viernes, 17 de mayo de 2013

LA SEMIFEUDALIDAD EN LA AGRICULTURA ESPAÑOLA DURANTE LA EDAD CONTEMPORÁNEA: LA ISLA DE TENERIFE ENTRE FINALES DEL XIX Y EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX-II



José Manuel Rodríguez Acevedo
Doctor en Historia
Grupo de Investigación El Capitalismo Burocrático en la Explicación del Subdesarrollo y el Atraso Social, Universidad de La Laguna
jomaroac@hotmail.com


4. LA RELACIÓN ENTRE LA APARCERÍA Y EL TRABAJO A JORNAL

Hemos defendido, en la primera parte de este artículo, que la medianería era la forma más generalizada mediante la cual los grandes y medianos propietarios de Tenerife extraían la renta de sus tierras, una renta de naturaleza inequívocamente precapitalista. ¿Significa esto que el trabajo a jornal no existía en la isla o era del todo punto insignificante? En absoluto. El trabajo a jornal existía y estaba relativamente extendido, del mismo modo que lo había estado también, por otra parte, en el Antiguo Régimen. No pretendemos, por lo tanto, minusvalorar en modo alguno la importancia económica del trabajo a jornal que se realizaba en el agro insular.

Lo que pretendemos en este apartado es, por el contrario, comprender la naturaleza histórica de tal actividad. Para ello es necesario estudiar la estrecha vinculación existente entre el trabajo a jornal y la aparcería. Ambos iban de la mano, coexistían, muchas veces, en las mismas fincas y era realizado, en gran medida, por las mismas familias de campesinos pobres. Veremos a continuación que no se trataba de una relación laboral en torno a lan cual se generara un auténtico y amplio proletariado agrario de signo capitalista. Las dimensiones del mercado “libre” de trabajo, en el que se comprara y vendiera “libremente” la fuerza de trabajo agraria, eran muy reducidas, a diferencia de lo que sucedía en los espacios urbanos, especialmente en la capital provincial. El obrero asalariado, en el sistema capitalista, es un trabajador que “ha roto por completo con la tierra y vive exclusivamente de la venta de la fuerza de trabajo”64.

Y aunque conserve aún –o se le entregue– una pequeña parcela de tierra, el obrero asalariado rural es básicamente un proletario, no es un semisiervo ni vive sujeto a múltiples formas de coacción extraeconómica. Es “libre”, por tanto, de vender su fuerza de trabajo, al mejor postor, en el mercado capitalista de trabajo. “En comparación con el trabajo del campesino dependiente o sometido a explotación usuraria, el trabajo del obrero asalariado es un fenómeno progresivo en todos los terrenos de la economía nacional”65. Pero no era, mayoritariamente, ese tipo de obrero asalariado el que efectuaba el trabajo a jornal que demandaban los grandes y medianos propietarios de Tenerife en los años de

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