viernes, 31 de agosto de 2012

Capitulo XXVI-V




Capitulo XXVI-V
Eduardo Pedro García Rodríguez

Titoreygatra (Lanzarote)


Grabados rupestres, cazoletas y canalillos
Las primeras referencias a manifestaciones rupestres de los primitivos majos de Lanzarote se remontan al S. XIX, cuando R. Verneau menciona unos grabados en Haría, que considera obra del paso del arado y, por tanto, de fechas recientes. A esta primera cita hay que sumarle la de E. Serra (1942), con motivo del hallazgo de las estelas de Zonzamas por parte de E. Rijo, a la que le sigue la visita de S. Jiménez Sánchez. Posteriormente a ella se produce el hallazgo por parte de A. Acosta y de los hermanos Crespo, publicado por M. Pellicer (1968-69).

A partir de esta fecha, el estudio de los grabados rupestres ha evolucionado desde su utilización como instrumento que contribuyera a desvelar el enigma del poblamiento de las islas, hasta líneas de investigación más recientes, que persiguen la ardua tarea de interpretar su significado en el contexto de la propia sociedad aborigen, desde el momento en que la mayoría de los motivos son paralelizables y se hallan presentes en amplias zonas del Norte de África (Marruecos, Argelia, así como en el Sahara).

En unas declaraciones recogidas recientemente por la periodista Ana Santana y publicadas en La Opinión,es, el astrónomo Juan Antonio Belmonte hace publico un realizado junto con el astrónomo César González y la responsable del servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Lanzarote, María Antonia Perera, estudio que han presentado en el séptimo “Congreso de Patrimonio histórico, Inscripciones Rupestres y Poblamiento del Archipiélago Canario”.

En dicha ponencia los investigadores afirman que las inscripciones líbico-bereberes de Canarias revelan una gran similitud con las del antiguo reino de Numidia (actual Argelia y Túnez).  También han encontrado semejanzas sorprendentemente, con las inscripciones halladas en yacimientos del antedesierto de Libia y en los oasis del desierto occidental de Egipto.

Belmonte explica que han estudiado 25 grupos de inscripciones líbicas y bereberes en el norte de África, en países como Marruecos, Argelia, Libia, Túnez y Egipto, y en Canarias. Según estos investigadores: “La novedad de este trabajo es que recientemente se han añadido al análisis inicial el estudio de las inscripciones halladas en los oasis de Bahariya y de Selima, en Egipto, en el Antiatlas y el Alto Atlas marroquí, así como las descubiertas recientemente en la isla canaria de La Gomera”. Además se incluyen las inscripciones de Fuerteventura, Lanzarote, Gran Canaria y El Hierro; en esta última isla se halla la única muestra de alfabeto líbico bereber que se ha conseguido fechar con precisión, en el Chajasco de Guarazoca (siglo IX d.C.).

El estudio se inició con el análisis estadístico de todos los signos posibles en cada uno de los grupos analizados, y a ello se sumó la comparación de cada grupo con los signos individuales de los demás, algo similar a lo que se realiza en los trabajos genéticos.
Por el contrario, Belmonte reitera que del estudio se infiere que las inscripciones surgirían en el antiguo reino de Numidia, de donde se expandirían “casi son seguridad” por mar hacia el archipiélago canario, al antedesierto y finalmente por diversas vías al interior del Sahara.
Lanzarote es también el lugar donde se descubrieron por vez primera en las islas unas inscripciones de difícil lectura, que Muñoz (1994) ha leído como si de caracteres púnicos se tratara, en una alusión clara a una divinidad femenina tpp.24-42). Pero no es ésta la única inscripción que dentro en la zona podría ponerse en relación con el mundo feno-púnico. W. Pichler (1992: 373, 377 y 439) recoge en su Corpus varias inscripciones de la isla de Fuerteventura en las que Muñoz reconoce y traduce, por primera vez en Canarias, distintas inscrip­ciones bilingües: en púnico y líbico, siempre con alusiones a la divinidad y preferentemente a Amón (Muñoz. 1994: 34, 35 y 37). (Rodrigo Balbín Behrmann, 1995:19)

Las manifestaciones rupestres de Lanzarote la componen las estaciones de grabados, así como las de cazoletas y canalillos. De las primeras destacan sobre todo los motivos geométricos, predominando las líneas rectilíneas, unas veces figurando paralelas, haces, o reticuladas. Los temas circuliformes son poco representativos, sobresaliendo el motivo reproducido en la estela de piedra de Zonzamas en la que figuran cinco semicírculos concéntricos y en un yacimiento conocido como la Peña de María Herrera, en Haría, en la que aparecen también estos motivos circuliformes. De gran interés son también las representaciones de motivos figurativos como los podomorfos, mereciendo destacar la denominada “Piedra del Majo”, con 14 de estas representaciones, íntimamente vinculadas a la célebre “Quesera de Zonzamas”, cuya forma singular ha merecido la consideración de recinto religioso.
Las primeras referencias a manifestaciones rupestres de los primitivos majos de Lanzarote se remontan al S. XIX, cuando R. Verneau menciona unos grabados en Haría, que considera obra del paso del arado y, por tanto, de fechas recientes. A esta primera cita hay que sumarle la de E. Serra (1942), con motivo del hallazgo de las estelas de Zonzamas por parte de E. Rijo, a la que le sigue la visita de S. Jiménez Sánchez. Posteriormente a ella se produce el hallazgo por parte de A. Acosta y de los hermanos Crespo, publicado por M. Pellicer (1968-69).
No obstante, la propia ubicación de los grabados rupestres, su contexto  arqueológico inmediato y mediato, los paralelismos entre las estaciones canarias y  las norteafricanas, han llevado a la mayoría de los investigadores a no dudar de su  relación con el mundo de las creencias y prácticas mágico-religiosas. Como bien  apunta J. F. Navarro, “el hecho espiritual está muy lejos de ser monolítico. Los conceptos reflejados en los grabados rupestres son cambiantes con el paso del tiempo, pero lo son también de un individuo a otro”.
Guenia (Guatiza)
Se trata de una amplia zona caracterizada por la existencia de peñas y paredes de barrancos con grabados. En los afloramientos rocosos destacamos el lomo de Juana Gutiérrez con cuatro paneles con grabados de tipo geométrico. De carácter similar, además de una figura soliforme son los que se documentan en las peñas de la Montaña de Guenia.
En la base SE de la caldera de Guenia se encuentra la Peña de Luís Cabrera. Cuenta con cuatro paneles con grabados de tipología geométrica y alfabética líbico-bereber con la característica de tener una línea de escritura en sentido horizontal. En general, la estación posee 17 signos y 27 recurrencias. A su vez, y en función de la pátina que presenta, posee un conjunto de 15 signos probables y 19 recurrencias. En el panel I se encuentra un signo aislado.
En un afloramiento basáltico situado en la margen izquierda del barranco de las Veguetas de Guenia, cerca de su unión con el de Manguia, se localiza la estación formada por tres paneles con grabados geométricos rectilíneos, reticulados y alfabéticos tipo líbico-canario. Asimismo, existen algunos signos sueltos que corresponden a la grafía líbico-bereber.
Cerca de este lugar, y en el tramo del Barranco de Manguia conocido como Barranco Piletas, hay una estación de grabados en las paredes basálticas, compuesta por cuatro paneles con grabados geométricos y alfabetiformes, tanto de la escritura líbico-bereber como líbíco-canaria. En esta parte del barranco sobresale la formación de desniveles con fondos arenosos en su curso, apropiados para el aprovechamiento del acuífero a través de los eres, así como la formación de pilas naturales, en las que el agua de lluvia es retenida un mayor tiempo, dando origen al topónimo de “Piletas”. Esta estación se caracteriza por albergar signos de los dos tipos de escritura que a su vez presentan características invertidas como, por ejemplo, los de la escritura ubico-canaria en posición vertical. (José Cabrera et al.)
Litófonos

Están presentes por el momento en dos puntos de la isla Aunque parecen tener una finalidad sonora (tal vez como medio de comunicación o relacionados con las técnicas de musicoterapia), hay que tener en cuenta que en la Peña de Luís Cabrera, el litófono está a pocos metros de las inscripciones líbicas. Se localizan en:
Caldera Trasera (Soo)-Peña de Luís Cabrera (Guenia)
Cazoletas y/o canalillos

El otro elemento, es el mundo de las cazoletas y canalillos, que si bien pudiera tener una función muy específica relacionada con el uso o apro­vechamiento de algún elemento líquido (agua, leche), no dejan de ser “formas” talladas en la roca, como las queseras.

Cabe destacar algunas cazoletas y canales, en la zona de los Ajaches así como en El Jable. En ocasiones estas manifesta­ciones están asociadas claramente a los grabados; en Peña Humar se en­cuentran las cazoletas y canalillos junto a un grabado cruciforme y en Las Cruces una pila labrada en la roca está muy próxima a geométricos incisos. Los yacimientos más importantes con este tipo de manifestaciones son: Los Ajaches (Rubicón)-Peña Humar (El Jable)-Fiquinineo (El Jable)-Las Cruces (El Jable).

Betilos
Piedra Sagrada. Palabra proveniente del término hebreo Beth-El: Morada de Dios ó recuerdo de los Dioses. Se utiliza este nombre para señalar cualquier tipo de piedra erguida que evoca la presencia de la divinidad y el emplazamiento de un lugar sagrado.
En la mitología fenicia relatada por Sanchuniathon, uno de los hijos de Urano fue llamado Bethel. El culto a él se dio en la mayoría de las colonias fenicias incluyendo Cartago aún después de la adopción del Cristianismo, lo cual fue denunciado por el imazighen San Augustín de Hipona.
En algunas culturas semíticas también se utiliza para designar a los vestigios de meteoritos que golpeaban la tierra “piedras de rayo”.  Por extensión el término se aplica a cualquier piedra que se considere sagrada por una cultura.
Así que en las diversas culturas de la Antigüedad, las piedras sagradas son la representación de la divinidad vinculada a cultos astrales de significado agrícola. La fuerza fecunda de la tierra y de las hembras se personificaba en la Diosa Madre.
Pequeñas placas o estelas de piedra de tendencia rectangular, sobre las que se reconocen figuraciones de Tanit en Lanzarote, de las que nos ocuparemos más ampliamente en el capitulo correspondiente. (Atoche et al. 1997). 

Los Betilos, Menhires, Estelas y  Mojones están presentes en la cultura canaria bien construidos por el hombre o bien aprovechando roques naturales de características singulares  e invistiéndolo de carácter sagrado, como el Roque  Tarucho en Masca.

Para la Isla Chinech (Tenerife) Bethencourt Alfonso documenta tres de ellos en Ayesa, Arafo, así como otros en Itote, también en Arafo, y otros naturales en el Valle de Marcos en Abikure (San Andrés) llamado Peníscolo. En cuanto a los Majanos los cita en: Montaña de Corchao, cumbre de Fasnia, en la montaña de Inguafo, en la cumbre de Güímar, Teguigo, tambien en Güímar,  al pie de Yaguafo. (J. Bethencourt Alfonso, 1991:476)

Roque Bentayga
El Roque Bentayga es un monolito de piedra basáltica situado a una cota de 1.404 metros de altura. En sus inmediaciones podemos encontrar un lugar de culto canarii: Almogarén. Este espacio es interpretado como un lugar para la observación de las estrellas y el Luna.
Fortaleza de Chipude  
Esta Fortaleza natural situada en la Isla Gomera, debe corresponder con la denominación Argodey, según recoge Abreu Galindo: “...venido a noticia del rey Amaluige la entrada en su tierra y muerte de su hermano, apellidó la isla y fue en busca de los extranjeros matadores de su hermano, a los cuales acometió y dio batalla, y hizo retraer a una fuerza que dice Argodey, toda cercada de peña muy fuerte, la cual no tiene más de una entrada” (Abreu Galindo, 1977).

Garajonay
También en la Isla Gomera, enclavado en el centro de la isla. El alto Garajonay, quizá precisamente por ser el punto más alto de la isla gomera es territorio sagrado para los gomeros, donde existen gran cantidad de aras rituales.
Bentayca
 En el Hierro tienen la función de Betilos representantes de dos divinidades supremas, una masculina, Eraoranzan  que  se ocupaba de  las  cosas de  los  varones  y otra  femenina, Moneiba  a quién acudían  las mujeres, dos peñascos en el  lugar de Bentayca
Conocidos como Santillos de los Antiguos.

[…] Y a este Aranfaybo, que era el demonio, tenían ellos en lugar de santo, y era amigo de Eraorazan. Y, como salía, lo tomaba y lo llevaba debajo del tamarco a donde estaban los demás esperando con sus ganados, alrededor de aquellos peñascos; y andaban todos dando gritos y voces en procesión , a la redonda de aquellos dos riscos, y llevando el cochino debajo del tamarco. (Abreu Galindo, 1977: I,18 )

Idafe
En  la Caldera  de Taburiente  el Roque Idafe betilo natural era considerado como sagrado y algún autor ve en ello el sentido de Axis Mundi, el que sostiene el mundo y es centro de él, los  awuaras (palmeros)  creían  en  una  Diosa  suprema  llamada Abora  (La Diosa Luz), que podría identificarse con la Sol.

Además las crónicas recogen  que  en  cada  bando existía un amontonamiento de piedras donde iban  a  adorar, lo cual está confirmado por la moderna arqueología la  cual   tiene documentado  un  gran  número  de  estas construcciones con estructura diferente, pero las mayoría están formadas por un círculo de piedras clavadas verticalmente en el suelo,  rellenando  el  interior  con  cascajos.

Roque de los Muchachos
El prestigioso investigador awuara  Miguel Martín ha estudiado un marcador solar localizado en Cabeceras de Izcagua parte de un grabado rupestre, denominado por los investigadores piedra del verano, que registra la aparición del Sol del estío.
El prestigioso investigador awuara  Miguel Martín ha estudiado un marcador solar localizado en Cabeceras de Izcagua parte de un grabado rupestre, denominado por los investigadores piedra del verano, que registra la aparición de la Sol del estío.
Barcos
El tema de los grabados rupestres con representaciones de barcos, salvando la relativa polémica que ha acompañado al grabado de Gran Canaria antes comen­tado, ha estado completamente ausente de la bibliografía arqueológica en Canarias. Tras una esporádica referencia a dos yacimientos de Lanzarote con grabados con barcos (de Leonel al, 1982: 85), incluyendo la estación del Barranco del Quíquere, de la cual M. Hernández Pérez (1975: 326) sólo había publicado una foto con cruciformes, el primer y único trabajo que ha transitado este campo con cierto detalle es debido a Jiménez y Tejera (1985), presentado en el Congreso de Historia Canario-Americana de 1982, quienes publicarán las primeras representaciones de este tipo, presentes en varias estaciones de El Hierro y Tenerife.

Ese mismo año, J. de León et al. (1985: 23 y 1987: 184) comentaban su presencia en diversas estaciones de Lanzarote y Fuerteventura, presentándose la distribución para esta última isla, y un ejemplo de los mismos, por I. Hernández Paz y Ma.A. Perera (1988: 18-19).

En algunas estaciones, como Valle del Pozo y La Maleza de los Medianos de Lanzarote, si inicialmente se indica la presencia de grabados de barcos a partir de indicios (de León y Perera, 1995: 491-492
El paralelismo entre los grabados rupestres de las islas y los del continente es un hecho aceptado por los científicos desde el siglo XIX, y que modernamente ha sido corroborado por un equipo mutidiciplinar de científicos del AIC dirigidos por Juan Antonio Belmonte, que formó parte de la expedición junto al astrónomo César Esteban y las arqueólogas María Antonia Perera y Rita Marrero.
Según afirman en una entrevista publicada en un diario local: los investigadores se vieron sorprendidos por el hallazgo de decenas de inscripciones similares a las de Fuerteventura y Lanzarote. También se han encontrado grabados de podomorfos y estaciones de cazoletas, cavidades horadadas en la roca que podrían estar relacionadas con rituales de fertilidad.
Juan Antonio Belmonte precisa que en el oasis estudiado por el equipo de investigadores canarios hay miles de túmulos funerarios, algunos simples y otros más elaborados, con estelas curiosas con la forma de la palma de una mano con los dedos extendidos y otras en forma de creciente lunar, símbolos sagrados típicos del Mediterráneo. A juicio del investigador, sería interesante ampliar los estudios de las inscripciones halladas en la zona y, sobre todo, en los lugares más cercanos a la costa de Libia, en los que habitaban tribus conocidas como los Maxies o Makies, pues Belmonte recuerda que los antiguos habitantes de Fuerteventura y Lanzarote recibían la denominación de Maxos. Los yacimientos arqueológicos estudiados corresponden al antiguo pueblo de los garamantes, en el desierto de Libia,
Los garamantes fueron un pueblo de origen imazighen (bereber) que habitó en un oasis, rodeado por 400 kilómetros de desierto, conocido por los musulmanes como el río de los muertos en la región de Fezzan, actualmente en Libia, con una extensión de más de un centenar de kilómetros de este a oeste, comprimido entre el mar de dunas de Ubari y la meseta del Messak. (canariasahora.com)
Arqueo astronomía

…La quenta de el año no era otra cosa que por las lunas
Y al referirse a los naturales de Lanzarote y Fuerteventura, escribe:
Los días maiores de el año, quando hacian grandes fiestas (...) i veianlos a la madrugada el día de el maior apartamento de el Sol en el signo de Cáncer, que a nosotros corresponde el día de San Juan Bautista. (P. Gómez Escudero, 1474)
Hacian entre año (el cual contaban ellos por las lunaciones) muchas juntas generales; y el rey que a la sazón era y reinaba, les hacia el plato y el gasto de las reses, gofio, leche y manteca, que era todo lo que darse podían; ...

Cuando hacían su agosto y recogían los panes, hacían juntas y fiestas en cada reino, como en agradecimiento del bien recibido, y eran estas fiestas tan privilegiadas, que aunque hubiese guerra se podía pasar de un reino a otro seguramente a ellas.
(Fray Alonso de Espinosa, [1594] 1980)

…Pero guardauan por costumbre antigua
Por dias festiuales de cada año
Delmes de Abril, los nueue postrimeros,
Porque les diesse Dios cosecha prospera,
De frutos, y ganados, y aunque vuiesse
Guerras entre ellos, auia entoces treguas,
Con paz tranquila, en tanto que durauan
las fiestas, regozijos, y placeres.
(Viana, canto 3º, [1604] Ed. Facsimil 1996)

… Adoraban a un Dios, levantando las manos al cielo. Hacíanle sacrificios en las montañas, derramando leche de cabras con vasos que llamaban gánigos, hechos de barro ... Tenían gran cuenta con los días, por las Lunas, a quien tenían en gran veneración, y con el Sol ...[1] (Abreu Galindo, [1632] 1977)
… Contaban su año llamado Acano por las lunaciones de veinte y nueve soles desde el día que aparecía nueva, empezaban por el estío cuando el Sol entra en Cáncer,   veinte y uno de Junio en adelante la primera conjunción, y por nueve días continuos hacían grandes bailes y convites, y casamientos, habiendo cogido sus sementeras… Parece que adoraban al fuego, al Sol y a la Luna y algunas estrellas.... (Tomas Marín de Cubas [1694 ] 1993)
Con la denominada revolución agrícola el hombre tiene que inventarse el concepto tiempo. Tiene que pensar en el futuro, labrar y sembrar hoy para recoger mañana. Estos cambios implicaron una revolución en el pensamiento. El hombre toma conciencia de los ritmos superiores que rigen el cosmos.
El hombre primitivo observó que la estrella Spica, la principal de la constelación que hoy llamamos de Virgo, desaparece en el horizonte del cielo nocturno el quince de agosto, lo que coincide con el agostamiento de la vegetación. Era el tiempo de recoger el trigo ya seco y maduro. Spica vuelve a aparecer en el cielo nocturno el ocho de septiembre, coincidiendo con el momento de la sementera. La mente primitiva asoció el ciclo agrícola, del que dependía la fecundidad de las cosechas, con el de la misteriosa estrella Spica, que, de algún modo mágico, regía la alternancia estacional que hace crecer el cereal. Por eso precisamente la llamaron Spica, espiga.(personal.telefonica.terra.es/.../diosamadre/diosamadre.html)
La Arqueoastronomía es una ciencia nueva que desarrolla el estudio del conocimiento astronómico de culturas antiguas: descubrir si una civilización observaba el cielo, cuál era su calendario, si orientaba las tumbas y los templos de una manera determinada... Si se comparan patrones astronómicos en diferentes culturas se puede saber si han estado en contacto entre ellas y cómo ha evolucionado su conocimiento astronómico.
Otra definición sería la de “estudio interdisciplinario a nivel global de la astronomía prehistórica, antigua y tradicional, en el marco de su contexto cultural” (Edwin C.Krupp).
Este estudio varía mucho según si las culturas antiguas son históricas, con vestigios escritos, o prehistóricas, sin testimonio escrito. En el primer caso, su conocimiento astronómico se obtiene principalmente leyendo sus textos e interpretando la información. En el segundo, se estudian los restos materiales.
Existen diferentes tipos de estudios arqueoastronómicos. Los diagramas de orientación de templos, por ejemplo, representan su ubicación respecto al horizonte y permiten ver si hay un punto hacia el que los templos se orientan preferentemente o si su distribución es aleatoria. Es difícil relacionar los datos de orientación con la astronomía. Si los mismos patrones de orientación están repartidos por un área geográfica muy extensa, como el cielo puede ser lo único común, probablemente se pueda inferir una explicación astronómica.
Los parámetros astronómicos más utilizados por civilizaciones antiguas para la ubicación de yacimientos son los solsticios de verano e invierno y el equinoccio. El solsticio de verano y el de invierno son los dos puntos que señalan los lugares extremos de salida o puesta del Sol a lo largo del año. El Sol ya no sale más al sur ni más al norte.

El equinoccio puede ser definido de diversas maneras. Nuestro concepto de equinoccio proviene de la astronomía esférica, probablemente de los griegos, (s. III ó IV a.C) y de su intento de matematizar la posición de los astros en el cielo. La eclíptica es el círculo de la trayectoria del Sol a lo largo del año. El equinoccio tiene lugar cuando el Sol está sobre el Ecuador celeste, que es la proyección del Ecuador de la Tierra sobre el cielo. (César Esteban, 2000)
El mundo mágico y religioso guanche estaba íntimamente relacionado con los fenómenos naturales y con el ciclo vegetativo. Los cultos astrales constituyeron una constante en  todas las islas, pues según las crónicas más antiguas, la Sol y el Luna fueron venerados por los antiguos canarios, quienes seguían los movimientos de los astros del firmamento puesto que su economía agraria y pastoril dependía de los ciclos del cielo a demás de su relación cultual hacia aquello que les permitía vivir, se puede afirmar que la sociedad canaria precolonial estaba aventajada, en cuanto a la observación astronómica, con respecto a otras europeas de similar desarrollo.
Los estudios arqueo astronómicos sobre la cultura guanche precolonial de las Islas Canarias comenzaron  en  la década de los noventa del pasado siglo, a raíz del movimiento social en defensa de la ancestral cultura canaria dinamizado por una serie de asociaciones culturales de las que cabe destacar La Confederación Atlántida, Asociación Chimenchia-Tinguaro, Asociación Sociocultural Kebehi Benchomo, y Tamusni Centro de Estudios Imazighen entre otras.

Por aquellos años la sociedad canaria se vio envuelta en una encedida polémica en torno a las denominadas Pirámides canarias, localizadas en Güímar, y Los Realejo en Tenerife, Las Isletas en Gran Canaria y El Paso en la Palma, la polémica en cuestión obligó al sector al sector científico hasta la fecha inmovilista de la Universidad de La Laguna a dejar sus cómodas posiciones de investigadores de despachos y realizar algunos trabajo de campo para justificar su situación de “investigadores”, pero no sin una resistencia desmesurada por parte de aquellos que se creían únicos depositarios e interpretes de la ancestral cultura guanche, llegando incluso a hacer público un agresivo comunicado a toda pagina en un periódico local en el cual arremetían de manera inmisericorde contra las entidades privadas y personas que habían abanderado la defensa de la ancestral cultura guanche.

Posteriormente, se desato otra controversia entre la sociedad canaria y determinados individuos del sector conservador e  inmovilista científico de la Universidad de La Laguna en torno a la Piedra Zanata, llegando a rebasar el ámbito científico para derivar en el político auspiciado por los partidos sucursalitas en canarias, este enfrentamiento entre la sociedad y ciertos sectores académicos tomo tal virulencia que acabó cobrándose un victima inocente, el Ilustre Catedráticos de Estudios Árabes e Islámicos y Doctor en Filología Semítica D. Rafael Muñoz Jiménez, quien se vio envuelto en la polémica a raíz de la publicación de su libro La Piedra Zanata y el Mundo Mágico de los Guanches, en el que expone un profundo y documentado análisis de los signos contenidos en la piedra, sin que hasta el momento hayan podido desmentir científicamente los argumentos esgrimidos por este investigador. Los despiadados ataques dirigidos contra su persona por sus propios compañeros de universidad fueron de tal agresividad que agravaron irremediablemente el estado de salud de D. Rafael causándole la muerte.

Como consecuencia de dicho movimiento social, el estamento científico comenzó a interesarse por el tema, así varios investigadores honestos concienciados con la realidad cultural guanche se dedicaron al análisis de las fuentes históricas escritas posteriores a la invasión y conquista castellana de la Nación Canaria como Jiménez González (1994), Belmonte et al. (1994) y Barrios García (1997), (González Antón R. et al., 1995 y 2007), (Emiliano Bethencourt et al. 1996).

Estas referencias coinciden en la existencia de una Divinidad suprema celeste, con fuerte carácter solar, y un calendario lunisolar, aunque hay contradicciones notorias en las fuentes históricas sobre el momento preciso del comienzo del año, la mayoría de los cronistas apuntan al 21 de junio como comienzo del año guanche.

Los trabajos arqueoastronómicos de campo realizados por el grupo del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), en más de un centenar de yacimientos y en colaboración con arqueólogos canarios, confirman de forma estadística, y en algunos casos espectacular, la importancia que los elementos astrales y principalmente solares tiene en la religión guanche, aspectos que fueron expuestos en una conferencia dada en el Ateneo de La Laguna por miembros del IAC.

Los trabajos de investigación han dado como resultados más interesantes el descubrimiento de marcadores del equinoccio en varios yacimientos arqueológicos (santuarios y necrópolis) en diferentes islas de la nación. Estos marcadores se basan en que los ortos u ocasos solares en el equinoccio se producen sobre accidentes Ttopográficos destacados del horizonte local o que la sombra o la luz solar en dicho momento produce fenómenos singulares sobre elementos colocados en el  propio yacimiento.

Para la isla Titeroygatra (Lanzarote) en Zonzamas y para Erbania (Fuerteventura) en Tablero de los Majos, se han encontrado marcadores equinocciales de primer orden, lo que nos indica que el equinoccio fue un elemento muy importante en los  rituales guanches.







[1] Una cita, extraída de las anotaciones de Andrés Bernáldez, nos informa sobre este culto a “ídolos”: “En Gran Canaria, dice este historiador, había un edificio destinado a la religión; allí se veneraba aun ídolo de madera, de una longitud de media lanza, representando una mujer desnuda y puesta de manera que mostraba todas sus formas. Delante de esta Mujer se encontraba otra escultura en forma de cabra dispuesta al apareamiento, que tenía detrás un macho dispuesto a cubrirla para fecundarla. Era, delante de este grupo, donde se hacían las libaciones de leche y las ofrendas de manteca a modo de presentes y prímicias”. Parece ser que otros autores españoles tuvieron conocimiento de este homenaje rendido al poder reproductor por los antiguos habitantes de Canarias, ya que el bachiller Francisco Tamara, en su Costumbres de todas las gentes menciona templos (adoratorios) regados cada día con leche de cabra, y Lucius Marinus confirma el mismo hecho. El padre Abreu Galindo, hablando de las cabras sagradas que se destinaban al servicio de pequeñas capillas que llama almogaren, dice que se dejaba a estos animales durante todo el año con los machos a fin de que no faltara leche.

Estas representaciones de machos dispuestos a cubrir a las cabras consagradas a un servicio, recuerdan la idolatría de los antiguos cananeos que cita el Antiguo Testamento en tiempos de Jeroboam (Paralipómenes lib. II, cap. XVIII, v. 7). Estas cabras estaban cuidadas en los templos destinados al mismo oficio prohibido por el Levítico. Esta clase de escenas o sacrificios, en presencia de una estatua de mujer que parecía provocar tales actos, podían bien ser alusivos entre los antiguos canarios al culto del poder generador, y no es el único rastro de parecido que se encuentra en la historia de estas islas con lo que cuentan las tradiciones bíblicas. La larga residencia de los hebreros en el Norte de Africa, después de la emigración cananea, puede hacer suponer, como indicamos antes, una fusión de raza con tribus bereberes de origen libio, de las que muchas fueron a establecerse en las Afortunadas y transportaron las supersticiones de los cananeos fugitivos. Sabin Berthelot, 1980:138)


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