sabor de esta pella un día de excursión es maravilla de maravillas. De "picoteo" se moja el queso fresco y húmedo en un platito con gofio... y a la boca, que luego queda esperando el vino. Pero la mejor forma de consumir el gofio es con los caldos y potajes.

Con el potaje de berros es un ingrediente obligatorio, o con el "puchero macho", o el de "bubangos" (calabacines),...; yo se lo pongo al potaje de lentejas siempre, y casi a cualquier otro. También puedes hacer así "pella": aparta del caldo un cucharón (como 100 cc) y mezcla y amasa con seis o siete cucharadas de gofio hasta que quede como el barro. Dale forma de pan y lo cortas en lonchas. Ideal es la pella con caldo de pescado del "Sancocho": hierve pescado desalado cubierto de papas en rodajas gruesas en abundante agua con sal, cebolla y laurel hasta que reduzca mucho. El pescado así hervido con las papas por un lado y el caldo muy caliente se mezcla con gofio y se sirve aparte (esto se llama "gofio escaldado"). Ojo: esto es más elaborado si se quiere, esto es solo una receta "base" del Sancocho. Una receta palmera basada en la pella de gofio es el Escacho: Molemos bien unas pimientas (pimientos verdes picantes) sin semillas, con sal, ajo y comino, mezclado después con una taza da aceite y un poco de vinagre (hasta aquí un mojo). Pelamos papas y las guisamos, hervidas en agua hasta que queden con la consistencia del jabón de manos, y con el añadido de cebolla picada los últimos cinco o seis minutos de hervor. Triturar las papas y mezclar con el mojo y la cebolla. El resultado debe ser aguadillo (si te queda muy seco añade caldo de las papas) y entonces mezcla con gofio hasta la textura deseada (la ideal debe ser la de la manteca y para ello se mide igualando el peso en papas con el de gofio). A esta masa le añade el palmero queso duro rallado y forma una bola que va a la mesa para acompañar, como si fuera pan, a cualquier comida: ollas, carnes, pescados,... Pero como para cuatro personas se te va una buena cantidad de gofio, déjalo no sea que al final no guste. (Ojo: el gofio enamora de flechazo, al que no le gusta, no le gusta). Por último, aunque podría seguir horas, una receta mía exclusiva y que vé aquí por primera vez la luz fuera de mi casa: Sopa de Gofio: En muy poquito aceite sofríe media cebolla picadita y cuando dore añade cuatro cucharadas de gofio y remueve hasta que todo sea una bola mezclada y tostada, entonces añade agua tibia, poco a poco y disolviendo la bola de gofio y cebolla, hasta que quede un caldo que luego dejarás hervir, añade sal y ve removiendo para que espese un puntito. Se me queda en el teclado el frangollo, el turrón de gofio, amén de alguna cazuela, incluso el helado de gofio, pero no me quiero alargar, otro día.
(Tomado de: www.deliciasdelmundo.com.ar/receta.php?receta=MjQxNg==)

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