lunes, 27 de agosto de 2012

Capitulo XXV y III


Capitulo XXV y III
Eduardo Pedro García Rodríguez



Isla Erbania (Fuerteventura)

Montañas Sagradas


En las culturas universales las montañas son consideradas uno de los símbolos religiosos y metafísicos, un icono de la elevación espiritual y del acercamiento del ser humano a la Divinidad. Desde tiempos prehistóricos, algunas montañas han sido sacralizadas por pueblos y culturas diversas, y aún hoy siguen siéndolo en aquellas sociedades consideradas como las más avanzadas tecnológicas y culturalmente.

 Naturalmente me refiero a sociedades cuyos pueblos desarrollan libremente su cultura, lo cual no es el caso de nuestro archipiélago que por el hecho de ser una colonia, nuestras ancestrales tradiciones siempre han sido despreciadas, demonizadas, ninguneadas o prostituidas por una aculturación impuesta tras la invasión y colonización de unos pueblos europeos en un principio por las fuerza de las armas y sostenida durante siglos por el terror psicológico policial e incluso militar.

La pervivencia hoy en día en Canarias del legado del guanche desde el ámbito antropológico, genético,  psicológico al espiritual, pasando por los aspectos culturales es innegable, pero desde la época de la invasión y conquista, el colonizador  le ha faltado al respeto a la memoria de nuestros ancestros.
Las montañas sagradas y las cuevas no son sino “recintos sagrados” de los misterios pasados y del misterio futuro, que habrán de ser esclarecido por una ciencia menos ciega que la que en nuestros días –a título de un saber que lo ignora todo, pues que ignora los altos problemas de la Historia y de la Psiquis– se atreve a profanar, esos templos del saber de los antepasados.

“Igual que nadie piensa hoy que los fieles de las diferentes confesiones religiosas veneran sus templos como si fueran deidades, tampoco tiene sentido considerar que las antiguas comunidades amazighes adoraban las rocas, cuevas y cumbres que integraban el amplio repertorio de sus lugares de culto. Otra cosa distinta es la lógica reverencia que se tributa al espacio donde el creyente contacta con la presencia divina que es objeto de su devoción. Sin embargo, esta constatación (tardíamente asumida por la investigación) no debe soslayar una creencia muy arraigada en esa milenaria cultura norteafricana: todo lo que existe tiene voluntad y consciencia, también aquellos elementos de la naturaleza que en el presente catalogamos como inertes. Una concepción que difumina las fronteras entre lo espiritual y lo sensible, algo muy relevante por lo que hace referencia a las rocas, pues a ellas se atribuye la representación del principio femenino de la esencia humana y la capacidad de fijar el alma vegetativa de los muertos.” (Mundo Guanche)

Tal como recoge E. Bernbaum investigador asociado de la Universidad de California, Berkeley, Estados Unidos. ”Las montañas sagradas tienen un valor especial que las hace merecedoras de ser protegidas a cualquier precio. Las creencias y actitudes que sostienen quienes las veneran pueden ser fuerzas poderosas que contribuyen a preservar la integridad del medio natural.” (E. Bernbaum)
Permítame el posible lector exponer algunos ejemplos de montañas ubicadas en diferentes países que aún hoy en pleno siglo XXI, donde impera la cultura de la tecnología y la cibernautica, tienen la consideración de Montañas Sagradas y como tales son veneradas y respetadas, muchas de estas son consideradas las casas de la Divinidad y se encuentran en emplazamientos con gran carga mística:

Monte Kailash

Pocas montañas son tan distintivas y tan emblemáticas. El conocido por “Trono de los Dioses” se encuentra en una zona muy aislada del Tibet y el viajero tan solo podrá contemplarla desde su base, ya que está prohibido pisar su cima. A cambio se realizan peregrinaciones alrededor de su perímetro. De su cumbre brotan cuatro de los ríos más grandes de Asia y es considerada sagrada por cuatro religiones: Hinduismo, Budismo, Jainismo y Bon.

Monte Sinaí

Es en este monte donde la Biblia Judeo-cristiana cuenta que Moíses recibió de su dios las Tablas de la Ley. Y aunque su posición exacta aún continúa bajo debate, no cabe duda de que esta región de la Península del Sinaí posee un magnetismo único.

El Pico de Adán

Localizado en Sri Lanka central, este monte es considerado sagrado por hindúes, budistas y musulmanes, es también es centro de peregrinación para cristianos y judíos.
Los creyentes piensan que éste simboliza la impresión de la huella de Adán, de Santo Tomás, de Buda y de Shiva. La época de mayores peregrinaciones se da en mes de abril.

La Torre del diablo

Situado en los llanos del noreste de Wyoming (USA), la Torre del Diablo es monolítico peñasco que emerge solitario sobre el horizonte. Una vez en la base, las columnas ígneas escapan verticalmente de nuestra vista, quebrándose el cielo.
La torre es considerada sagrada por muchos pueblos americanos nativos, incluyendo los Sioux, los Cheyén y los Kiowa. Durante el mes de julio se realizan ceremonias.

Uluru

Comúnmente llamado Ayers Rock, se trata posiblemente de la roca más fotografiada y más grande de toda Australia central. Técnicamente no se la considera una montaña, Uluru son los restos de una montaña muy vieja y grande que se fue erosionando con el pasar de los siglos.
Uluru es el nombre sagrado que le dieron los naturales que viven en la región. Ellos creen que este lugar es el origen de todo lo que conocen. Los Aborígenes respetan fervientemente esta montaña e invitan a los visitantes a observarla desde cerca pero a no ascenderla.

Las Montañas Sagradas de China

La milenaria cultura  guarda innumerables Montañas Sagradas dentro de esta categoría: El monte del Este o monte Taishan, el monte Song o monte Central, el monte del Oeste o monte Huashan, el monte del Norte o Monte Bei Hengshan y el Monte del Sur  Monte Nan Hengshan, son conocidas como las cinco montañas son sagradas de China. Su altitud varía entre 1.360 a 2.190 metros.
El conjunto de las cinco montañas sagradas se fueron constituyendo progresivamente y aparece bien estructurado a partir de las Dinastías del Norte y Sur entre el año 420 y 589, donde con el desarrollo del budismo y las grandes escuelas taoístas, establecieron allí numerosos templos. Los taoístas hablaron en esa época de “los dioses de las cinco montañas”.

Monte Fuji san
Majestuoso Monte Sagrado de Japón, el imperio del Sol naciente.

Monte Ararat
Büyük Agri Dagi –la gran montaña del dolor–, como conocen los turcos a esta impresionante cumbre, se corresponde con la bíblica montaña del Ararat, el majestuoso volcán, de 5.435 metros de altitud, que se alza en el extremo nordeste de la península de Anatolia, sobre suelo turco, y a pocos kilómetros de las fronteras con Armenia y Nakhitchévan.
Monte Gunung Agung
En Bali (Indonesia) constituyen el modelo del mítico monte Meru o Sumeru, que representa un eje cósmico en torno al cual está organizado el universo en la cosmología hindú y budista.

Monte Kenya
Los kikuyu de Kenya veneran la cumbre de este monte como lugar de descanso en este mundo de Ngai, o Dios.

Kilauea
Los hawaianos nativos consideran al Kilauea como el cuerpo de la diosa del volcán Pele y el intento de perforación geotérmica en la montaña como violación de su persona física.
Kailas
Para los hindúes, el monte Kailas es la morada del dios Shiva. Su esposa es Parvati, que significa “hija de la montaña”. Para los budistas tibetanos,  el monte Kailas es la pagoda de Demchog, la felicidad suprema.
Athos
Los monjes cristianos ortodoxos llaman a la península sagrada del monte Athos, en Grecia, el “Jardín de la Madre de Dios”.

Monte Koya (Koyasan)
En este monte se encuentra uno de los cementerios más impresionantes del Japón, situado en un bosque de cedros gigantes en torno al mausoleo de Kobo Daishi, el fundador del shingon o budismo esotérico.

Monte Jebel Musa
Uno de los lugares en los que se dice que estuvo enclavado el bíblico monte Sinaí, es un lugar sagrado para los peregrinos cristianos que siguen los pasos de Moisés y Elías.

Montañas de los Andes peruanos
Muchas poblaciones indígenas de la zona del Cuzco no matan a animales silvestres como las vicuñas porque creen que pertenecen al Apus, las deidades de las montañas de los Andes peruanos.

Teide


Situado en Chinech (Tenerife). Es el volcán más alto del Archipiélago Canario con sus 3.727 metros de altura, considerado sagrado desde la antigüedad por los ancestros guanches. Para los guanches este volcán es sagrado y recibe el nombre de Echeyde (que después de una castellanización, derivó en el nombre actual) que significa infierno En sus entrañas mora Guayota el genio inquieto o maléfico.

Según la tradición, Guayota secuestró a la Diosa Magek  (Diosa de la Luz y la Sol), y la llevó consigo al interior del Teide. Los ancestros guanches pidieron clemencia a Achaman (Los Cielos),  Achamán consiguió derrotar a Guayota, sacar a Magek de las entrañas de Echeyde y taponar el cráter. Dicen que el tapón que puso Achamán es el llamado Pan de Azúcar, el último cono, de color blanquecino, que corona el Teide.

Roque Idafe


En la Isla Benahuare (La Palma), dentro de la Caldera de Taburiente, que es el enorme cráter de la isla, se encuentra el Roque de Idafe. Los antiguos guanches lo veneraban y entregaban las vísceras de los animales que sacrificaban como ofrenda.

Según recoge una tradición expuesta desde una óptica etno-cristina los awuaras (palmeros) veneraban a dicho roque, considerándolo sustentador del cielo, y creían que si se derrumbaba traería consigo grandes desgracias. Por ello realizaban ofrendas con asaduras de animales mientras entonaban: Iguida iguan Idafe? (¿Dicén qué caerá el Idafe?), a lo que otro respondía Que guerte iguan taro (Dale lo que traes y no caerá). (A. Galindo)

Roque de los Muchachos
El prestigioso investigador awuara  Martín ha estudiado un marcador solar localizado en Cabeceras de Izcagua parte de un grabado rupestre, denominado por los investigadores piedra del verano, que registra la aparición del Sol del estío. El petroglifo presenta una sola cara inclinada hacia el noreste. Mide 44 centímetros de largo por 34 de ancho. “Es todo un símbolo de representación cosmomórfica”, señala Miguel Martín. Los equinoccios se establecen, explica, “mediante el alineamiento de tres amontonamientos de piedra con la montaña por donde salen los soles de primavera y otoño”. Esta montaña es, resalta, “nada más y nada menos que El Roque de Los Muchachos”. En el referido complejo, concluye, también determina el solsticio de invierno.

Venática

El santuario por antonomasia de la Isla Esero  (Hierro) lo constituye Los Santillos o Santillos de los antiguos. Lugar de veneración del pueblo bimbache dedicado a Eranoranhan y Moneiba... “No les sacrificaban; Más de rogarle para herbaje de sus ganados. Y a estos sus ídolos o dioses no los tenían hecho de alguna materia, sino solamente eran intelectuales, fingiendo que su habitación y lugar para hacerles bien eran dos peñascos largos a manera de mohones, que están en un término que llaman Bentayca, que hoy llaman Los Santillos de los Antiguos...Y así, cuando veían tardar las aguas del invierno, juntábanse en Bentayca, donde fingían estar sus ídolos, y alrededor de aquellos peñascos estaban sin comer tres días, y con el hambre lloraban y el ganado balaba, y ellos daban voces a los ídolos que les mandasen agua...”

Como en las otras islas se suplantaron los símbolos de la naturaleza para instalar la religión cristiana, aunque actualmente se siguen haciendo ritos animistas (culto a la naturaleza) utilizando símbolos judeo-cristianos.

Roque Bentayga


El Roque Bentayga es un monolito de piedra basáltica situado a una cota de 1.404 metros de altura. En sus inmediaciones podemos encontrar un lugar de culto aborigen: Almogarén. Este espacio es interpretado como un lugar para la observación de las estrellas y la Luna. Es una de las formaciones rocosas más singulares de la isla de Tamarant (Gran Canaria), cerca del roque se encuentran los antiguos asentamientos de los canarii de Cuevas del Rey y Roque Camello, que constan de un centenar de cuevas con habitaciones, enterramientos, silos, etc.
En el lado oriental de la base del roque se halla el llamado “Almogarén del Bentayga”, construcción de culto de los canarii. Un muro de piedra seca que recorre la base del roque por sus lados este y sur podría delimitar el espacio sagrado.  Recientemente se han dado a conocer varios grabados rupestres en alfabeto líbico-bereber.

Fortaleza de Chipude


Esta Fortaleza, debe corresponder con la denominación Argodey, según recoge Abreu Galindo: “...venido a noticia del rey Amaluige la entrada en su tierra y muerte de su hermano, apellidó la isla y fue en busca de los extranjeros matadores de su hermano, a los cuales acometió y dio batalla, y hizo retraer a una fuerza que dice Argodey, toda cercada de peña muy fuerte, la cual no tiene más de una entrada” (Abreu Galindo).

El ingeniero Leonardo Torriani, en su “Descripción de las Islas Canarias”, señala cómo “[...] reunieron todos los isleños, los cuales hallaron a los cristianos aislados del mar y en medio de la batalla; y los obligaron a retirarse a un sitio alto, que en lengua antigua se dice Argodei, que significa “fortaleza”, por estar formada por un risco muy alto, la cual [...] tiene entrada por un solo lado”. En términos similares se expresa Marín y Cubas.

Situada en el sector suroccidental de la isla, tiene una altitud de 1.243 metros. El primer investigador de la Fortaleza de Chipude o Argodey fue el amusnau tinerfeño Dr. Juan Bethencourt Alfonso, quien confirmó el carácter sagrado del recinto, aspecto corroborado por el antropólogo francés René Verneau. Otros investigadores posteriores insistirán en esta significación. Bethencourt Alfonso señala que: “en la superficie de esta meseta “[...] se advierte un gran número como de pequeños corrales hechos de piedra seca o sin argamasa, algunos de cantos rodados transportados de los barrancos; ya de figura circular o elíptica, que, desde luego, revelan su antigüedad [...] y una arquitectura extraña al pueblo actual”. Bethencourt, atendiendo a su “uso probable”, los clasifica como: “edificios que parecen haber servido de viviendas al hombre [...] de un metro de espesor, que fueron todos circulares, sólidamente edificados, de tres metros de diámetro, por uno y medio a dos metros de altura”. En segundo lugar, “corrales”, que estima debieron servir para encerrar ganado. El tercer grupo lo constituyen pequeños círculos de piedra, que él sospechó sirvieron para recoger líquidos, a modo de cazoletas, y que “estaban tapados como por una pequeña pirámide de piedra”. Y por último, “monumentos que fueron verdaderos ‘pireos’”. En el mejor conservado, destacó la presencia de “trozos de huesos de cabra y de cabrito calcinados, cuchillos de piedra, al parecer de fonolita, con los que sacrificaban las reses; pedazos de carbón y leña casi carbonizada que juzgamos son de brezo o tagasaste, y una piedra del tamaño de una naranja, redondeada por la mano del hombre y medio quemada, que ignoramos a qué uso se destinaría”. (B, Alfonso, 1881:355-56)

En 1973 el Departamento de Arqueología de la Universidad de La Laguna llevó a cabo una campaña de excavaciones y estudio del yacimiento Fueron excavadas siete tipos de estructuras, que responden a las siguientes categorías: cabaña circular, redil, conjunto de cabaña-redil, cabaña abrigo y hogar. La datación por Carbono 14 en una muestra de carbón vegetal dio una cronología de 470 ± 60 de la era actual. Según estos estudios, se estimó que debió de tratarse de una zona de hábitat temporal de una comunidad pastoril, que acudiría a dicha zona en busca de pastos. Además de su uso como lugar de reunión por motivos políticos, militares o religiosos.

Debido a sus especiales condiciones climáticas (viento, frío, niebla) y la carencia de agua, la antigua Argodey no estuvo poblada permanentemente.
Las referencias de las fuentes etnohistóricas nos hablan de un lugar en el que se desarrollaron unos hechos, realizando una descripción que nos acerca a lo que hoy conocemos como Fortaleza de Chipude y que los naturales llamaban Argodey.

Garajonay


Declarado Parque Nacional por la Metrópoli, enclavado en el centro de la isla y con una superficie de 3.948 hectáreas, aparece todo el año envuelto por un manto de niebla, gracias al cual se conserva el tupido bosque de laurisilva, rarísima muestra superviviente de los bosques de la Era Terciaria. El alto Garajonay, quizá precisamente por ser el punto más alto de la isla gomera es territorio sagrado para los gomeros, donde existen gran cantidad de aras rituales.

Allí parecen confluir los límites territoriales de los primitivos reinos o bandos (Ipalán, Mulagua, Agana y Orone) en que se dividía el universo socio-político guanche en La Gomera. En casos de peligro colectivo invasiones o crisis, la población se refugiaba en el Garajonay.

En cuanto a la interpretación del topónimo Garajonay el Dr. Ignacio Reyes García nos dice: “Sólo las deformaciones gráficas que ofrece la transmisión textual, Jarajona, Garagona, Garagonay, Garagonohe o Garajonay, ya dan una idea de la compleja composición de este nombre. El doctor Marín de Cubas (1694, II, 13), hemos de presumir que bien informado por la colonia gomera deportada en Gran Canaria, traslada la formulación fonética más fiable: Garagonache, esto es, Gar-g-Wunziz, pues la palatalización del radical alveolar (z > š), cambio perfectamente acreditado en la generalidad de la lengua amazighe, induce a contemplar su faringalización continental (z > z) como un fenómeno adventicio más o menos reciente. Así, el nombre de estado gar, vocalizado gara, señala el ‘hecho de ser superior, mejor o mayor’, una ‘preeminencia física o moral’ que se asocia a quien es ‘inteligente, sensato, prudente, juicioso, razonable’ y ‘clarividente’, acepción esta última atestiguada también en El Hierro, Gran Canaria y Tenerife para la base [N•Z]. Aunque un tanto más inconcreta queda la textura de esa relación entre ambos términos, enlazados por una preposición g (‘en’) que suele cumplir funciones verbales (‘tener’). De ahí que un ‘adivino que tiene, es o está en la máxima altura’ puede admitirse como la traducción más ajustada.·

En su cima existe un santuario guanche donde las Maguadas y kankus (sacerdotisas y sacerdotes de la religión guanche) realizaban los ritos y ofrendas, así como las danzas sagradas dedicadas a la Divinidad, demonizado como es habitual por la secta católica como “bailadero de las brujas”, hoy restaurado por las autoridades coloniales para ser exhibido como atractivo turístico.
Los ejemplos serían múltiples, pero creo que con los reseñados es suficiente para que el lector tenga una visión de la veneración que las culturas avanzadas muestran hacia sus Montañas Sagradas.
Que lejos están los políticos dependentistas canarios de la sensibilidad  mostrada por las culturas realmente desarrolladas por sus tradiciones inmateriales.






1 comentario:

  1. Si esta bien, pero usando mi foto de la montana de Tindaya sin ablar de esto y sin el nombre de autor que es JO HAMMER !

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