viernes, 18 de abril de 2014

CRIMENES DE LESA HUMANIDAD COMETIDOS EN CANARIAS









CAPITULO XIX

Chaurero n Eguerew

INVASIÓN, SAQUEO Y OCUPACIÓN DE LA ISLA CHINECH (TENERIFE) XIV


Los Once Menceyes de Chinech (Tenerife) en los años de la invasión española. VI

ACAYMO DANIAGA[1]



Regía el menceyato de Tacoronte cuando la invasión española, fue uno de los confederados para la defensa de la Matria con Kebehi Benchomo.
Tacoronte. Tf. ant. Top. Comarca, hoy municipio, situada a 28º 28' de latitud Norte y 16º 24' de longitud Oeste. Expr. t. Taconte, Tacoront, Tacoronta, Tagoronte, Taraconte. 2. Go. Top. Pequeña montaña en Alajeró.
*takoronte > takur-n-ttăy, comp. m. sing. fig. ‘monte de la vuelta’.*(a)-takur (ă) > tăkor, s. m. sing. de [T·K·R] ‘extremo hinchado (nudo) de una cuerda, bastón, etc.’, ‘especie de látigo rígido de cuero con el extremo hinchado que sirve para tocar el tambor’, fig. ‘falta de pelo en la cabeza, cabeza pelada (término burlesco)’, fig. ‘monte, montaña, macizo’. N. B. Se relaciona con el verbo [/T·K·R] əkər > əkər, tkur ‘llenar, colmar, rellenar’, ‘completar’, aunque el concepto isleño parece haber adoptado la acepción toponímica (con la habitual aféresis de la vocal de estado).
*n, prep. de [N] ‘de’. *ttăy > tte, n. vb. m. sing. de [T·Y] ‘giro, vuelta’.

N. B. El análisis interdialectal sólo acredita este enunciado como aoristo (forma imperativa del verbo, en realidad), que en las hablas isleñas a menudo presentaba todavía una fuerte carga nominal (como en las realizaciones más antiguas de la tamazight y en la tradición afroasiática). (Dr. Ignacio Reyes García, 2004)

Acaymo. Cristianizado por el rito católico como Fernando Tacoronte casado con su prima María Hernández, o Fernández, viuda de Diego de Güimar, la que falleció en La Laguna, Y otorgó testamento ante Alonso Gutiérrez, en 1º de marzo de 1520, folio 499, dejó ordenado que se le enterrase en la Parroquia de la Concepción de La Laguna, de este matrimonio nacieron los hijos siguientes: Francisco Hernández Tacoronte, que casó con Leonor Alonso, avecindados en Acentejo, testó ante Sebastián Pérez, registro de 1526 y 27, folio 304, dejó siete hijos, Juan Hernández Tacoronte, casó con Bárbola Pérez, en 1550, de quien tuvo a Sebastián García y Gaspara Hernández; en Los Realejos, en el año 1540 firmó poder para representación a la corte española, falleció en 1561. Héctor Hernández, casado con María Jordán, se avecindaron en el Sauzal; María Rodríguez y Hernández, quien casa con Andrés Díaz Fortuna; Luís Hernández Tacoronte, casado con Luisa de Vera, se avecindaron en Adeje; Fernando/Hernando (o Fernando) Tacoronte, (el segundo) casado con María González; Antón Hernández Tacoronte, fijó su residencia en Candelaria, Juana  Tacoronte, (entenada o hijastra de Fernando Tacoronte) casada con Juan de la Barquilla. Díaz Dorta recoge además: Inés Hernández Tacoronte y D. Fernando Guanarteme, Principe de la casa Real de Gáldar. Este fue casado primeramente con Ana Hernández y después con María Vízcaino, ambas de la nobleza Real indígena de Gran Canaria, con las cuales no tuvo sucesión. El testó ante Antón Vallejo a 12 de Agosto de 1512, dejando por heredera a su hija natural Leonor Hernández. La indicada María Vizcaíno testo en 1º de Enero de 1550 ante Domingo Hernández, y dejó por principal heredera a la Leonor Hernández, hija natural de su marido y en otro testamento deja también por here­dera,  con Leonor  Hernández,  a la madre de ésta Inés Hernández. (Este Fernando Guanarteme era sobrino de Thenesor Semidan, a Leonor Hernández la tuvo con Inés Hernández, su esclava guanche.)

Por su parte el boticario avilesino establecido en la Orotava  Cipriano de Arribas nos dice: “Acaymo, que más tarde por los españoles bautizado, tomó el de Fernando Tacoronte. Su mujer llamóse María Fernández. Sus cuevas -tales constituían, como para los demás menceyes, su real palacio- estaban cer­canas al mar, las que contra lo pactado al finalizar la conquista les fueron arre­batadas y donadas al canario conquistador Pablo Martín Buendía. En compen­sación de sus cuevas y tierras diéronles otras en Arona y en Igueste; también se le concedió tener casa propia en la Laguna, fue herido de bala en un muslo por los españoles…; fue buen general, intrépido, valiente y generoso; los españoles le tomaron después afecto y murió en la Laguna otorgando su testamento en le de Marzo de 1520 folio 499, ante Alonso Gutiérrez…” (Arribas y Sánchez, 1993:73-4)

Fernando o Hernando, en 1506 tenía casa en la villa de arriba lindando con Antón de Tegueste y Bastían de San Clemente (posiblemente éste Bastían sea el segundo hijo de Tegueste II, cuyo nombre  se desconoce). En 1500, ya labraba unas tierras en Tegueste, (24 fanegadas) las cuales le fueron confirmadas por el adelantado el 13 de noviembre de 1503. También tuvo tierras en...el camino de Ntra. Sra. de Candelaria y se llama la tierra Tamarde.

  Francisco recibió conjuntamente con Gaspar y Antón de los Frailes, 60 fanegadas de tierras en  Geneto, por debajo del camino de la Candelaria, lindando con Guaniquiar, el nombre de las tierras es Maragua, en 12 de febrero de 1508.

Antón Hernández Tacoronte, casado con María Hernández, (hermana de Miguel de Gúímar, Antón Azate y Simón Azate) celebran contrato de tributo de unas tierras con el vicario del monasterio de Candelaria, fray Joseph Diepa, en 1575, ante Sancho de Urtarte.Fol.561 vº.

Bárbola Pérez, primera mujer de Juan Hernández Tacoronte, casó en segundas nupcias en 1562 con Martín Rodríguez, guanche, hijo de Rodrigo Hernández y de María González. Testó ante Sancho de Urtarte, en Güímar el 15 de septiembre de 1574, Fol. 306 rº,. Declara que casó a su hija Gaspara con Francisco Hernández de Sepúlveda.

Deja en libertad después de su muerte, a Pablo su esclavo negro.

Este Mencey como los otros resistente por virtud del pacto de Los Realejos debían ser hombres  libres, pero en la práctica eran considerados como siervos al imponerles la condición de ser de   señorío, es decir gozaban de una libertad vigilada pues debían estar bajo la tutela de un invasor significado, quien en ocasiones los consideraban como verdaderos esclavos.

Es probable Acaimo y el resto de los menceyes así como los nobles tanto de guerra como de paces estuviesen encomendados al invasor Alonso de Lugo, quien se creía con potestad sobre los mismos no sólo para depredarles sino incluso obligarles a seguirle en sus correrías a la captura de esclavos en el continente, despotismo al que se opusieron algunos menceyes y nobles elevando quejas ante la metrópoli, actitud que despertó una vez más las irracionales iras del Adelantado persiguiendo despiadadamente a los opositores tal como quedó reflejado en la documentación de la época.

Hemos de admitir que Añaterve pasó de ser un valeroso general defensor de la Matria (patria) a un interesado colaborador de los invasores, aprovechando astutamente su proximidad a los estamentos gobernantes para beneficiar a sus hermanos guanches, como tendremos oportunidad de ver en el capitulo dedicado al Mencey Ichasagua.

Todavía en 1502 los invasores tenían graves problemas para sostener sus asentamientos libres de las acometidas de los guanches resistentes, los denominados por los colonos como alzados, por ello el Cabildo colonial en sesión del día 25 de noviembre de ese año decide formar una cuadrilla de guancheros que guiaran a los milites mercenarios al encuentro de los tabores resistentes que estaban acantonados en el Menceyato de Adeje, requiriendo para esta misión a los hermanos Tacoronte.

Tema que fue tratado en dicho Cabildo como quedó plasmado en el acta correspodiente que transcribimos íntegramente

“En este dicho día, en la yglesia de la Concebcisyón de la villa de San Cristóval, entraron en Cabildo los onrados señores Pero Mexía, alcalde mayor de la ysla, y los regidores Fernando de Trosyllo e Cristóval d'Espyno e Gerónimo de Valdés e Mateo Vyña e Guillen Castellano e el jurado Francisco de Albornoz, e fezieron e ordenaron lo syguiente:

E luego platicaron en Cabildo sobre poner remedio cómo se tomasen los alçados guanches que andaban robando la ysla.

E luego paresció ende presente Ximón e Fernando Tacoronte e Gaspar e Francisco de Tacoronte, guanches, por lengua de Guillen.
                      
     E hezieron un requerimiento al dicho señor alcalde mayor Pero Mexía que estava presente, que por quanto el señor Governador Alonso de Lugo e por la señora Bovadilla[2] e regidores les ha sydo mandado que tomen los guanches alçados ladrones, que ellos están prestos de lo hazer e cunplir e trabajar en ello con todo su poder, con tal que les sean dados los mantenimientos y espensas nescesarias y las otras cosas; e que por quanto al presente el señor alcalde tyene preso a un guanche que se dize don Pedro de Adexe, el qual sabe la tierra del reyno de Adexe do andan los alçados, que por tanto se lo mandase dar e que ellos se obligavan e obligaron con sus personas e bienes muebles e rayzes para se lo dar cada que se lo pediese e demandare, so pena sus personas a merced del rey e los bienes perdidos.

E luego el dicho señor alcalde dixo que lo requerido por los dichos guan­ches le paresce bien, pues que le dan fiador de la faz que les da el dicho guanche; que pedía a los señores regidores le digan su parescer.

E luego todos los dichos regidores dixeron que su voto e parescer es que al dicho guanche que asy está preso se lo de el dicho alcalde a los dichos guanches para sacar los dichos alçados, pues que es servycio de Dios e bien e pro de la ysla; con tanto quel dicho alcalde resciba fianza bastante de la haz del dicho guanche.

E luego el dicho alcalde respondió al voto e parescer de los dichos regidores, en que dixo que en presencia de todos, que la señora Bovadilla le en­comendó la vara de justicia, con acuerdo de todos ellos, para que él feziese justicia a servicio  de Dios e de sus Altezas, y que el dicho guanche él le tenía preso por ciertas querellas que del dieron, de las quales el dicho alcalde ha quesydo saber la verdad y no ha hallado por do pueda proceder contra él por ningund rigor de justicia, e que el dicho guanche está preso y que él no lo ha soltado fasta más se ynformar, y que pues al parescer de todos  los se­ñores regidores e suyo es que el dicho guanche puede aprovechar para ayudar a tomar los alçados que andan robando la tierra e vecinos della, e que le plaze dar en fiado a todos los quatro guanches que hezieron la dicha obligación, para que cada e quando se lo pediere el alcalde o otro juez lo pornán en la cárcel segund que se obligaron. (Acuerdos de Cabildo de Tenerife, 1497-1507:51-2)

En sesión del Cabildo de 4 de agosto de 1503 Fernando Tacoronte fue designado veedor de los ganados:
“La segunda quadrilla en Tegina y Benehean a de estar una quadrilla de gomeros, con mili cabras, a de tener cargo dellas Fernando de Tacoronte… E todos los veedores, Alonso Sánchez e Fernando de Tacoronte y Juan Sánchez y Juan Navarro y Sancho de Salazar an de ser juramentados que bien e fielmente usarán del cargo de fieldad en la guarda e racábudo del dicho ganado, convyene a saber de los contar los dichos ganados de ocho a ocho días que es cada semana, Una vez. Después de los aver entregado por cuenta sus dueños, sean obligados quando faltare algund ganado, de dezillo a su dueño y dalles término de ocho días a los pastores para que los busquen y sy non los falleren que lo digan a sus dueños e a la Justicia. Mandándoles a los dueños de los ganados que los guardan que non puedan matar ninguna rez syn fazello saber al dicho fiel, porque sy mataren henbra pagará seyscientos mrs. de pena, segund que más largamente está en otra ordenanza; y la tercia parte de la pena para el fiel; puesto que esta ley no se entiende para los veci­nos señores de los ganados porque la puedan matar en su casa; y los señores de los ganados sean obligados a dar de comer a sus pastores cevada o lo que quisyeren, pero que a lo menos cevada non les falte, y que los señores de los esclavos manden a sus esclavos que fagan todo lo que les mandaren los fieles para el pro del ganado; y a los dichos fieles se les da de salario a cada uno.  E los dichos ganados los dueños dellos los saquen en los lugares suso dichos dentro de quinze días primeros sygientes.”



[1] Citado en: A. Espinosa, J. Abreu Galindo, J. Núñez de la Peña, P. A. del Castillo, Bory de Saint Vincent, S. Berthelot, J. Viera y Clavijo, A. Millares Torres, G. Chil y Naranjo, A. de Viana, T. Marín y Cubas, Antonio Rumeu de Armas, Cipriano de Arribas y Sánchez, Nicolás Díaz Dorta, Juan Bethencourt Alfonso. (MMM)

[2] Durante uno de los viajes a la metrópoli de Alonso de Lugo para atender cuestiones judiciales por  demandas de acreedores y de paso comercializar a los esclavos guanches indebidamente apresados según las leyes castellanas de la época, gobernó la isla la nefasta Beatriz de Bobadilla señora de  la Gomera- quien había casado en segundas nupcias con el  Adelantado-, dio repartimientos de tierras, uno de los beneficiados fue A. Cedeño militi y cronista de la invasión de Tamarant (Gran Canaria).

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