lunes, 27 de mayo de 2013

CAPITULO XII-IX





EFEMÉRIDES DE LA NACIÓN CANARIA

UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS

 

ÉPOCA COLONIAL: SIGLO XVI


DECADA 1571-1580


CAPITULO XII-IX



Guayre Adarguma Anez’ Ram n Yghasen

1573. La metrópoli les permitía a los colonos y criollos estantes en canarias comerciar con todos los puertos de las otras colonias en América, sin tener que utilizar el sistema de flotas. Asimismo podían transportar toda clase de  productos con la excepción de los esclavos y de aquellos que fuesen registrados. Sin embargo, ambas medidas quedaban constreñidas cuando se les impedía navegar con embarcaciones de más de 120 Tm. Esta etapa contrasta con los inicios de la centuria posterior en que llegó a suspenderse temporalmente la posibilidad de comerciar con aquellas colonias, como también llegó a restringirse el envío de productos a 1.000 Tm., que tenían que repartirse entre las tres islas de las llamadas de realengo: Tamaránt (Gran Canaria), Chinet (Tenerife) y Benahuare (La Palma), teniendo que renovar la concesión cada cuatro años.

También por esas mismas fechas se les restringe a los colonos y criollos canarios la posibilidad de comerciar con la totalidad de los puertos de las colonias amricanas, circunscribiéndolos a dos: Costa de Tierra Firme y Barlovento; disposición esta última que pronto quedó derogada en la práctica ya que los colonos  isleños continuaron enviando sus productos a la casi totalidad de los puertos indianos.

Una vez más las disposiciones legales iban por un lado y la realidad y la práctica cotidianas por otro. Dentro de los logros obtenidos por esas mismas fechas, a mitad del siglo XVII, estaba la concesión que obtuvieron los colonos y criollos canarios para poder regresar directamente a las islas, sin necesidad de pasar por Sevilla (España), permitiendo de esta manera a los navíos canarios escapar del control de la Casa de Contratación.

1573. Mientras navegaba por aguas de las islas Canarias, se perdió el navío Nuestra Señora La Consolación.

1573. El colono esclavista  Agustín de Herrera, Marques de Lanzarote, obtiene licencia por parte de la corona de las españas, para legitimar a sus hijos bastardos. Al no obtener sucesión por parte de la Marquesa doña Inés Benítez, seduce o fuerza a doña Bernardina de Cabrera y León, mujer de Teodoro Espelta, Genovés.
 
El adultero Marques solía frecuentar la casa de doña Bernardina, la cual, un día estando de antojo por su embarazo de 5 meses, mando a su marido a buscar fruta. A la mañana siguiente Teodoro amaneció muerto detrás de una pared de su propia casa sin signos de violencia. Todo el mundo achacaba esta muerte al Marques. A los tres meses dio a luz Doña Bernardina a Doña Juana, que se llamo de Herrera y al cabo de dos años a doña Constanza, a quienes el Marques mantenía doña Bernardina movida por el remordimiento cristiano decidió retirarse a un monasterio en la isla de Madera donde tomo el habito de Religiosa de Santa Clara. Dado que el matrimonio de los Marqueses era estéril, decidieron acoger a las hijas de doña Bernardina como suyas y haciéndolo ver así ante los ojos del pueblo. Tanto es así que en 1573 habiendo obtenido Real facultad para legitimarla doña Juana de Herrera, el Marques prefirió a doña Constanza, ya que según el esa era su hija segura ya que había sido concebida después de la muerte de Teodoro mientras que de Juana siempre después pensado que era del difunto.

Al ser doña Constanza la nueva Marquesa de la isla se convirtió en un buen partido para futuros maridos. Y este no fue otro que Gonzalo Argote de Molina, Veinticuatro de Sevilla, Provincial de la Santa Hermandad de Andalucía, asociación de asesinos profesionales al servicio de los reyes católicos. Señor de la Torre de Gil de Olid, Criado del Rey y Caballero ilustre por su nacimiento y escritos. La boda se celebro en la isla con regocijos y fiestas publicas. Años más tarde doña Juana de Herrera era desposada en la isla de Madera con don Francisco Achioli de Vasconcelos.

1573 Marzo 9.
El colono natural de Guispúzcoa Sancho de Urtarte inicia sus actividades cono escribano en el Valle de Güímar. En la colonia de Canarias después de la trata de esclavos, el clero católico y de la explotación intensiva de la tierra, las escribanías era la actividad más lucrativa, hasta el punto de que para hacerse con una de ellas se recurría a intrincadas intrigas palaciegas y cuando se podía se traspasaban o vendían por cifras astronómicas.

El primer documento realizado por el colono Sancho de Urtarte en el Menceyato de Güímar fue el siguiente:

1573 Marzo 9., lunes. San Juan de Güímar: Fol. 15 ro

Diego Núñez, clérigo presbítero, vecino de Tenerife, morador en Arafo, por la presente otorga poder cumplido, libre, llenero y bastante a Esteban Ruiz, procurador dé causas, ausente, para todos los pleitos y causas civiles y criminales ante regentes y oidores de la isla de Gran Canaria ante todos y cualesquiér jueces y justicias eclesiásticas y seglares de esta isla como en otras partés. Para presentar pleitos y apelacionés y cobrar todos y cualésquier mrs., bienes raíces y muebles, así como pan, trigo, cebada, centeno, azúcar y cañas, así sea por contratos albalaes, cuentas corrientes o cédulas de cambio. Testigos. Pedro de las Nieves, Juan Martín y Pedro Hernández, vecs., y estantes.- Firma: Diego Núñez. Derechos, gratis

La labor del escribano en la sociedad colonial en las Canarias del siglo XVI era la de dar fe en los hechos jurídicos públicos y privados. Además también intervienen de forma activa en la vida municipal y en pleitos criminales o civiles, hasta una cierta cuantía. No se realizaba ningún acto importante sin que estuviera presente para dar constancia de ello. Hay que diferenciar los escribanos oficiales que actuaban en las instituciones, como los Escribanos «Mayores» y del «Concejo», de los «Escribanos Reales» y los «Escribanos públicos del número».

Los escribanos por designación real obtenían la licencia para el desempeño de su oficio, previo examen ante el Escribano Mayor del Concejo. que versaba sobre cartas de poder, contratos y testamentos cerrados y abiertos, etc. Si el aspirante superaba las pruebas,
se informaba favorablemente al Consejo Real y su nombramiento lo concedía la Corona. El ámbito de sus actuaciones era todo el territorio real con la salvedad de no poder ejercer donde estuviera limitado el número de escribanos. Los que ejercían en 1as ciudades donde el Concejo limitaba el número de los oficios, se les denominaba «Escribanos del Número», a cada uno se le .asignaba y registraba un signo que debía usar en el ejercicio de su profesión y que validaba los documentos.

Sancho de Urtarte.

Sancho de Urtarte era natural de Fuenterrabía (Guipúzcoa), debió nacer en fechas cercanas a 1513, porque cuando llegó a Canarias era mayor de 25 años. Desempeñó varios cargos en la administración de la isla para terminar como escribano real en la Palma y Tenerife.

Las primeras referencias suyas las tenemos en 1539, actuando como testigo en la carta de dote entre Jorge Grimón y Juan Vizcaíno, cuando éste casó con Margarita Grimón y en 1540, recibiendo poder ante Juan López de Azoca, esc. Mayor del Concejo, donde el
Ldo. San Juan Verdugo, a la sazón gobernador de Tenerife y La Palma, dice que: «en nombre propio y de Antón Joven, el regidor Pedro Hernández, Alonso de Llerena y orros, dan poder especial a su ayudante Sancho de Urtarte, para que acuda a la Corte a presentar una recopilación de Ordenanzas de la isla y pedir su confirmación», encargo que cumple con éxito.

En los años siguientes de 1541 y 1542 vuelve a ser el mensajero a la Corte para solicitar la ratificación de algunas Ordenanzas y también desempeña diversos cargos en la administración, como el de teniente del gobernador del licenciado San Juan Verdugo y el de alguacil mayor.

También ya en 1541 había intervenido en defensa de los moriscos afectados por la orden de expulsión de la Corona. Por ello, ante López de Azoca, en 21 de julio, Sancho de Urtarte recibe poder de los moriscos horros, Andrés Xuáres, «el viejo», Pedro de Llerena, Hernando Nuñez, Juan de Aguirre y Francisco Henrriquez, para que vaya a la Corte con el testimonio de la información y haga los recursos procedentes, con el fin que los moriscos puedan quedarse en la isla. En mayo de 1543 el licenciado San Juan Verdugo le nombró alcalde las Bandas de Daute con poder para intervenir en causas civiles y criminales.

Desde 1554 hasta 1567 ejerce de escribano público en La Palma en el Oficio. Los documentos generados en esta escribanía no se han conservado en su totalidad y hasta ahora solamente conocemos un reducido número de documentos bastante fragmentados
en el archivo histórico de La Palma.

Podemos suponer que es durante esta época cuando Sancho establece relaciones con la familia Alarcón. En esos momentos Pedro de Alarcón era regidor en La Palma y desde 1548, en compañía del Ldo. Juan de Sta. Cruz y Marcos Roberto de Alamo habían arrendado los ingenios de Los Realejos en Tenerife y Los Sauces en La Palma. Todas estas alianzas familiares se trasladarán a Güímar a partir de la compra del ingenio por Pedro de Alarcón, afianzándose con el matrimonio en 1572 de Luís Horosco con Leonor de la Peña, hija de Pedro y Arguenta de Franquis.

Durante su estancia en La Palma, Sancho de Urtarte se desplazó a la isla de El Hierro para hacer una residencia a Alonso de Espinosa, alcalde mayor de esa isla, por comisión del señor de las islas de La Gomera y El Hierro, don Diego de Ayala. En 1574, como todavía no le había pagado, Sancho de Urtarte hizo un poder a procuradores para reclamarle.

El 12 junio de 1572 otorga testamento en los Realejos ante Juan Vizcaíno, donde dice que estaba enfermo, hace ofrendas y encarga las misas acostumbradas. Luego hace repaso de todas las cuentas que tenía pendientes, declara deber dinero a varias personas
por fianzas y por adelanto de dinero para escrituras que luego no se realizaron, a los hermanos Baltasar y Gaspar Marrero, mercaderes, vecinos en los Llanos en La Palma, 4 reales de un asno que les compró, una espada que tomó no se acuerda a quien, siendo alcalde en Garafía, pide que se pague al Mayordomo de las Penas de Cámara o a quien viniera diciendo que le pertenece. También dice que tiene dos libros de cuentas donde está anotado todo y que se pague. Pide ser enterrado en el monasterio de Candelaria y deja como heredera a María de Urtarte, su hija natural. La relación que mantiene con su paisano se refleja porque doña a Catalina la hija de Juan Vizcaíno, seis doblas.

También ese día otorga poder ante el mismo escribano a Juan López, vecino de La Palma, seguramente para liquidar algunos negocios pendientes en la Palma.

Entre esa fecha y principios de 1573 se instala en el valle de Güímar, en una casa junto a la ermita de San Juan, le acompaña su hija María y su yerno Alonso Rodríguez, quien le ayuda en la escribanía, además de otros escribanos que actúan de comisión como el guanche Hernán Pérez que reside en Candelaria del matrimonio de su hija María de Urtarte nacieron ocho hijos, algunos de ellos fallecen siendo niños y otros darán continuidad al apellido de Urtarte en Güímar.

A partir de 1580 la actividad de la escribanía va decayendo, las epidemias de peste de esos años estaban diezmando la población de las islas y también el valle de Güímar, además el hundimiento del negocio del azúcar había ocasionado la emigración de muchas familias, sin embargo, se mantiene en activo hasta finales de 1583, falleciendo entonces. No tenemos más datos de este hecho que la referencia en 1584 procedente de un documento otorgado ante Lucas Rguez. Sarmiento, donde se dice que por muerte de Sancho de Urtarte los protocolos de su escribanía habían sido recogidos por el escribano del Concejo, Simón de Azoca. Este hecho explica: el porqué la documentación de Urtarte se encuentre junto a los legajos del antiguo Cabildo y no con el resto de las escribanías de la Isla.

Los documentos:

Los originales de esta colección documental se conservan en el Archivo Municipal de La Laguna y comprenden tres carpetas con un total de 1.173 folios y algunas hojas sueltas. Son los únicos que se conservan en Tenerife de este escribano y forman un conjunto de cuadernillos que carecen de índice, lomos y guardas, comenzando el primero en el folio 15.

El estado de conservación es bueno, con la excepción de algunas hojas muy deterioradas, unos por ataques de insectos bibliófagos, y otros traspasados por la acción de las tintas metaloácidas usadas, detalles que se hacen constar en la transcripción.

Encontramos diversas variedades de papel, pero en general de buena calidad. Por el tipo de textura y grosor se reconoce que son papeles de tina. Los más gruesos han soportado mejor el paso del tiempo y los delgados son los que presentan un mayor deterioro al ataque de las tintas. Las dimensiones son de 32. cm. x 44 cm. el pliego y 32 cm. x 22 cm. la hoja, medidas frecuentes en los pliegos italianos, franceses y alemanes del siglo XVI.

Un examen a trasluz nos muestra las huellas de los puntizones, corondeles y filigranas del molde. Estos detalles identifican el fabricante y origen del papel. Los dibujos de Jas filigranas (el peregrino, mano abierta, etc.) confirman que la mayor parte de los papeles empleados en la escribanía de Sancho de Urtarte proceden de fábricas francesas o italianas.” (Miguel A. Gómez Gómez, 2000)

1573 Marzo 17, martes. San Juan de Güímar: Fol. 17 ro

Luis Horosco de Santa Cruz y doña Leonor de la Peña y Alarcón, su legítima mujer, vecinos de Tenerife en el valle y heredamiento de Güímar, ella con licencia de su marido. Dicen que tienen un siervo llamado Juan, berberisco, de veinte y ocho años y Rodrigo Hernández, canario, morador en Chicayca en el término de Güímar, le da por la libertad y ahorría del dicho Juan 100 doblas que son 50.000 mrs. de moneda de Canaria, que las recibieron en dineros de contado. Por tanto dan por libre y quito al dicho Rodrigo Hernández de las dichas 100 doblas. Por la presente dan libertad de todo cautiverio, servidumbre y sujeción al dicho Juan. Hecha en las casas de la morada de los otorgantes.- Tgos. Hernando de Alarcón, Magros Martín, Sebastián González, purgador, Pero González, herrero y Alonso Pérez, vecs. y estantes.- Firman: Luís Horosco de Santa Cruz -Leonor de la Peña. Derechos, un cuarto de carnero que le dio Juan de Avila.
(Miguel A. Gómez Gómez, 2000)


1573 Marzo, 17, Marte. San Juan de Güímaf: Fol. 19 rº

Rodrigo Hernández, canario, morador en Chicayca, que es en el término de Güímar, dice que por hacerle merced, Luís Horosco de Santa Cruz y su mujer doña Leonor de Alarcón, hoy áhorraron y dieron carta de libertad a Juan, morisco, siervo de los dichos Luís y Leonor, por precio de cien doblas.. Aunque en la dicha carta de ahorría se dieron por contentos y pagados y a él dieron por libre y quito, y también al dicho Juan, morisco, en realidad les quedó debiendo cincuenta y tres doblas de esta moneda de Canaria, las cuales dará y pagará al plazo de yuso en esta isla. Para ello hace debida deuda ajena por propias de él, y las cuarenta y siete que restan, les dará diez en dineros de contado y las treinta y siete de resto a cumplimiento de las dichas cuarenta y siete, Luís Horosco de Santa Cruz está contento de recibirlas de la señora Arguenta de Franquis, las cuales ella debe a Juan Gómez, mallorquín, de desburgas que ha hecho. Las dichas doblas las dará y pagará en dineros de contado, cuando se las pida y demande.- Tgos. Magros Martín, Hernando de Alarcón y Diego Pérez Betancor, vecs. Firma: Rodrigo Hernández. Derechos, un real y medio. (Miguel A. Gómez Gómez, 2000)



1573 Marzo23. martes. San Juan de Güímar: Fol. 21 ro

Luís Horosco de Santa Cruz, morador en el heredamiento e ingenio de Güímar, dice que Marcos de Almao y Jerónimo de Vandeval, vecinos de la Palma, le deben doscientas doblas de resto de mayor cuantía, según consta por la escritura pública que otorgaron en favor de Luis Horosco ante Bartolomé Morel, esc. de S.M, y público de la dicha isla.

Por la presente otorga todo su poder a Rodrigo Gervellón de Santa Cruz, su hermano, vecino de la Palma, ausente, para que en su nombre pueda cobrar de los dichos Marcos Roberto y Jerónimo de Vandevallas doscientas doblas, y de lo que cobrare, dar carta de pago y finiquito. Se da por contento de las doscientas doblas por cuanto ya las recibió de su hermano.- Tgos. Diego Hernández, natural de Ponte de Lima, Mateos López y Diego Pérez Betancor, vecs. y estantes. Firma: Luís Horosco de Santa Cruz.
Derechos y saca, real y medio. (Miguel A. Gómez Gómez, 2000)


1573  Abril 7., martes. San Juan de Güímar: Fol. 22 ro

Pero Báez, morador en Arafo, por esta carta da poder general a Alonso Martín, zapatero, morador en la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, que está ausente, para que lo represente en todos los pleitos y causas civiles y criminales que él tiene y espera tener.

También le da poder para parecer ante S.M. y ante los señores de su muy alto Concejo, presidentes, oidores de la audiencia y ante los señores regentes y oidores que residen en la isla de Gran Canaria. Hecha en las casas de la morada de Alonso Rodríguez.- Tgos. Sebastián González, Juan Martín y Andrés de Valladolid, vecs. y estantes. Firma: por no saber escribir el otorgante, Juan Martín. Registro y saca, real y medio. (Miguel A. Gómez Gómez, 2000)

1573 Abril 11., sábado. San Juan de Güímar: Fol. 24 rº

Arguenta de Franquis Luzardo, viuda de Pedro de Alarcón, moradora en el valle y heredamiento de San Juan de Güímar, término y jurisdicción de San Cristóbal de La Laguna, en esta isla de Tenerife. Dice que ella y sus hijos, Hernando de Alarcón y Leonor de la Peña y los hijos de Pedro de su anterior matrimonio, Martín de Alarcón y Francisco de Alarcón214, tienen en Agacbe un hato de ovejas, en que habrán 146 de más de dos años, parideras, con más seis carneros para padres. Por la presente lo arriendan a Francisco Hernández de Sepúlveda, morador en el pueblo de Ntra. Sra. de Candelaria, por el tiempo de seis años desde hoy día de esta carta. La renta del arrendamiento es de 28 carneros, un quintal y medio de lana y seis quesos buenos, siendo la primera paga el día de Pascua Florida de 1574, en el beneficio de San Cristóbal. Las pérdidas de ganado por causa natural serán por cuenta de Argenta y los suyos, con la condición que Francisco Hernández tiene que presentar de la res muerta el cuero y la marca. Francisco Hernández hipoteca sus bienes en cumplimiento del arrendamiento.- Tgos. Alonso Pérez, Francisco Martín y Diego Pérez Betancor, vecs. y
estantes. Firman: por no saber, Francisco Martín -Arguenta de Franquis. Registro, dos reales. (Miguel A. Gómez Gómez, 2000)


1573 Mayo 7., miércoles. San Juan de Güímar: Fol26 ro

Polonia Pérez Texera, moradora en el valle de Güímar, en Tenerife, dice que es hija de Juan Pérez y de Violante Texera, vecinos.

Declara que ella hace unos ocho años que se casó de forma clandestina con Juan González, labrador, hijo de Sebastián González, portugués, vecino de la feligresía de la Punta de Doni en el arzobispado de Braga, en el reino de Portugal. Asimismo declara que cuando se casó con él lo hizo clandestinamente y creyendo que era soltero. Después pareció que antes que se casara con ella ya era casado con Cecilia González, vecina de la feligresía de Loredo, en el mismo arzobispado y era viva, por lo tanto el matrimonio de Polonia es nulo. Por esta carta da poder especial a su hermano Luís Pérez, que está presente y a Juan de Barbosa, ausente, para que en su nombre puedan parecer ante la justicia del señorío y reino de Portugal y solicitar que se declare por un juez competente que cuando ella se casó su marido ya estaba casado con Cecilia González y no hubo efecto el dicho matrimonio. También que pidan y se declare que ella se puede casar como persona que no está sujeta a matrimonio. Polonia Pérez tiene 25 años. Hecha estando en las casas de la morada de Alonso Rodríguez, labrador.- Tgos. Juan Martín, Alonso Pérez y Alonso Rodríguez, vecs. y estantes. Firma: Juan Martín, porque la otorgante no sabía escribir. Derechos, un real. (Miguel A. Gómez Gómez, 2000)


1573 Mayo 25., domingo -San Juan de Güímar: Fol. 28 ro

Domingos Afonso, dice que debe a Diego Hernández, natural de la villa de Ponte de Lima, en Portugal, que al presente mora en el valle y heredamiento de Güímar, dos fanegas y media de trigo candeal o arisnegro de la cosecha de este año, que ha de ser entregado de hoy en veinte días, puesto en la casa de Gabriel Cataño, en Chímazo, que es en Candelaria, por razón de una espada con su vaina y talabarte de lo cual Sancho de Urtarte es testigo y da fe que se lo entregó.- Tgos. Alonso Rodríguez, Pero González y Baltasar Díaz, vecs., y estantes. Derechos, un real.
[Al margen ]

En el valle y heredamiento de Güímar, en 5 de julio de 1573, ante Sancho de Urtarte, pareció presente Diego Hernández, y declara le da por libre por haber recibido de Domingos Afonso las dos fanegas y media de trigo candeal. Tgos. Alonso Rodríguez de
Güímar, Marcos González y Francisco Martín, vecs., y estantes. (Miguel A. Gómez Gómez, 2000)

1573 Mayo 26.
Al tomar posesión el primer Gobernador-Capitán que tuvo la isla de Tenerife D. Juan Álvarez de Fonseca, comenzó a estudiar las defensas de las dos islas de Tenerife y La Palma, y avisado del peligro de ataques de piratas, reclamó los servicios del Ingeniero Juan Alonso Rubián, quien compareció por segunda vez en La Laguna el 7 de Junio de 1573 y estimó debería repararse el terraplén de la fortaleza de Santa Cruz, y hacer una nueva fortificación que podía ser un pequeño fuerte alrededor de la Ermita para defensa de la misma, resguardo de la fortaleza y apoyo de las operaciones que pudieran realizarse en torno a la caleta de Blas Díaz, para lo cual se hacía preciso derribar unas pequeñas casas próximas a la ermita: llevado a cabo la medición, diseño y proyecto del Fuerte de Nuestra Señora de la Consolación el 9 de Julio de 1573, se despidió Rubián del Cabildo tras de recibir 40 doblas de oro como estipendio por su trabajo. Adquiridas las casas, se acordó recabar de nuevo los auxilios de este Ingeniero, que llegó por tercera vez a La Laguna el 12 de Febrero de 1574, y «...en 8 de Marzo de I574, entró en el Cabildo Juan Alonso Rubián, Ingeniero de S.M. y mostró los modelos de la fuerza que está fecha en el Puerto de Santa Cruz, uno de madera é otro en papel, e dice que así le parece es la fuerza que S.M. le manda hacer en dicho puerto: mostró otro modelo de la Fuerza de Garachico y visto todo por la Justicia e Regimiento, se mandó que los dichos modelos se pongan en pintura é se envien á S.M. para que provea lo que mas convenga, e se le suplique sea servido de hacer á esta Isla, merced, como lo ha hecho á la de Canaria, en fortificar los Puertos e se manden á hacer Arcabuces e Picas para la custodia de la Isla, e se haga merced de dos culebrinas...» (Libro lo, Ofo 2°, folio 370, vuelto). (José María Pinto de la Rosa, 1996).

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