domingo, 4 de agosto de 2013

JOHN HAWKINS ATACA WINIWUADA




Eduardo Pedro García Rodríguez

1595 Octubre 6.
Los ingleses con la armada de John Hawkins  compuesta  por 27 navíos en la que iba asimismo el célebre pirata Drake que decidieron atacar la isla de Gran Canaria y más concretamente su capital Las Palmas, un historiador asegura que uno de los capitanes propuso a Drake que se echasen en la noche quinientos o seiscientos mosqueteros por una caleta poco distante del puerto y emboscados esperasen la salida de los isleños a defender la desembarcacion y los acometiesen de improviso con que turbados huirian, pero el pirata rechazó esa sugerencia por dificultades materiales de la empresa, pues para llegar a la caleta había que pasar por unos baxios y barras, y añade el mismo cronista que Drake dixo para animar a sus capitanes que no había de entrar en aquella isla como ladrón de noche, sino de día, con desembarcacion pomposa y los canarios se le habían de ofrecer rendidos reconociendole por señor y pidiendo merced de las vidas -que tal decoro y reverencia se debia guardar a la armada de su Reina y Señora- y en las Casas de la Audiencia había de levantar su trono y hacer actos de soberanía, poner sus armas y su efigie, por eterno blason y padron de los venideros.

En la mañana del 6 de Octubre de 1595 pudieron apreciar los vecinos de la ciudad que en el monte de La Atalaya -hoy Vigía- en la más alta cima de la Isleta ardía una hoguera coronada por largo penacho de humo, como era costumbre siempre que se viese acercarse a tierra más de cinco velas, y poco después el Castillo de las Isletas, disparó un cañonazo que conmovió y despertó la ciudad.

Alonso Alvarado atravesó ésta dirigiéndose a La Isleta, y en el lugar llamado El Golfete comenzaron a aparecer las naves enemigas, por lo que dispuso se avisase a Pamochamoso tocase la campana y que reunida la tropa con las seis piezas de artillería existentes, se dirigiesen todos fuera de la muralla a los arenales de Santa Catalina en espera de órdenes; se enviaron dos hombres a La Atalaya, quienes contaron 28 navíos y galeones gruesos, y otras tantas lanchas. Se dispuso cerrar la puerta de la fortaleza, y entre 7 y 8 de la mañana, la escuadra inglesa había fondeado en El Golfete a cubierto de los fuegos del Castillo de las Isletas y de la Torre de Santa Ana. Alvarado dispuso combatir fuera de la ciudad impidiendo el arribo a la marina del enemigo; entre lo y 11 de la mañana se adelantó de la armada una carabela pequeña y junto a ella una lancha en la que iba Drake; la carabela reconoció el puerto y caleta de Santa Catalina, y desde la lancha fueron sondando y dejando boyas por señales para facilitar el ataque y desembarco, regresando después a unirse a la armada anclada en El Golfete, continuando la carabela reconociendo la costa hasta la caleta de San Pedro. Reforzadas las guarniciones de los Castillos y dispuesta la ciudad a resistir el ataque, rompió el fuego el enemigo a las 12 del día acercándose con sus lanchas, y el cronista Cabrera de Córdoba asegura que pelearon los isleños con tal coraje, que muchos entraron en el mar hasta llegarles el agua a los pechos para herir a sus enemigos. Sir Thomas Baskerville  cubierto de todas armas, con morrión y coselete, exhortaba a los marineros a bogar para alcanzar la playa próxima y sus subordinados Arnold y Nicholas Baskerville así como Nicholas Clifford daban muestras de extraordinario valor queriendo ganar a nado la caleta, pero el fuego de la artillería y arcabucería estableció una infranqueable cortina, contra la que se estrellaron todas las heroicidades del enemigo, dejando el mar regado de sangre y las lanchas cubiertas de muertos y heridos. Ayudaba la armada con sus fuegos al desembarco pretendiendo neutralizar la acción del Castillo de las Isletas, pero fracasó el empeño por lo que las lanchas comenzaron a retirarse para refugiarse en la armada; hora y media duró el ataque y la escuadra alzó velas para ir a hacer aguada a algún paraje desértico del Sur de la isla. El sábado 7 de Octubre al ver que el enemigo había desaparecido, el Gobernador Alonso Alvarado al frente de sus tropas realizó su entrada triunfal en la ciudad.

El domingo 8 de Octubre dio Drake fondo con sus naves en Arguineguín, y desembarcó con 500 hombres de la tripulación, hizo levantar una espaciosa tienda y pasó aquel día en tierra entregado al descanso y disfrutando de las delicias del otoño, y atacado allí por los canarios que le hicieron nueve muertos y algunos prisioneros, la escuadra partió aquella misma noche se alejó de Canarias para internarse en el Océano. (En: José María Pinto y de la Rosa. 1996)


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