miércoles, 17 de julio de 2013

CAPITULO XIII-XI




FEMÉRIDES DE  LA NACIÓN CANARIA


UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS

ÉPOCA COLONIAL: SIGLO XVII


DECADA 1581-1590


CAPITULO XIII-XI




Guayre Adarguma Anez’ Ram n Yghasen

 

1587. La isla de Titoreygatra (Lanzarote), sometida desde su invasión y conquista por los piratas Jean de Bethencoiurt y Gadifer de la Salle a una serie de contratiempos (acoso pirático, indefensión, pobreza, abusos señoriales y emigración más o menos for zosa), no pudo desarrollarse desde el punto de vista económico y social. Por eso durante toda la centuria la encontramos escasamente poblada. En 1587 Lanzarote contaba con un total de 600 almas (el 1,5 por ciento del volumen de la colonia) y una escuálida ocupación humana de 0'71 habitantes por kilómetro cuadrado. En estos años destaca la villa de Teguise con medio millar de personas y Haría con sólo un escaso centenar de habitantes.

La dinámica emprendida por los señores feudales de la isla consistente en expediciones a Berbería a la caza de esclavos mazigios y las represalias consiguientes introdujeron a Titoreygatra (Lanzarote) de lleno en una zona de guerras, de seguridad, de hostigamiento constante y por lo tanto nada atractivo para posibles nuevos colonos. En 1545 se conoce la expedición de Pedro Fernández Saavedra que resultó un rotundo fracaso falleciendo, además del propio Saavedra, varios de sus oficiales y numerosos soldados canarios. Poco después, Agustín de Herrera y Rojas (fallecido en 1598), conde y marqués de Lanzarote, protagonizó nada menos que 14 expediciones a la caza de esclavos en las costas del continente entre 1556 y 1560 desde donde se trajo un gran número de esclavos moros de los que se dice que «sacaba grandísimo provecho y riqueza». La isla se poblaba gracias a la afluencia de estos esclavos de los cuales muchos terminaban bautizándose a cambio de la libertad y sumisión servil a los colonos a los colono feudatarios dedicándose a la agricultura, al pastoreo y al transporte pero instalados ya como siervos o vecinos y habitantes. Se decía que las tres cuartas partes de los lanzaroteños eran todos maxigios o descendientes de aquéllos, preocupando al “Santo Oficio”. Se temía su colaboración con los asaltos piráticos efectuados con justa represalia por los norteafricanos. Estas incursiones contribuían directamente a la des población de Titoreygatra (Lanzarote). Por ejemplo, el asalto de los piratas de Fez al mando de Calafat (7-IX-1569) se llevó a 90 cautivos de esta isla. Otro tanto de lo mismo se volvió a producir con la invasión de Dogalí en 1571, o la efectuada en 1586 por los corsarios argelinos al mando de Amurath que sacó a unos 200 prisioneros lanzaroteños.

Algunos cautivos eran rescatados más tarde, pero abundaban los que renegaban de su fe católica y se quedaron en el continente  indefinidamente.

En los años 90 la población estimada no sobrepasaba el millar de almas. Eso significa que la isla era pobre en brazos. «La causa de que haya tan poca gente, afirma Torriani, es que gran parte de ella se la llevaron cautiva los turcos y los moros».Titoreygatra (Lanzarote) precisaba para su mejor protección de mayor cantidad de hombres pero «su pobreza y disensión» no contribuían precisamente a ello. Yeso que la vida en la isla era saludable puesto que «Los hombres viven mucho tiempo, sin notar enfermedades de cuidado, ni tener necesidad de médico para curarse» según testimonio del ingeniero cremonés. (Ramón Díaz Hernández; 1991)

1587. En el actual Puerto de Santiago, en Taxo (Santiago del Teide), desembarcó el ingeniero cremonés Leonardo Torriani, mandado por el Rey de la metrópoli Felipe II para fortificar la colonia las Islas Canarias en previsión de que fuesen invadidas de otros piratas europeos.

1587.
Uno de los más destacados hechos del plan de reformas y concesiones militares de 1587 fue el tercer reparto de armas entre los soldados de las milicias. Se asignaba a la isla de Tenerife 300 arcabuces, 100 mosquetes, 500 picas y 25 quintales de pólvora de arcabuz, y encargaba a sus autoridades el máximo desvelo en su distribución, pues el Rey se quejaba en la misma por los indicios de coincidencia con la organización militar de Tenerife, que las “instrucciones" de esa fecha rigieron con anterioridad en la isla de Gran Canaria, aunque sólo sea en una diferencia de días, y que su autor e inspirador no pudo ser otro que don Rodrigo Manrique de Acuña. ¿Qué indicios son éstos? El primero, el mismo proceso incoado por la familia de Bernardino de Carvajal contra don Rodrigo Manrique de Acuña en 1556, ante el juez de residencia y justicia mayor licenciado Pedro Mexía, sucesor de Manrique en la gobernaduría de Gran Canaria.

En dicho proceso se personó como parte acusada el ex gobernador Manrique, y en uno de sus escritos de defensa declara que Hernando de Pineda fué "alcalde mayor e Capitan Coronel de las villas de Gáldar e Guia, por especiales comisiones que tenia mías y de Pedro Ceron, capitan general desta Ysla...", y reitera la antedicha condición y calidad al considerar la muerte de Pineda "como atrocisimo y calificado [delito] cometido contra un alcalde y capitan Coronel y en el camino real y sobre lanzas y fecho pensado...". De informes tan valiosos, por su singularidad, dedúcese bien a las claras que Hernando de Pineda era coronel de Gáldar y Guía, por designación de Manrique y Cerón, y que la isla se hallaba dividida desde 1554, como la de Tenerife, en distritos o "coronelías" donde se agrupaban las compañías anteriores.

Por otra parte, parece admisible que Bernardino García del Castillo fué coronel de la gente de guerra de Telde y Agüimes.

Si a ello añadimos que por un documento de Simancas venimos en conocimiento de que en 1554 era sargento mayor en Gran Canaria Bernardino Camino de Veyntemilla, mercader genovés residente en ella, no es muy arriesgado afirmar la identidad y paralelismo entre las organizaciones militares de Tenerife y Gran Canaria.

De estos indicios cabe deducir que la isla se hallaba dividida en tres "coronelías" : la de Las Palmas y sus aledaños, la de Gáldar y Guía y la de Telde y Agüimes, cada uno con su coronel al frente y con un número variable de compañías de infantería. Las Palmas contaba con cuatro de éstas y una de caballería, más la del lugar vecino de la Vega; Gáldar y Guía, con cuatro: una compañía en Gáldar, otra en Guía, otra en Arucas y otra en Teror, y la coronelía de Telde y Agüímes con otras tres: dos en Telde y una en Agüímes.

La pérdida del archivo del Cabildo de Gran Canaria nos impide concretar más sobre las variaciones en la distribución de las compañías y sobre los cambios personales en el mando de las mismas. Sin embargo, nos inclinamos a creer que una de las notas típicas de la organización militar de Gran Canaria es su inmutabilidad a través de los años y que frente a los continuos cambios de Tenerife la de aquella isla se mantuvo sin variaciones sensibles hasta 1589. (En: A. Rumeu de Armas, 1991, t. 2, primera parte)

1587. Concentrados los barcos del embargo en Lisboa, con vistas a la conquista de Inglaterra, se proyectó traer el oro en bergantines. Amparados en el secreto, pasarían las Canarias sin "tomar puerto... ni dejarse ver", separándose las flotas en la Deseada, libres de chismosos, por ser isla caribe. (L.A. Toledo)

1587. La colonia canaria cuenta con unos 38.705 habitantes censados por la secta católica. Estos recursos humanos se reparten entre unas 50 localidades de población concentradas destacando en primer lugar las capitales insulares de las dos islas centrales – Eguerew (La Laguna) y Winiwuada n Tamaránt (Las Palmas de Gran Canaria)- así como las villas capitalinas de las islas periféricas y las localidades de Telde, La Orotava, Icod y Garachico.

Evolución demográfica durante el siglo XVI a la vista de los datos expuestos se pueden colegir los siguientes hechos:

a) Se inicia la tendencia a concentrarse la población en las dos islas centrales, absorbiendo ambas al finalizar el s. XVI nada menos que el 74,65 por ciento del total.

b) Las islas periféricas, en cambio, presentan una evolución demográfica bajo el signo de las oscilaciones bruscas, retrocesos y avances tímidos. En general, presentan un panorama evolutivo más bien sombrío, a excepción de Benahuare (La Palma).

c) En esta centuria se esbozan los que con el tiempo serán los principales núcleos urbanos de Canarias hasta convertirse en cabeceras municipales y comarcales.

d) Se afianza la tendencia a la absorción poblacional por parte de las capitales insulares.

e) Al terminarse el s. XVI se aprecian todavía densidades muy bajas así como un poblamiento discontinuo con espacios geográficos vacíos o semivacíos.

En las últimas décadas del s. XVI la población de la colonia en las Canarias Occidentales albergaban a 28.465 habitantes que venían a suponer el 73,54 por ciento de la población canaria. Se distribuían entre 34 localidades arrojando una densidad de 8,87 habitantes por kilómetro cuadrado. Es decir, casi 4 puntos por encima de la densidad media del Archipiélago. Esto viene a significar que la supremacía demográfica era ostentada por la parte occidental de las Islas Canarias ya que en Chinet (Tenerife), Gomera, Esero (Hierro) y Benahuare (La Palma) residen 7 de cada 10 colonos y canarios. Chinet (Tenerife) es a todas luces la isla mejor poblada, seguida a mucha distancia por Benahuare (La Palma).

Desde el Sínodo del obispo católico Vázquez de Arce, la isla de Chinet (Tenerife) sobresale como la más poblada de todo el Archipiélago Canario.

A mediados del s. XVI Eguerew (La Laguna) contaba con más de 850 vecinos y La Orotava con unos 150 vecinos. El aumento demográfico se apreciaba también en las localidades de Los Realejos, Icod, Daute y Abona. El profesor Ladero estimó la población de Tenerife en 9 ó 10 mil habitantes basándose en la cantidad de cereales necesaria para abastecer sus necesidades.

La sociedad tinerfeña de entonces estaba constituida por unos 2.500  guanches censados (gran-canarios, gomeros y hawaras (palmeros) y esclavos arrancados del continente. El resto lo formaban invasores colonizadores europeos.

La densidad estaría de 4 ó 5 habitantes por kilómetro cuadrado y el poblamiento era discontinuo con numerosos espacios vacíos. Tenerife durante la primera mitad del dieciséis tenía una producción cerealera excedentaria y escasez de mano de obra a pesar del crecimiento experimentado en el último tercio de la primera mitad de la decimosexta centuria debido a que la población guanche rehuía trabajar a soldada de los invasores. A esas bases económicas se sumaban, y de forma destacada, los cultivos de caña de azúcar, los ingenios azucareros, la orchilla, la vid y el comercio marítimo. (Ramón Díaz Hernández; 1991)

1587. El ingeniero italiano Leonardo Torriani al servicio de la corona de las españas, es enviado a la colonia Canaria para inspeccionar y acondicionar las defensas, en la isla de Benahuare (La Palma), “uno de los primeros actos de Torriani en La Palma fue dirigirse al Cabildo para que designase un regidor, como delegado de la corporación que le prestase en su labor las asistencias necesarias. Reclamando de paso los elementos necesarios para el cumplimiento de su misión: oficiales de carpintería, albañiles, peones, bestias de carga, barcos, etc.; pero el ingeniero obtuvo el más indiferente silencio por respuesta. Otro segundo escrito de Torriani (sin fecha también como el primero) volvía a reiterar análoga petición. Suplicaba ahora que habiendo de visitar las fortalezas, ver la artillería, calcular los gastos de las reparaciones y los materiales para ellas precisos, el Cabildo designase varios "caballeros" de su seno que le acompañasen para facilitar la tarea. En este oficio planteaba también Torriani al Cabildo la necesidad de nombrar la persona a cuyo cargo debían quedar las obras del muelle, arbitrar los fondos necesarios para ellas y acordar cómo habían de realizarse -si a jornal o a destajo-, con objeto de ganar tiempo, mientras él visitaba las demás islas, hasta volver a residir en Santa Cruz de La Palma, en espera de las órdenes regias. En vista de ello Leonardo Torriani entretuvo los días que corrieron entre primeros de septiembre y mediados de noviembre en estudiar los problemas concernientes a la fortificación de Santa Cruz de La Palma, pues recorrió una a una sus tres fortalezas, visitó el llano de la Caldereta, tomó nota puntual de su artillería, calculó lo necesario para dejarlas en buen estado de defensa e inspeccionó sus milicias y armamento. Por sus informes, minuciosos y precisos, conocemos el estado militar de La Palma en 1587 mejor que en ninguna otra época de su historia, ya que nos brindan datos sobre las milicias de la isla, los artilleros y la artillería” (Emelinda Martín Acosta)
1587. A comienzos del dieciséis las Canarias Occidentales contaban con amplia supe rioridad demográfica en relación con el conjunto de la colonia. Disponían, en efecto, de 31.612 personas que significaban el 77 ,65 por ciento de los colonos y canarios y una densidad de 9,85 habitantes por kilómetro cuadrado. Es decir, superaban la media general en unos 4 puntos Eso hace que Chinet (Tenerife), a principios de siglo, sólo experimente una subida de 620 personas desde 1587. La densidad se eleva un poco a 10,87 habitantes por kilómetro cuadrado y los núcleos urbanos también crecen a más de 20. Poblaciones como Tacoronte, Icod, Realejo de Abajo, La Rambla y Buenavista concentran al 25, 75 por ciento del total tinerfeño. En cambio la capital insular obtiene un porcentaje bajo -21,4 por ciento- más de la mitad por debajo de recuentos anteriores. Garachico y La Orotava sostienen el ritmo de crecimiento rápido que ya se hacía sentir desde mediados del siglo pasado.


1587. Gaspar Borges, poema a la muerte del europeo  Luís Vandewalle, colono fundador de su casa en Benehuare (La Palma), procedente de Brujas, Bélgica.

1587. Jean Baulen, Mercader francés, natural y vecino de Saint-Malo, en la segunda mitad del siglo XVI. Era hijo de Bemard Baulen, primer juez y cónsul de la ciudad de Saint-Malo y de Jeanne Marinier. Jean comerciaba con Canarias: en 1587 estaba en Tamaránt (Gran Canaria) y firmaba Baulen. Probablemente en alguno de sus viajes le acompañaba su hijo Pedro Tomás Baulen, que acabó estableciéndose en Chinet (Tenerife), donde fue tronco de la familia de colonos establecidos en canarias de este apellido.

1587. Desde 1587 hasta 1605 la isla Benahuare (La Palma) había crecido en unos 2.835 habitantes en tan sólo 18 años. Los 8.685 hawaras (palmeros) convierten a esta isla en la segunda más poblada del Archipiélago. Eso supone una densidad de 13 habitantes por kilómetro cuadrado y un 21,33 por ciento del total de la colonia. Los recursos humanos tienden a concentrarse en la capital insular, Tedote (Santa Cruz), que absorbe el 41,45 del total hawarita. La villa de San Andrés se erige en la concentración más poblada, seguida de La Breña (sic), Los Llanos e Ingenios de Argual. En las  localidades restantes habita el 22,23 por ciento de la población insular.

Entre 1676 y 1688 la población hawara (palmera) pasó de 13.315 a 14.342 habitantes con un aumento del 7 ,46 por ciento en un intervalo de 12 años, pero mucho más espectacular si comparamos ambas magnitudes con las de 1605. La densidad aumenta en estos años a más de 21,65 habitantes por kilómetro cuadrado y se sitúa en tercer lugar después de Chinet (Tenerife) y Tamaránt (Gran Canaria). La mayor parte de los hawaras (palmeros) se ubican en la zona costera, quedando las medianías y cumbres semivacías.

Salvo la emigración hacia América, Benahuare (La Palma) no tuvo grandes sobresaltos que incidieran negativamente en el desarrollo demográfico. Tuvo dos erupciones volcánicas en 1646 y 1676 sin efectos catastróficos, la amenaza pirática apenas incidió sobre una isla predominantemente acantilada, poblada y bien guarnecida.

1587. (Hasta 1591). Siendo infatigable la actividad del santo Oficio, y no habiendo disminuido por aquel tiempo el número de los sospechosos y herejes, a pesar de los repetidos castigos que se les imponían y de las “caritativas” exhortaciones de los jueces y comisario se hizo indispensable despachar procesos entre auto, esto es, sin esperar a que los reos Salieran en aquellas públicas funciones, tanto porque las estrechas cárceles del Tribunal no podían contenerlos, cuanto porque no era conveniente, que la pena se hiciera esperar después del fallo, y se perdiese así una parte de su saludable efecto.

Consta, pues, que entre el auto celebrado en 1587, y el que tuvo lugar en 1591,
se despacharon los procesos siguiente:

Bastian Rodríguez: guanche, descendiente de gentiles, natural del pueblo de la Can- delaria, en la Isla de Tenerife, de 32 años. Fue preso en las cárceles secretas, porque estando un día con otros, segando un campo de trigo, dijo: que faltar al sexto mandamiento con una comadre, no era pecado. Tuvo la suerte de que sus dos acusadores estuvieron discordes en sus declaraciones, y después de muchos meses de prisión, fue absuelto de la instancia.

Pascual Machín, jornalero, natural de la Palma, de 32 años de edad; fue acusado de perjuro; pero él negó obstinadamente, y no habiendo medios de probárselo, hubo que absolverle también de la instancia.

Pedro Pinto, natural de la Madera, jornalero, y de 30 años fue llevado á !as cárceles secretas, porque afirmaba que el era San Pedro y Dios al mismo tiempo, y que había de quemar á un regidor de la Orotava, porque volaba por los aires, y era judío.

En la información se acreditó, que por temporadas perdía el juicio, y también fue absuelto.

Fray Antonio Pacheco Sampayo, de la Orden de San Francisco, natural de la Madera, vecino de Tenerife, y de 40 años de edad. Fue testificado por una mujer, diciendo, que en la cuaresma de 1585 fue á confesar con él, en el convento de la Ciudad de la Laguna: y al manifestarle ciertos pecados carnales, la interrumpió con estas palabras: A eso veniste aquí, á poblar la tierra. y continuando ella la relación de sus flaquezas, el fraile volvió á interrumpirla haciéndole proposiciones, que alarmaron su pudor.

Otras testigos declararon, que les había dirigido en el confesionario palabras deshonestas, y propuesto tratos vergonzosos manifestando una, que tenia un hijo habido con él. En el término de prueba negó estos hechos, y procuró cohonestar sus palabras dándoles otra significación; pero el Tribunal no se dio por convencido, y le condenó, al fin, á cuatro años de reclusión en un convento; prohibición de confesar, y 50 azotes á presencia de su Comunidad. La sentencia y el castigo no se hicieron públicos.

Agustina de Vargas, viuda, vecina de la Laguna y de 40 años; fue procesada por hechicera y bruja. Acusaronla de que invocaba á los demonios, arrojando sal al fuego, con ciertas yerbas; y de que echaba suertes con unas habas, que derramaba por el suelo sobre una cruz, diciendo la oración de la Estrella y la de Santa Marta.

La testigo Isabel González aseguraba, que habiéndole pedido que viniese un hombre, con quien ella estaba en relaciones, al poco rato éste apareció. Las hijas del Licenciado Llarena, que le suplicaron torciera la voluntad de su padre, inclinado á encerrarlas en un convento, declararon, que les pidió doce doblas por cumplir su deseo. Otra testigo afirmó, que la reo le había dicho que cuando quería hablar con las ánimas las llamaba, venían, y le concedían lo que se le antojaba.
Calificaronse estas proposiciones y conjuros de heréticos; votóse á prisión, y estando la reo negativa, se le hizo abjurar de levi.

Leonor, morisca, esclava de Gabriel Mas, de 27 años, y vecina de la Laguna, fue acusada de tener pacto con el Diablo, de dar bebedizos á los hombres, para que quisieran á ciertas mujeres, y de recitar varias oraciones en sus conjuros. Confesó su delito, y dijo que lo hacia por ganar dinero. Fue penitenciada en la Capilla del Tribunal.

Isabel Marquez, mulata, moza soltera, de 22 años, y vecina de la Laguna. A ésta la acusaron también de hechizos, encantamientos y brujerías; pero ello es que fue absuelta de la instancia. Tal vez influyera en algo su edad.

Domingo de Sea, portugués, patrón de una caravela. Se le procesó por haber admitido á su bordo algunos marineros ingleses, que deseaban escapar de un país, donde se empleaba tan eficaces medios de persuasión para catequizar los neófitos. Alegó y probó que los ingleses se habían embarcado sin su consentimiento, y que al saber que no llevaban licencia de la Inquisición, quiso desembarcarlos, sin embargo, votóse: Que fuese reprendido en el Tribunal, y que oyese una misa rezada en la Capilla del Santo Oficio en forma de penitente, con una vela de cera en la mano, y una multa de 21 doblas para gastos.

Gines de Cabrera, Beneficiado y vicario de la Isla de Fuerteventura, se vio envuelto en un proceso, porque, creyendo que no le habían retirado el título de Comisario, había sostenido una competencia con la justicia ordinaria. Pero, como era eclesiástico, se salvó con un pequeño sacrificio de 4 doblas.

El Bachiller Gago de la Cervera, hermano del Inquisidor Juan Lorenzo, se le procesó porque se permitió decir ciertas palabras contra el ejecutor de embargos, que tenia orden de cobrar cierta. suma á su hermano.

Toda la cuestión estuvo, en que el Secretario quiso incluir en la diligencia unos calzones y unas. calzas de terciopelo, que pretendía el Bachiller pertenecerle. Tal pretensión le costó ser penitenciado, y 24 doblas de multa.

Sancho de Herrera León, morisco bautizado, con mujer é hijos en Lanzarote. Parece que en la invasión Morato Arraez cayó prisionero con su familia, y estuvo algún tiempo en Berbería; pero luego cometió la torpeza de volver a las Islas; y aunque aseguró que lo había hecho por no querer abandonar su nueva fe, el Santo Oficio dudó de su palabra, y fué sentenciado á abjurar de levi, a destierro perpetuo de Lanzarote y Fuerteventura, sopena de azotes y galeras, y a una multa de 40 doblas.

Andrés de Ortega, clérigo, presbítero, capellán de la parroquia de San Juan de Telde, de de 54 años, fue testificado por varias hijas de confesión, de haberlas solicitado dentro y fuera de la Iglesia. Son curiosas las declaraciones prestadas, en cuyos pormenores no entramos, porque no lo permite la naturaleza del asunto. Fue votado por consultores no casados, a que se le lea su sentencia en la Sala de acuerdos á presencia de confesores y de religiosos, sea gravemente reprendido, abjure de levi, pague 20 ducados para gastos del Santo Oficio, y no vuelva á confesar mujeres.

Miguel Ponce de León, cura de Sun Juan de la Rambla en Tenerife, fue procesado, porque el Jueves Santo de 1587, después de las tinieblas, hizo detener al pueblo, y le di-rigió la siguiente alocución .-«El Padre Medina dijo la salutación de Nuestra Señora en el sermón, y dijo el ave maría, y mandó que todos la dijesen, y no supo lo que dijo, porque no se había de decir, ni el ave maria ni la salve regina, porque tal noche como ésta, Nuestra Senora no puede favorecer á su hijo, y tanto puede como yo. Por eso no se ha de rezar más de solamente el paternoster y el credo, después que el Santísimo Sacramento esté encerrado, y no se ha de rezar á los Santos, ni en los altares porque están cubiertos, sino á Dios padre, el paternoster y el Credo.»-Vot()se.-Que en el Tribunal se lea su senteccia, que en él sea reprendido, ábjure de levi, se retracte delante de sus parroquianos, pague 20 dobIas, y sea privado del Curato.

Brehem, turco, esclavo de Baltazar Hernández Perera, vecino de la Palma, de 22 años. Estando presos unos ingless para ser conducidos como herejes á la Inquisición, les ayudó á fugarse, y juntos escaparon en una barca; pero escaseándoles el agua, se-detuvieron en la Gomera, y allí fueron hechos prisioneros. Se le condenó a 50 azotes, que se le dieron atado al poste del patio de la Cárcel.

Antonio López Perera, natural de las Islas terceras, de 42 años, mozo de Cámara del Rey de Portugal. Persiguieron á éste porque dijo en Garachico á una doncella, que más valía estar amancebada con un hombre de bien, que casada con un bellaco.

Le costó la broma algunos meses de cárcel, reprensión, y 30 ducados para gastos.

El Dr. D. Alonso Pacheco, regidor de Canaria, y Teniente de Gobernador de Tenerife. habia excomulgado á este caballero el Sr. Obispo, por no querer abandonar cierta amistad ilícita con mujer casada. La Inquisición llamó así el proceso, y después de muchas competencias, y de citar é interpretar por ambas partes el capítulo 8º. de la sesion 24 del Concilio Tridentino, la muerte concluyó la causa, llevándose al mal aconsejado doctor.

Gaspar .Mingote, marinero, natural de Málaga, de 30 años. Hallándose éste en con versación con varios amigos en el Puerto de la Palma, dijo aunque con otras palabras, que el que fuera casto en este mundo, lo había de fastidiar el Diablo en el otro. Esta atrevida suposición le valió el susto de estar en las cárceles del Santo Oficio algunos meses, y la penitencia consiguiente.

Pedro Álvarez, negro, natural de Guinea, de cien años de edad, fue procesado porque aseguró que Dios mandaba que todos los hombres fuesen circuncidados. Tal error en un negro, y á la edad de cien años, hubiera sido digno de una pena ejemplar, si no se hubiera muerto durante el proceso, y se hubiera sustraído así á un castigo, que tenia bien merecido por su ignorancia.

Hans Aventrot, natural de Colonia, mercader, vecino de la Palma, y de 30 años. Fue acusado por su hijastro, de que comía carne los viernes, y de haber contestado, cuando se le reprendía, que la carne no dejaba señal en el alma. También se le acusaba del grave delito de hablar en flamenco, y de no ayunar en la cuaresma. Fue mandado prender con embargo de bienes, y examinado por la doctrina cristiana, lo supo signarse ni santiguarse, diciendo los mandamientos en latín, como están en el capítulo del Exodo. Siendo rico y persona de respeto, se le reprendió y se le hizo pagar la considerable suma de 200 ducados para gastos. Compárese esta sentencia con la de azotes, coroza y mordaza, que se imponía por frases menos escandalosas, á los que no tenían con que pagar esas multas, y se verá cuan singular era la equidad del Santo Oficio.

Barbara Ponte, cristiana nueva de mora de 50 años; se atrevió á decir un día en que le notificaban, que había de aprender los artículos de la fe: «Estos cristianos cada día salen con una cosa nueva; ahora nos mandan rezar los cernícalos, (artículos) y nosotros apenas sabemos hablar: pésame de ser cristiana, que nunca fue con mi consentimiento.» Tuvo la suerte de que los testigos eran personas de mal vivir, y los tachó, escapando con algunos meses de cárcel.

Sebastán Rodríguez, vecino y natural de Telde, labrador, de 31 años. Fue procesado porque dijo á unos chicos, que le estaban destrozando un parral.-“Voto á Dios, que si
alguno me entra en el parral, le he de despernar aunque sea el hijo de la Vírgen María.” Calificóse la frase de blasfemia heretical, y constituido en prisión, se excusó y pidió misericordia; con lo que se salvó, mediante una reprimenda y 4 ducados de multa.

Hemos hecho esta larga enumeración, respecto de los procesos seguidos entre auto, para que, al trazar el cuadro de la historia de la Inquisición en estas Islas, nada faltase que contribuyera á presentarlo bajo todos sus aspectos. Omitiremos en lo sucesivo estos incidentes, aunque se repetían con frecuencia, porque con lo dicho se podrá juzgar de su forma y efectos. (Agustín Millares Torres; 1981)
1587. El licenciado Romero, Personero General desta Ysla, digo que a Vms. Costa y es notorio a questa Ysla tener frutos de binos y açucares en cantidad para poder sacar della y tratar en otras partes y de otras partes asi de Reynos de Su Magestad como de Francia venir a esta ysla y tratar y traer su ropa para con ella llevar los frutos desta dicha ysla y esta ysla aprovecharse de la Ropa para su necesidad de vestidos y ornatos de sus personas y casas y para la labor y cultura de los dichos frutos pues esta mediante vienen a gosar y aprovecharse del premio de sus trabajos que es vender sus frutos a cuya causa han venido y vienen muchos navíos de este trato así de los Reynos de Castilla y Portugal como de Flandes y Francia para llevar los dichos frutos.
Y bien saben vuestras mercedes que en esta ysla ni en ninguna de las de Canaria no hay cuño ni se labra moneda con la qual los que biven por su trabajo y los que compran y venden no pueden ajustar sus precios sin la dicha moneda sin la qual en nuestros tiempos es ymposible tratar y en está tan necessitada della quanto a vuestras mercedes en notorio pues para comprar un poco de trigo que no se saque de la ysla ha tenido (el Cabildo) necesidad de importunar los fieles del almojarifazgo prestando el dinero para ello porque si así no se haze se podría sacar y quedar la ysla en riesgo de perderse pues no tiene vecinos contiosos que puedan prestar quinientos escudos sin mengua de sus haziendas y esto lo alego por notorio y agora que vienen algunos navíos asi de Francia como de Portugal y entre otras cosas traen dineros para efectuar su trato y mercancía, algunas personas sin recelo de lo que a la ysla toca y sin recelo del daño que le pueda resultar han dado en el mayor ynconbinente que le puede dañar a esta ysla por denunciar de los que asi traen dineros de fuera para su trato y mercancia, cosa tan contra todo derecho natural pues no abrá lei en el Fuero y Reyno de España que prohiba el meter dineros en ella ni en parte della, la saca si es prohibida y asi si alguno tarxesse a esta ysla dineros es bien los registre si los uviere de sacar della porque no lleve algunos más con los que traxo y ponga en necessidad la tierra, más los que vienen para se gastar en la tierra no ayga que se registren ni den noticia a nadie dello pues vienen a convertirse en bien y en utilidad de la ysla y de lo contrario no ay derecho en los Reynos de España que disponga porque sería quitar el comercio y trato de las yslas amedrentando a los demás que uviessen de venir visto el mal trato que a los presentes se les haze, pues no son gente prohibida ni de contrabando a quien era justo se les negase el trato y saca de frutos.
(Archivo Municipal de La Laguna. Gentileza de J.R. Núñez-Pestano a Manuel de Paz).

eduardobenchomo@gmail.com
Julio de 2013.

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