domingo, 22 de septiembre de 2013

La cueva sepulcral del Roque de Tierra: Roques de Anaga (Tenerife)




La cueva es abierta hacia el sur y se asoma a un precipicio de 170 metros de altura, aproximadamente. La Única vía de entrada es por su parte izquierda. Tiene seis metros de largo por tres metros de ancho y dos metros de alto. El suelo estaba cubierto por una capa de guijarros y piedras procedentes de derrumbes del techo.
En la zona de yacimiento se veían algunos indicios de que ya había sido
removida, pues sobresalían de su superficie algunos huesos. Más tarde se informó de que las primeras personas que se introdujeron en la cueva, habitantes del caserío vecino, sacaron todos los cráneos, así como algunos huesos de las extremidades inferiores de los cinco esqueletos allí existentes. A continuación los arrojaron al precipicio contiguo, sin forma de recuperarlos.
La zona arqueológica comprendía la mitad de la cueva. Consistía en una capa de 20 centímetros de espesor, conteniendo cinco cadáveres, cuatro colocados juntamente, con la cabeza orientada hacia el Este, y el quinto situado a la cabecera de las cuatro anteriores, orientada la cabeza al Sur.
Se hallaron unas pieles de cabra totalmente descompuestas. Debajo de ellas, en la subcapa, estaban los cadáveres de los cuales sólo se conservaban los huesos. La posición que tenían era clara: de- cúbito supino. Las pieles de cabra no envolvían a los muertos, sino que estaban colocadas encima de ellos, a manera de manta.

Cantidades de ramas y tablas de sabina totalmente deshechas y podridas.
Debajo de la capa de sabinas se encontraba una superficie de piedras de unos 20 centímetros de largo, 15 de ancho y cinco de alto aproximadanete, que estaban encajadas unas con otras.
Guijarros y piedras procedentes del techo de la cueva, huesos de animales (unos de una ave marina que vive en los Roques de Anaga actualmente, la pardela; otros de un animal no identificado).

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