domingo, 6 de octubre de 2013

TOMAS DE IRIARTE Y NIEVES RAVELO






Eduardo Pedro García Rodríguez

En 1750 Septiembre 18 nace en Puerto Mequínez, en Chinech (Puerto de la Cruz en Tenerife), el criollo Tomás de Iriarte y Nieves Ravelo. Sus padres fueron Don Bernardo de Iriarte y Doña Bárbara de las Nieves Hernández de Oropesa. Iriarte provenía de una familia muy culta, varios de cuyos miembros se distinguieron como escritores y humanistas, conocidos aristócratas españoles cuyo apellido surgió por dinastías austriacas y vascas. Se trasladó a Madrid (España) a los catorce años junto a su tío Juan de Iriarte.
Estudió bajo su dirección las lenguas griega y francesa y siendo ya conocedor del latín y estudioso de la literatura castellana sucedió a su tío en su puesto de oficial traductor de la primera Secretaría de Estado, tras la muerte de éste, en el año 1771. A partir de ese año hasta el 1774 fueron, para Iriarte, los más fatigosos de su vida, pues además de las tareas de su empleo, el arreglo de la biblioteca y papeles de su tío, la traducción o composición de los numerosos dramas que escribió, la traducción de aquellos apéndices y otras obritas (la mayor parte poéticas) que escribía por gusto propio, como fue un poemita latino y castellano que imprimió con ocasión del nacimiento del infante español don Carlos III, , en 1777, cuidó de las tres ediciones de la Gramática de su tío, que reconoció muy atentamente y de la recopilación y publicación de los dos tomos de obras sueltas de aquel literato, traduciendo muchos de los epigramas que allí se insertan, alguno de los poemas latinos, y otros varios ensayos.
Su carrera literaria se inició como traductor de teatro francés. Tradujo además, el Arte poética, de Horacio.
Tomás de Iriarte fue el primer dramaturgo que consiguió dar con una fórmula que uniese las exigencias de los tratadistas con los gustos del público. En 1770 había publicado su comedia Hacer que hacemos, comedia de carácter que retrata a un «fachenda», el perfecto atareado que nunca hace nada en realidad. La librería, escrita en 1780, no se estrenó hasta 1798: se trata de una comedia en un acto, con algo de sainete costumbrista pero con la peculiaridad de estar escrita en prosa, forma que no volverá a repetir su autor en las obras siguientes, que siguen el sistema de versificación típico de las comedias neoclásicas: romance octosílabo con una rima en cada acto. En 1788 Iriarte estrenó El señorito mimado. Iriarte repitió la fórmula y el éxito con La señorita malcriada, escrita y publicada en 1788 y estrenada en 1791.
En Guzmán el Bueno (1791) introduce el monólogo dramático con acompañamiento de orquesta. Aunque sin lugar a dudas es, sobre todo, conocido por sus Fábulas literarias, consideradas de mayor calidad poética que las de Felix María Samaniego, en las que introduce alusiones a literatos de su época, en el prólogo de dicho libro el autor reivindicó ser el primer español en introducir este género, sin tener en cuenta las publicaciones de Samaniego. No son fábulas sino un método sofisticado que sirve al autor para atacar a sus enemigos refiriéndose a éstos con nombres de animales.
Iriarte fue sobre todo el prototipo del cortesano dieciochesco, elegante, culto, cosmopolita y buen conversador; hizo en Madrid una intensa vida literaria y social. Fue uno de los más asiduos a la tertulia de la fonda de San Sebastián, amigo de Nicolás Fernández Moratín, y sobre todo, de José Cadalso. Con este último mantuvo una larga correspondencia.
La literatura no era el único arte que Iriarte dominaba, también llegó a inclinarse hacia el ámbito musical, especializándose en tocar el violín y la viola. Pero sin duda su vocación estaba en la poesía, como él decía; los pueblos que carecen de poetas carecen de heroísmo; la poesía conmemora perdurablemente los grandes hechos y las grandes virtudes. Murió de gota, en Madrid, el 17 de septiembre de 1791. (Tomado de: es.wikipedia.org/wiki/Tomás_de_Iriarte )




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