miércoles, 14 de agosto de 2013

MARTIN FIERRO XXXIV



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[PICARDÍA DESCUBRE QUIEN ES]
Cuando me llegó mi turno, 5840    Dije entre mí: «Ya me toca.» Y aunque mi falta era poca, No sé por qué me asustaba; Les asiguro que estaba Con el Jesús en la boca •".
5845    Me dijo que yo era un vago,
Un jugador, un perdido;
Que dende que fi al partido
Andaba de picaflor *";
Que había de ser un bandido, 5850    Como mi ante sucesor m.
Puede que uno tenga un vicio Y que de él no se reforme; Mas naides está conforme Con recebir ese trato.
5855    Yo conocí que era el ñato
Quien le había dao los informes.


5860    Que fue mi padre un bandido, Luego lo había conocido Y yo inoraba quién era.
Me empeñé en aviriguarlo, Promesas hice a Jesús;
5865    Tube por fin una luz, Y supe con alegría Que era el autor de mis días El guapo sargento Cruz.
Yo conocía bien su historia 5870    Y la tenía muy presente:
Sabía que Cruz bravamente. Yendo con una partida, Había jugado la vida Por defender a un valiente.
5875    Y hoy ruego a mi Dios piadoso Que lo mantenga en su gloria; Se ha de conservar su historia En el corazón del hijo: El al morir me bendijo,
5880    Yo bendigo su memoria.
Yo juré tener enmienda Y lo conseguí de veras; Puedo decir ande quiera Que si faltas he tenido,
5885    De todas me he corregido Dende que supe quién era.
El que sabe ser buen hijo A los suyos se parece, Y aquel que a su lado crece
5890    Y a su padre no hace honor. Como castigo merece De la desdicha el rigor.

Con un empeño constante Mis faltas supe enmendar.

5895    Todo conseguí olvidar; Pero, por desgracia mía, El nombre de Picardía No me lo pude quitar.
Aquel que tiene ua buen hombre 5900    Muchos dijustos ahorra;
Y entre tanta mazamorra *" No olviden esta alvertencia: Aprendí por esperencia Que el mal nombre no se borra.


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