miércoles, 26 de febrero de 2014

ALGO MÁS QUE “PICHE”




 
 
Francisco García-Talavera Casañas
 
 
[…, señores petroleros, “mándense a mudar” con su “piche”, déjennos tranquilos y no intenten vendernos más humo.]
 
En las prospecciones para la localización y extracción de petróleo y/o gas, el riesgo no se circunscribe a si se produce un accidente o derrame, como el grave desastre ocurrido en el Golfo de México, con las catastróficas consecuencias medioambientales que todos conocimos, sino que, con las técnicas actuales, siempre se producen daños ecológicos, de mayor o menor cuantía, en la fauna y flora del fondo marino, y en la pelágica del mar circundante (cetáceos, peces, tortugas, plancton, etc.). Esto es debido, entre otras cosas, al  “fracking” (inyección a presión, de agua y arena- aparte de algunas sustancias altamente tóxicas- para favorecer la extracción de gas o petróleo), y a las intensas emisiones acústicas (verdaderas explosiones) producidas por los “cañonazos” (sparker) de sísmica de reflexión, aire comprimido y otros, en los sondeos geofísicos de prospección, capaces de penetrar en el subsuelo marino. ¿Recuerdan lo que pasó hace unos meses en la costa de Castellón y Tarragona? Algunas localidades del litoral sufrieron seísmos, que alarmaron a la población, porque se activaron unas fallas tectónicas con la presión del gas que estaban  inyectando (“Proyecto Castor”) para almacenarlo en un depósito submarino, frente a esas costas. Y, como consecuencia de las protestas ciudadanas, al Ministerio de Industria y Turismo (¡qué antagonismo!) no le quedó mas remedio que paralizar el proyecto. ¿No recuerdan, también, que en enero de 2012 y junio de 2013 se sintieron temblores de hasta 3,7 grados de la escala de Richter en Lanzarote y Fuerteventura, algo inusual allí, cuyos epicentros estaban justo en la zona donde se pretende hacer las célebres prospecciones? ¿No les resulta todo muy sospechoso? Una probable explicación que se podría dar a esto, es que esos seísmos no eran de origen tectónico ni volcánico -pues en muchos años no se ha detectado ninguna actividad en esa zona- sino que, presuntamente, fueron debidos a las alteraciones tectónicas provocadas por las técnicas geofísicas mencionadas, empleadas en las prospecciones que ya se estarían realizando en la zona marroquí.
 
Pues sí, esta parafernalia amenazante se prepara aquí, en “nuestras” ricas aguas. Aguas de las que bebe, una vez desalada, prácticamente el cien por cien de la población y el turismo, de las islas orientales. Y esto es muy serio, pues una “marea negra” podría poner en riesgo la vida de las personas.
 
Además, debemos estar preparados para la gran ofensiva mediática que se va a desencadenar a favor de las dichosas prospecciones, en las que tanto la multinacional Repsol como otros poderes  fáctico-económicos relacionados, no van a reparar en gastos de propaganda. De hecho, ya ha empezado, pues acaba de publicarse en los medios de comunicación la noticia de la aparición de petróleo y gas en el mar de Mauritania, como resultado de las prospecciones realizadas allí por la empresa británica Tullow Oil. Y, sin ningún tipo de pudor, los propagadores de esta interesada noticia, se apresuraron a resaltar en los titulares que ese yacimiento se encuentra a “tan sólo” 1000 Km. de Fuerteventura y en la misma cuenca del Archipiélago canario. Debemos aclarar que, en muchos de estos casos, la distancia no es lo más importante, a menos que el incidente se produzca muy cerca del litoral. Mucho más decisiva es la dirección e intensidad de las corrientes marinas, y en nuestro caso, la dirección NE-SO de la Corriente de Canarias conduciría inexorablemente una hipotética “marea negra” hacia las costas de las islas orientales, especialmente a Fuerteventura.
 
Así mismo, destacan interesadamente en esa noticia que la perforación se produjo bajo una columna de mar de 1200 metros , y a una profundidad total de 5400, calificando la operación como un hito y un “importante avance técnico”, que se ha realizado “sin incidentes” durante los trabajos de sondeo. En tal sentido, se aprestan también a precisar que este es el mismo objetivo que tienen tanto Repsol (en las aguas de Canarias) como Cairn Energy (en la parte de Marruecos) y Kosmos (en el Sahara)  y que, además, aquí el riesgo sería menor, al tratarse de “tan solo” 3.500 metros de profundidad. Pues no, señores “encantadores”, aquí no somos bobos. Ese posible petróleo y/o gas es un recurso canario y está en nuestra Zona Económica Exclusiva (que España no ha querido reconocer -y tendrá que hacerlo- desde 1978, cosa que sí hizo Portugal en esas fechas para Madeira y Azores). Pues bien, esos presuntos recursos de hidrocarburos son una reserva más que tiene Canarias en sus aguas y lecho marino, los cuales serán explotados cuando le convenga a este país archipielágico, y no a intereses foráneos colonialistas -que nos dejarán únicamente las migajas- y con el riesgo añadido de poder ver súbitamente arruinado nuestro principal motor económico (el turismo) en caso de un accidente grave. Sí, sobre ese riquísimo y productivo mar territorial que  ahora están esquilmando (no nos olvidamos de la pesca), Canarias tendría pleno derecho si fuéramos -como seremos- un Estado archipielágico. Si no, al tiempo. En cualquier caso, el futuro energético de nuestro Archipiélago está en las llamadas energías limpias renovables (eólica, solar, geotérmica, hidroeólica, mareomotriz, etc.), fuentes inagotables en las que sí somos afortunados, que nos liberarán, en gran medida,  de nuestra “secular dependencia” del exterior. Así que, señores petroleros, “mándense a mudar” con su “piche”, déjennos tranquilos y no intenten vendernos más humo.   

Tomado de:www.elcanario.net




 

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