domingo, 4 de agosto de 2013

CAPITULO XIV-VII




EFEMÉRIDES DE  LA NACIÓN CANARIA


UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS

ÉPOCA COLONIAL: SIGLO XVII


DECADA 1581-1590


CAPITULO XIV-VII




Guayre Adarguma Anez’ Ram n Yghasen


1595 Junio 5.
En el Museo Naval de Madrid-colección Medina Sidonia-se conserva una carta repuesta de Felipe II al duque alabando su diligencia al avisar de un posible ataque a la colonia por parte de corsarios del continente. Dice así:

“El Rey. = Duque de Medina. Sidonia, Primo; mi capitán general del Mar Océano y de la costa del Andaluzia. Muy bien ha sido haber hecho la diligencia que avisais en vuestra carta de 1os 21 del passado con el Regente de Canaria, y el Gobernador de Te-nerife y La Palma para que si porr alla aportase Xavan Arraez y las demas galeotas, que os escribe Baltasar Polo, los hallen prevenidos, y  esten las demas Islas; y procurareis saber quando salen las dichas galeotas y avisareis dello y de lo que os pareziere convendra hazer, con el cuidado con que os empleais en todas las cosas de mi servicio.

De Madrid a 5 de Junio de 1595. = yo el Rey. = Por mandado del Rey nuestro Señor. = Andres de Prada."
1595 Junio 20. Acta bautismal por el rito católico, de la parroquia de Garafía, Isla Benahuare (La Palma). // Yo q som 20 dias del mes de junio da era de 1595 beptizei a Ma hija de bertholome peres y de su Muger fca Martim fueram padrinos Migel Sanches y madrina Ma peres y por verdad lo firme de mi nombre. Mmarquez.
1595 Septiembre 7. Parte una nueva flota, con intención atacar los Galeones castellanos de la Flota de Indias. La mandan al alimón Drake, con insignia en el buque  Defiance y Hawkins, en el  Garland. Las Tropas de desembarco las manda Sir Thomas Baskerville, en total entre marinos y soldados suman 2.800 hombres.
 
El 6 de octubre se avistó en las costas de Tamaránt (Gran Canaria) la Flota de 28 navíos

El objetivo era atacar la ciudad de Winiwuada (Las Palmas) y para tal fin preparan una fuerza de desembarco de 1.400 hombres al mando del Capitán Baskerville a bordo de 30 lanchas y embarcaciones ligeras.
 
El primer intento de Barkerville en la playa de Santa Catalina acaba en fracaso, la Fortaleza de la Luz responde con su artillería al fuego ingles y las milicias isleñas, bien atrincheradas, repelen la ofensiva. Drake ordena un segundo ataque más al sur, fuera del alcance de la artillería del Castillo. Observada la maniobra por las fuerzas canarias, el Gobernador Alvarado desplaza sus fuerzas, en el momento de efectuar el segundo desembarco ya están esperando las milicias en las playas. Tras dos horas de combate, los ingleses se retiran con más de 200 bajas y 4 naves maltrechas sin haber conseguido infligir graves daños ni a las tropas ni a la Ciudad.
 
El Gobernador Alvarado fleta un buque rápido que parte hacia Puerto Rico y llega antes que la Flota inglesa, avisando sobre las intenciones inglesas.

1595 Septiembre 9.
La metrópoli ordena la construcción de cuatro baluartes en la ciudad de Telde en Gran Canaria.

Esta ciudad, situada en la costa oriental de la isla, un poco al Norte del Paralelo de 2.8° N. ya unos 4 km del mar, dista 13 km por carretera de las Palmas. la iglesia parroquial, dedicada a San Juan Bautista, fue levantada por los conquistadores, junto aun fortín que más tarde se convirtió en torre para sus campanas. la torre parece fue construida para atalaya y vigía del puerto de Melenara, así como refugio de los habitantes en las incursiones de los piratas; se trataba de un torreón de mampostería, formado por cuatro cuerpos, divididos por cordones de cantería y cuyo acceso se hacía con dificultad de uno a otro por medio de sillares salientes en el paramento. Hacia 1580, el Maestro Andrés luzero, albañil, cantero y maestro de obras que en ocasiones dirigió la reparación de fortalezas, añadió a la torre una escalera de piedra, y así existió hasta 1909 que fue demolida por hallarse ruinosa.

El Ingeniero de S.M. Juan Alonso Rubián llegó a España como hemos visto en 1569 y al terminar la rebelión de los moriscos, se le destinó a Canarias donde, según hemos visto en su biografía, construyó los fuertes de La Concepción y Santo Domingo en las Palmas, el Castillo principal de las Isletas y fortificó con varios fuertes la ciudad de Telde. Como de ellos no ha quedado vestigios ni noticias concretas, suponemos que fueron obras ligeras de campaña.

El Capitán General D. Luís de la Cueva y Benavides pensó en fortificar la Iglesia principal de San Juan Bautista, añadiéndole cuatro baluartes en las esquinas, como se ve en el plano, para que sirviera de refugio a la población en caso de desembarco. Leonardo Turriano cree en cambio que la Iglesia que debe fortificarse es la de Santa María, al Este de la ciudad, situada en sitio ventajoso y dominante.

Por Real Cédula expedida en Madrid el 9 de Septiembre de 1595 se ordenaba construir cuatro baluartes pequeños en la ciudad de Telde, que no llegaron a hacerse, según consta en carta de Próspero Casola a S.M. el 8 de Octubre de ese año donde decía que el Regente D. Antonio Arias había gastado el dinero asignado para ello en otras atenciones.

La entrada se hace por una escalera de mano al Cuerpo Principal que tiene dos ventanas para luz y ventilación, una á cada lado de la puerta de 3 por 4 1/2 pies y bajo este Cuerpo está el repuesto que es de 3 por 4 varas y 10 pies de altura y se baja á él por una escalera de mano de 12 pasos, y un pequeño algibe que recoge las aguas de la esplanada pero que está sin uso por lleno de escombros y piedras, y usa su guarnición de un pozo bastante salobre que hay en su inmediación. Del Cuarto principal que sirve de Cuerpo de Guardia, se sube á la batería por una escalera de dos tramos con 27 pasos muy pendientes, de madera de tea, y de la misma es el piso o pavimento de este Cuerpo. Material.- Los muros son de mampostería ordinaria y lo mismo el pilar circular que hay en su centro de 19 1/2 pies de altura y 5 1/2 de diámetro, en donde arrancan 8 arcos correspondientes á los 8 ángulos del octógono que es la figura de la Torre interiormente, y la bóveda es de sillería, teniendo de espe- sor en su clave 3 1/2 pies.
Estado.- el Año ppdo de 1842 ha sido repuesta de armadura o montera que cubre la escalera que se había arruinado, recalzando sus muros y recorrido de todas sus faltas de repellados y las puertas y ventanas y sus herrages, habiendo quedado en buen estado y con solo la falta de limpieza de su algibe, que es de figura rectángular de 4 1/2 por 5 pies de lado.

Observaciones.- Esta Torre defiende el fondeadero entre la punta de Gando y la de Arinaga que es muy limpio y de mucho fondo hasta bien cerca de la playa, y seguro de los vientos que no son del Sur, mas consistiendo su seguridad en sí misma, por no tener protección alguna y estando en una localidad sin habitantes por no ser el terreno inmediato propio para cultivo, solo se puede considerar como torre-vijía, y para dar protección á algún buque que se abrigue bajo sus fuegos perseguido por algún Corsario.

Esta Torre fue declarada inútil por R.O. de 27 de Febrero de 1895 disponiéndose su enajenación por subasta con arreglo al R.D. de 24 de Mayo de 1893, fue adjudicada provisionalmente, pero se anuló su venta por R.O. de 1896. El 5 de abril de 1930 y por orden del Excmo. Sr. Capitán General de Canarias, se entregó a la Comandancia de Marina de la Capital para instalación en ella de oficinas y servicios de aquellas playas. (En: José María Pinto y de la Rosa. 1996)

1595 Octubre. Amaneció frente al puerto de La Luz en Guiniwada (Las Palmas) una escuadra inglesa compuesta por 27 navíos. Al frente de la misma venía el famoso y sanguinario pirata Francis Drake. Al medio día iniciaron el desembarco, pero se encontraron con una gran resistencia. Una vez en tierra, los ingleses fueron batidos en varios encuentros por las milicias canarias y optaron por reembarcar. Los principales episodios de este ataque los inmortalizó Lope de Vega en su poema "La Dragontea". En tan importante suceso bélico se distinguió sobremanera el teniente Pomachoso.

1595 Octubre 6.
Los ingleses con la armada de John Hawkins  en la que iba asimismo el célebre pirata Drake que decidieron atacar la isla de Gran Canaria y más concretamente su capital Las Palmas, un historiador asegura que uno de los capitanes propuso a Drake que se echasen en la noche quinientos o seiscientos mosqueteros por una caleta poco distante del puerto y emboscados esperasen la salida de los isleños a defender la desembarcacion y los acometiesen de improviso con que turbados huirian, pero el pirata rechazó esa sugerencia por dificultades materiales de la empresa, pues para llegar a la caleta había que pasar por unos baxios y barras, y añade el mismo cronista que Drake dixo para animar a sus capitanes que no había de entrar en aquella isla como ladrón de noche, sino de dia, con desembarcacion pomposa y los canarios se le habían de ofrecer rendidos reconociendole por señor y pidiendo merced de las vidas -que tal decoro y reverencia se debia guardar a la armada de su Reina y Señora- y en las Casas de la Audiencia habia de levantar su trono y hacer actos de soberanía, poner sus armas y su efigie, por eterno blason y padron de los venideros.

En la mañana del 6 de Octubre de 1595 pudieron apreciar los vecinos de la ciudad que en el monte de La Atalaya -hoy Vigía- en la más alta cima de la Isleta ardía una hoguera coronada por largo penacho de humo, como era costumbre siempre que se viese acercarse a tierra más de cinco velas, y poco después el Castillo de las Isletas, disparó un cañonazo que conmovió y despertó la ciudad.

Alonso Alvarado atravesó ésta dirigiéndose a La Isleta, y en el lugar llamado El Golfete comenzaron a aparecer las naves enemigas, por lo que dispuso se avisase a Pamochamoso tocase la campana y que reunida la tropa con las seis piezas de artillería existentes, se dirigiesen todos fuera de la muralla a los arenales de Santa Catalina en espera de órdenes; se enviaron dos hombres a La Atalaya, quienes contaron 28 navíos y galeones gruesos, y otras tantas lanchas. Se dispuso cerrar la puerta de la fortaleza, y entre 7 y 8 de la mañana, la escuadra inglesa había fondeado en El Golfete a cubierto de los fuegos del Castillo de las Isletas y de la Torre de Santa Ana. Alvarado dispuso combatir fuera de la ciudad impidiendo el arribo a la marina del enemigo; entre lo y 11 de la mañana se adelantó de la armada una carabela pequeña y junto a ella una lancha en la que iba Drake; la carabela reconoció el puerto y caleta de Santa Catalina, y desde la lancha fueron sondando y dejando boyas por señales para facilitar el ataque y desembarco, regresando después a unirse a la armada anclada en El Golfete, continuando la carabela reconociendo la costa hasta la caleta de San Pedro. Reforzadas las guarniciones de los Castillos y dispuesta la ciudad a resistir el ataque, rompió el fuego el enemigo a las 12 del día acercándose con sus lanchas, y el cronista Cabrera de Córdoba asegura que pelearon los isleños con tal coraje, que muchos entraron en el mar hasta llegarles el agua a los pechos para herir a sus enemigos. Sir Thomas Baskerville  cubierto de todas armas, con morrión y coselete, exhortaba a los marineros a bogar para alcanzar la playa próxima y sus subordinados Arnold y Nicholas Baskerville así como Nicholas Clifford daban muestras de extraordinario valor queriendo ganar a nado la caleta, pero el fuego de la artillería y arcabucería estableció una infranqueable cortina, contra la que se estrellaron todas las heroicidades del enemigo, dejando el mar regado de sangre y las lanchas cubiertas de muertos y heridos. Ayudaba la armada con sus fuegos al desembarco pretendiendo neutralizar la acción del Castillo de las Isletas, pero fracasó el empeño por lo que las lanchas comenzaron a retirarse para refugiarse en la armada; hora y media duró el ataque y la escuadra alzó velas para ir a hacer aguada a algún paraje desértico del Sur de la isla. El sábado 7 de Octubre al ver que el enemigo había desaparecido, el Gobernador Alonso Alvarado al frente de sus tropas realizó su entrada triunfal en la ciudad.

El domingo 8 de Octubre dio Drake fondo con sus naves en Arguineguín, y desembarcó con 500 hombres de la tripulación, hizo levantar una espaciosa tienda y pasó aquel día en tierra entregado al descanso y disfrutando de las delicias del otoño, y atacado allí por los canarios que le hicieron nueve muertos y algunos prisioneros, la escuadra partió aquella misma noche se alejó de Canarias para internarse en el Océano. (En: José María Pinto y de la Rosa. 1996)

1595 Octubre 8.
Discurso sobre las fortificaciones de la isla de Erbania (Fuerteventura) por el Ingeniero militar del ejército colonial encargado de las obras de fortificación, Próspero Casola

“Señor:
La montaña de Cardona que es en la y sla de Fuerteventura, está una legua á la mar á donde está el puerto de la Pared que es muy seguro para las galeras y probeido de mucha agua del barranco de Tamaratilla y de mucha carne por que en esta agua bebe la mayor cantidad del ganado manso y por esta razon podra estar el enemigo de presidio sobre la dicha montaña todo el tiempo que le pareciere, la cual está de la Villa de Santa Maria de Betancuria siete leguas sin ninguna comodidad de paja y cebada, ni pasto para caballos por estar tan lejos de las vegas de las sementeras y casas de pan, y ni mas ni menos de los puertos de barlovento para ser socorridos con alguna gente de la isla de Canaria y como es forzoso esperar los rebatos y entrada del enemigo que es incierta en el lugar; y los puertos mas cercanos á la montaña son los de las Galeras que es la parte de giloviento hacia el levante y toda la isla no puede vivir en la dicha montaña por que es incomoda la subida y bajada, es incomoda para socorrer la gente con bastimentos por tener casi una legua de subida muy aspera y para el enemigo facil por tener cerca sus galeras. El dia que saliese la gente del lugar corria grandisimo riesgo, por estar la montaña siete leguas del puerto mas ó menos, con una legua de cumbre de subida y bajada que tiene este pueblo en contorno, todo lo cual es de mayor dilacion y peligro para hir á buscar la montaña que son mugeres y niños enfermos y gente inutil todo lo cual combendrá que el enemigo camina y esta distancia de hir á buscar la poblacion principal causará que el enemigo llega cansado y hallar el Castillo y la gente guardada en el y no poder estar de presidio por temor de sus galeras, que hay mas de cinco leguas de costa por que los forzados no imaginan sino como levantarse con las galeras á dar con ellas á la costa, y si no lo han echo á sido por entender que no hay Castillo en la Ysla ni lugar seguro donde ampararse y por esta razón los moros no pueden estar mas de una noche fuera de sus galeras con todo este peligro y con el que les amenaza qualquier socorro de España que benga sobre sus galeras estando ellos en tierra y tan lejos. La mesma dificultad tienen los demas sitios que son fuera de la poblacion principal, como son el risco del rio de palmas, el de intajaire, el de tetir en los cuales para hacer qualquier edificio es de inmenso trabajo donde no solo la municion se corromperá y perderá y estaran desamparados de gente pero los que las abitaren se queran ver en cualquier riesgo antes de estar en ellos de dos dias arriba, por que son llenos de humidades y vientos, lejos del lugar y cerca del enemigo, desacomodados para los caballos y sustento de los hombres; el sitio del llano á sido visitado y señalado por todos los Ministros de Vuestra Magestad que han venido á esta Ysla, Como fueron el Ingeniero Amadeo, Tomás de Cangas, el Maestro mayor de Canaria, Bartolomé Dias, Leonardo Turriano y D. Luis de la cueba y de Benabides, Governador y Capitan General que fije de estas Yslas, y antes dellos por los naturales y señores pasados de aquella Ysla de ochenta años á esta parte, por que este dicho llano está encima del lugar y superior á todo ello á donde se puede limpiar las entradas que las tiene todas á caballero y ni mas ni menos las casas, á todas las cuales se alcanza con un mosquete por estar en un valle conforme al modelo que llevó Leonardo Turriano echo por mi mano y otro que me pidio el Regente par embiar á Vuestra Magestad y el dicho discurso, tiene el dicho llano la tirra, piedra y agua al pie, y la piedra en el propio sitio, extremado lo uno y lo otro, el agua á tiro de piedra, la cal á media legua de muy buen camino, á Cuarto de legua adonde se han de hacer los hornos, y la madera á donde llaman rio de Palmas que puede venir por camino llano, á una legua del sitio de muy lindas palmas para la plaza darmas y asiento de todo el edificio que no tendrán mas que hacer las cortas y traerlas los vecinos con sus juntas de bueyes y en estas se aoraran mas de mil ducados. Justo con esto los vecinos oficiales y bestias de servicio hay vendrán todas por la orden y forma que se les diere y en otra parte no lo podra hacer ni aun venil; tiene este llano la canteria á una legua de camino llano y los puertos de Canaria á poco mas de una legua para tener socorro y aviso y poderlo dar siendo necesario.

Para poder Vuestra Magestad sacar dineros para toda esta fábrica en razon y justicia debe Vuestra Magestad mandar al Marques de Lanzarote que es Señor de onze dozavos de esta dicha Ysla y lleva el quinto en especie de todas las cosas que salen de aquella Ysla, que pague el costo de la fabrica y los oficiales de la artilleria, Alcayde y los demas ministros, municiones y reparos perpetuos desde dicho quinto, que lleva en las dos Yslas de Lanzarote y Fuerteventura por ser todas dos su estado y señorio y no tratarse hagora de fortificacion de Lanzarote señalando Su Magestad primero y ante todas cosas que el sueldo del Alcayde y artilleros y la persona que recoje los dichos quintos, que no sea natural de estas dos Yslas ni de las demas de Canaria y asi mesmo que se cojan las orchillas para este efecto, pagando el costo á quien la cogiere y lo demas sea para la fortificacion del Castillo y haciendo Vuestra Magestad merced á esta Ysla de alguna parte de esto para este Castillo capaz de 3.000 personas Con las baratijas y cosas que tubieren será limosna y lo demas necesario á quien está en frontera como lo estan los de
aquella Ysla lo pague y contribuye la renta del dicho Marques anteponiendo la fortificacion á todas sus deudas y embargos y tributos por lo que importa al remedio de aquellas cristianas que estan en tanto peligro de salvación por que de cuatro entradas que los moros han echo en estas dos y slas se an llevado á Berberia mas de 800 almas de las cuales no an buelto 20 las demas y estan en Berbería a todo riesgo.

La licencia que los Señores de esta Isla piden á Vuestra Magestad para hacer entradas en Berberia para de lo procedido hacer el castillo, es la cosa mas perniciosa del mundo la cual sale de algun pecho descomulgado y maldito, por que el tiempo que estos hombres ban á Berberia es desde Julio hasta Setiembre, y se bán todos á Berberia con los Señores y dejan las Islas solamente con la gente inutil, y en este mesmo tiempo bienen las Galeotas estando ellos ausentes el enemigo cauptivara libremente las hijas y mujeres y sabiendo que estan en Berberia les esperaran en cualquier caleta desta Isla ó hiran sobrillos á Berberia en medio dia y haciendo sus entradas en navios mancos los captivarán á todos y esto es particular provecho de los Señores.

Otro si sirven las entradas de haber poblado estas dos y slas de moros moriscos y hereges maometanos y despoblarlas de cristianos viejos honrrados y ricos decendientes de conquistadores y pobladores de estas siete Yslas, por que por orden de sus Reyes vinieron á ellas de familias muy principales de España y de Francia los cuales las an dejado por berlas pobladas de moros y se an hido á las otras Yslas y á las Yndias y otros an muerto en Berberia y otros de pobreza de pesares y de enfermedades de tal manera que hay hoy en estas dos y slas mil y quinientas cabezas de moriscos hijos de moros y entrellos setenta casas de sanbenitados y quemados en estatuas de quien descienden los mas destos moriscos.

Otro si sirven las dichas entradas de traer espias y adalies para cuando vengan los moros como lo han echo los que se hallaron en aquella Ysla quando vino á ella Javan Araez que vendieron á los cristianos y descubrieron sus dineros y pobreza y estos propios moriscos y los moros digeron que se rescatarian los que estaban captivos y incitan al Jarife á que hagan las entradas en estas Yslas por la inquietud y daño que dan á sus alarbes deste mar Atlantico, los Señores de estas dos Y slas como lo hizo Juan Felipe y
sus hermanos que siendo el morisco mas rico de Lanzarote se fué á Berbería con toda su casa y familia que fueron mas de cuarenta personas y lo mesmo an echo otros y otros y asi conviene que Vuestra Magestad les haga merced de ayudar á la fabrica deste Castillo y que remita la fortificacion á sus criados y Ministros y no á otra persona, y este es mi parecer remitiendome á los que en este particular supieren mas que yo. Se acaba esto con que nuestro señor la Catolica Real Magestad guarde muchos años y en estado acreciente como puede y la cristiandad á menester.
De Canaria 8 de Octubre de I595. Prospero Casola”

1496. Una vez que los castellanos dan por finalizada la invasión y conquista de las tres islas denominadas realengas, la Corona castellana por medio de sus gobernadores y adelantado procede al reparto de las tierras y aguas usurpadas al pueblo canario entre los mercenarios y mercaderes que participaron en la empresa de la conquista tanto desde el punto de vista personal como financiero. El inicio del proceso de colonización, desde las tierras de costa hacia las medianías y cumbres del interior isleño, lleva a la formación en cada una de las islas de los primeros asentamientos de población europea, a los que se van añadiendo otros con el paso de los siglos, hasta configurar los actuales pueblos o ayuntamientos. Su origen obedece a dos factores característicos de la sociedad del Antiguo Régimen: carácter agrario y carácter religioso. La construcción de iglesias o ermitas de la secta católica, más tarde convertidas en parroquias, condicionan y estructuran la concentración del hábitat de los foráneos en torno a ellas, pero al mismo tiempo estos pueblos nacen como necesidad de asentamiento agrícola.

Los núcleos de población que se van configurando en las islas hasta 1700 ascienden a 15 en Tamaránt (Gran Canaria), 10 en Benahuare (La Palma) y a más de 30 en Chinet (Tenerife). A ellos hay que añadir las tres ciudades capitalinas donde residía el Cabildo.

En Tamaránt (Gran Canaria), los pueblos existentes a fines del XVII son, además de la ciudad de Winiwuada (Las Palmas), Agaete, Agüimes, Aldea, Arucas, Artenara, Firgas, Gáldar, Guía, La Vega, Moya, San Lorenzo, Telde, Tejeda, Teror y Tirajana. En la isla de Benahuare (La Palma), además de Tedote (Santa Cruz), tenemos Puntallana, San Andrés y Sauces, Barlovento (en1589 se separa del anterior), Garafía, Puntagorda, Tijarafe, Los Llanos, Mazo, Las Breñas (separada en 1561 de Tedote (Santa Cruz) y que en 1634 se divide en Breña Alta y Baja. En Chinet (Tenerife) prácticamente existían la mayoría de los actuales municipios, salvo Arona y San Miguel (Vilaflor), Fasnia (Arico), y Arafo (Candelaria). Sin embargo, también tenían ese rango Abikure (San Andrés), Taganana, Chikayka (La Esperanza), Tejina y Valle Guerra, hoy pertenecientes a los municipios de Añazu (Santa Cruz), El Rosario y Eguerew (La Laguna). En Chinet (Tenerife), el ejemp1o más significativo de lucha por obtener la independencia del Cabildo de Eguerew (La Laguna) lo protagoniza La Orotava, que en 1648 fue declarada villa exenta y se la dotó de un alcalde mayor. El rasgo que los distingue como núcleos de población con entidad propia frente a otros pagos que se convierten en pueblos independientes en el siglo XIX, es la existencia de un alcalde real en cada uno de ellos. No en todos, la parroquia precede a lo que podríamos llamar el «municipio». Este es el caso de pueblos como la Aldea o Artenara (más bien Acusa y Artenara) que, aunque cuentan con alcalde desde el siglo XVII, no se erigen en ayudas de parroquia independientes de Tejeda o Gáldar hasta mediados del siglo XVIII. Lo mismo ocurre con Firgas, cuya dependencia de la parroquia de Arucas hasta el año 1845 no le impide contar con un alcalde real que en materia de jurisdicción ordinaria actúa con absoluta independencia del nombrado para Arucas. (Vicente J. Suárez Grimón; 1991)



No hay comentarios:

Publicar un comentario