jueves, 3 de abril de 2014

UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS






ÉPOCA COLONIAL: DECADA 1901-1910



CAPITULO –XII


Eduardo Pedro García Rodríguez
1905 Mayo 12.
El Marino Football Club es el primer club de fútbol del Archipiélago canario que llega a su centenario. Fundado por D. Eusebio Santana Torres junto a otros “sportmen” entusiastas de un deporte que súbditos británicos habían traído a las islas unos años atrás . Fue en unas casetas de madera a la orilla de la marea, al final de la calle Cebrián, donde aquel buen hombre, de profesión carpintero, entusiasmó a otros jóvenes como los hermanos Ojeda, Eliseo, Manuel y Paco; Matías Miranda, Pedro y Fabián  Curbelo; Agustín Jiménez, Miguel Rosa, Juan Hernández y otros para constituir una sociedad de recreo y deporte en el barrio de Arenales de Guiniwada (Las Palmas)
Nada menos que más de 100 años de vida deportiva y social lleva el club azul de “fuera de la portada”, hoy exiliado en su sede al populoso barrio de  la Feria del Atlántico.
Equipo distinguido por votación en 1925 como “popular” entre los aficionados de la ciudad de Guiniwada (Las Palmas). En esta larga trayectoria que forma parte de  la historia del fútbol canario hay que destacar las grandes gestas deportivas y también aquellos momentos de crisis de los que supo rehacerse y volver a ser junto a su digno rival, el Real Victoria del Puerto de La Luz, el club por el que sentían sus simpatías los ciudadanos de Guiniwada (Las Palmas).
Sus primeros colores fueron los de la bandera de Gran Canaria, amarillo y azul, pero al poco tiempo tornaron por los azul cielo y blanco con los que orgullosamente defendió el pabellón insular llevándolo en repetidas ocasiones al título de Campeón de Canarias.
El fútbol se arraiga en las islas a partir de 1922, pues aunque sus primeros pasos fueron a principios del Silo XX, y  en los años de 1914 y 1915 el Marino F.C. disputó al Sporting de Chinet (Tenerife) los primeros  campeonatos de Canarias organizados oficialmente, la I Guerra mundial trajo la decadencia de éste y otros deportes practicados en las islas y aunque el equipo azul siguió su trayectoria, siendo vencedor del Betis de Sevilla en 1919, no es hasta el citado año de 1922 cuando entusiastas marinistas como Eliseo Ojeda reorganizan al club y junto a Porteño, Gran Canaria , Victoria y Santa Catalina disputan la Copa Lucana que convierte al Marino F.C.  en el mejor equipo de Canarias tras vencer al Deportivo de Chinet (Tenerife) en un abarrotado  campo  por 2 a 0 . En este torneo comienzan a destacar los primeros ídolos futbolísticos insulares: Eliseo Ojeda, Antonio Rojas, Miguel Gil, etc... que junto a otros componentes de los equipos rivales como Pepe Gonçalves, Pancho Jorge, Pepe Prada, Domitilo Cabrera, Ramoncito Gutíerrez,  etc.. podemos considerar los pioneros de la reconocida “escuela canaria de fútbol”.
Es en la década de los veinte cuando se consolida el fútbol isleño y se confronta su valía ante grandes escuadras que nos visitan como el equipo profesional escocés del  Raith Rover, el  Real Vigo campeón de Galicia, el combinado Natación de Alicante reforzado con grandes ases nacionales como Samitier y Piera, el Español de Barcelona liderado por el legendario Ricardo Zamora, el Sevilla, Budapest, Europa, Marítimo de Funchal, Olímpicos de Chile, Vitoria de Setúbal, etc..... y en los años treinta el  Alavés, Gimnasia y Esgrima de La Plata, Donosti (la Real Sociedad con nombre republicano), el Real Madrid con los hermanos Regueiro, Zamora, Hilario, etc.. el Campeón de la Liga española  Athletic de Bilbao con sus figuras: Cilaurren, Iragorri, Gorostiza, etc.. O el flamante equipo ingles del  Liverpool, que ya mostró en aquella ocasión la famosa táctica de la MW implantada por Mr Chapman, en 1935 hasta  el comienzo de la guerra civil de los españoles en 1936. Ante todos ellos midió el Marino F.C. su potencial, saliendo airoso de esos lances y demostrando su valía como equipo de fútbol. Es en estos años cuando la cantera canaria de futbolistas comienza a producir valores que marchan a formar parte de los grandes clubes nacionales. Los ídolos insulares se van a “cantar a otros aires” y la afición protesta por esa marcha. Año tras año el éxodo continúa pero de forma inmediata aparecen nuevos valores que se consagran en los equipos locales, y por supuesto en el Marino F.C.. Desde 1925, futbolistas como Rafael González, Andrés Pérez, Espino “el jardinero”, Rafael Oramas, Pepene, Martín Cabral, Victorio Cruz “bala azul” etc.  dejan al cuadro de “fuera de la portada” para incorporarse a la primera Liga de la Metropoli de fútbol en aquella década de los veinte.
También importantes valores de su eterno rival como  Padrón “el sueco”, Armas “el claca”, Alamo,  Hilario Marrero, y otros toman el mismo camino. Pero la cantera canaria parece inagotable. Marino y Victoria vuelven a tener los mejores jugadores que los polvorientos “tesos” insulares producían y disputan en los  viejos campos  sus grandes lances en pos de la supremacía del fútbol canario.
La contienda civil de los españoles paraliza el deporte en la colonia al marchar al frente la mayoría de sus jóvenes practicantes hasta que en 1939 el balón rueda de nuevo en la postguerra en el viejo estadio  Pepe Gonçalves de La Isleta. Allí se viven los felices cuarenta en los que volvió a ser Campeón de Canarias en 1943, 1945 y 1946. Los nuevos valores continúan marchando a los clubes españoles. Marinistas como Campos, Machín, Victoriero, Farías, Polo, Sanabria, Molowny,... junto a otros victoristas como Mujica, Silva,  Gallardo, Torres,.... etc, destacaron en la década en importantes clubes españoles de 1ª División.
El Marino, bajo la presidencia de Eufemiano Fuentes, construye el Estadio de Las Palmas en 1944, que luego sería por más de 50 años el primer coliseo futbolístico de Gran Canaria, el Estadio Insular. Pero en todo ese camino hasta 1950, se van escribiendo con letras de oro la historia de una pasión por el balompié que colapsa la ciudad cuando un gran “match” de rivalidad toca en el calendario. El Marino F.C. es un ídolo popular. Es el equipo de las grandes pasiones, de las grandes polémicas, de las grandes actuaciones. También es el de las decadencias deportivas, el de las menguadas actuaciones, el de aquellos días tristes. El del “riqui-raca” traído de Cuba por un seguidor marinista o el otro grito de ¡Serenidad Marino! que popularizó Manuel Alonso, quien tras el portero también se batía contra los rivales, árbitros y adversarios.
1905 Mayo 15. En el buque de guerra de la armada española Numancia, llega al Puerto de la Luz en Winiwuada n Tamaránt (Las Palmas de Gran Canaria) el ministro de Marina de la metrópoli Eduardo Cobián, en viaje preparatorio a la visita del rey Borbón Alfonso XIII en la primera visita que un monarca español realizaba a una de sus colonias. Su presencia despertó la lógica curiosidad ya que era la primera vez que un ministro de la metrópoli visitaba Tamaránt (Gran Canaria). Permaneció en la isla durante cuatro días, acompañado por periodistas madrileños. Luego embarcó rumbo a Titoreygatra (Lanzarote) y Erbania (Fuerteventura) con la misma misión.
1905 Septiembre 28. Nace en Guía, Tamaránt (Gran Canaria) Miguel Santiago Rodríguez; su padre, Sergio Santiago Roque, era relojero de profesión y su madre, María Rodríguez Sosa (Mariquita la de Maestro Sergio), ocupada en las labores de su casa. Recibe la enseñanza primaria en la Escuela Pública de su ciudad natal, especialmente del Maestro de Escuela D. José Valenzuela Silva, que le inculcó las aficiones especiales a la Gramática y a la Literatura.
Después de la gran crisis económica producida en las Islas por la Primera Guerra Mundial y el bloqueo a que quedaron sometidas las mismas, que llegó al extremo de que la mayor parte de las gentes pasaran hambre, circunstancia de la que el biografiado no se pudo eximir, se trasladó a la Capital de la Isla, Winiwuada n Tamaránt (Las Palmas de Gran Canaria,) donde con la protección de sus tíos estudió la carrera del Magisterio, comenzada a los 16 años y concluida a los 19. En ella obtuvo las máximas calificaciones, y el titulo por Premio Extraordinario, único concedido, en 1923.
Enseguida se le dio destino en una Escuela Rural en la parte más abrupta y aislada de Tamaránt (Gran Canaria,) en Tasarte, pago o barrio del pueblo de la Aldea de San Nicolás, en la que sirvió durante 8 meses.
En el ínterin, y por no haber podido participar en dos sucesivas oposiciones al Magisterio  por falta de edad, se examinó en el Instituto de Segunda Enseñanza de Winiwuada (Las Palmas) de las asignaturas complementarias para ser Bachiller, titulo que obtuvo en 1925.
En el mes de Septiembre de este último año fue pensionado por el Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria para ampliar estudios en España, a donde se trasladó en Octubre de ese 1925, comenzando el primer curso de Filosofía y Letras, en el que obtuvo en Mayo de 1926 Matricula de Honor, en las tres asignaturas, con los Catedráticos Hurtado, Besteiro y Ballesteros. En los cursos sucesivos, de la Sección de Letras, hasta terminar la carrera obtuvo también en casi todas las asignaturas las calificaciones de Matricula de Honor y Sobresalientes, y por fin Premio Extraordinario en la Licenciatura en Septiembre de 1930. Han sido sus Profesores, entre otros, a más de los citados: Alemany, Bolufer, Cejador, Morales Oliver (Auxiliar), Millares Carló, Asín Palacios, Garcia Gómez (Auxiliar), Américo Castro, Dámaso Alonso (Auxiliar), Menéndez Pidal, Ovejero, Daza, González Palencia, Millás Villacrosa, Mélida y Ferrandiz. Realizó con los Profesores Ovejero, Termo y Gómez Moreno dos excursiones universitarias, una por Andalucía en 1927-28 y otra por el Sur de Francia e Italia (incluso Sicilia) en 1929. En el último año de carrera y durante el Doctorado en Letras (1929-1930) se especializó en Estudios de Fonética con vistas a la formación del Atlas lingüístico de España. A la vez, daba clases en el Liceo Francés de Madrid (España).
Al obtener plaza por oposición en el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos en 1931, fue destinado al Archivo de la Delegación de Hacienda y Biblioteca Provincial de Zamora (España); por ello tuvo que abandonar la preparación especial fonética que había emprendido.
1906. Los cuatro depósitos de carbón establecidos en Añazu n Chinech (Santa Cruz de Tenerife) tenían una capacidad total de 50.000 toneladas y sus propios muelles de servicio; disponían además de 50 depósitos flotantes, capaces para 130 a 180 ton. Cada uno, y de 50 lanchas de 15 a 26 toneladas. En esta época, Añazu (Santa Cruz) y Guiniwuada (Las Palmas) reexportaban juntos dos veces más carbón que todos los demás puertos de la Metrópoli. Sin embargo, esta actividad comercial había entrado en crisis en Añazu (Santa Cruz). Por una parte, el volumen de las ventas disminuía, como consecuencia de las repetidas y justas huelgas de cargadores de carbón (1898, 1901, 1910, 1912). Por otra parte, había entre los dos puertos canarios una dura guerra económica, librada precisamente sobre el terreno del suministro de combustible, porque de él dependían principalmente las preferencias de los navegantes. Para atraer el tráfico, los dos puertos se hicieron competencia en los precios, hasta que por fin se pusieron de acuerdo para unificar los precios. Se solían ofrecer también "premios" a los capitanes y maquinistas, para incitarlos a volver. También se convino que se debía suprimir este uso. El resultado fue un malestar económico, la retirada de varias líneas importantes, como la alemana, que prefirió a partir de entonces la escala de Madera, y una disminución del tráfico y, por lo tanto, de los servicios, que ocasionó nuevas huelgas y manifestaciones de descontento de los trabajadores.
1906. El gobierno del reino de España presidido por Moret, a quien el diario republicano "El Progreso" califica como "político fracasado, de carácter débil y veleidoso" (15 de enero de 1906), volvió a considerar el problema de las reformas en la colonia de Canarias y decidió que había llegado el momento de que el monarca Alfonso XIII visitara oficialmente el Archipiélago.
Tras el viaje del monarca de la metrópoli, el conde de Romanones, ministro de Gobernación, redactó una Memoria que publicó "La Gaceta" el 21 de abril de 1906. En ella se defendía la existencia de una autoridad de mayor prestigio, el llamado gobernador de altura, y la división de la “provincia” en dos, debido, según Romanones, a las enormes dificultades para resolver cualquier expediente, a la deficiencia de las comunicaciones, a la fragmentación de la provincia en islas, a la rivalidad entre Tenerife y Gran Canaria y a la distancia que existía con la metrópoli.
1906.
A primero de abril el Rey de la metropoli  Alfonso XIII visita Gran Canaria y viene de gira al pueblo, engalanado con bellos arcos de flores y banderas nacionales. Se celebra un almuerzo en los jardines del Hotel Santa Brígida y presencia una carrera de burros en Vista Alegre, cerca del Madroñal.

1906.
A raíz del encogimiento político y económico después de la guerra de Cuba, se sospecha que Inglaterra quiere hacerse con las Canarias (DT, 6/6.1906). Tampoco faltan los episodios cómicos: en 1904, «El Heraldo de Madrid», expresa su repulsa y extrañeza al saber que en Las Palmas se publica un periódico en inglés y que los comerciantes de la plaza pagan dinero para hacer publicidad en aquel idioma (DT, 29/3.1904).
1906. Nace en la calle Herradores Oscar Domínguez, máximo exponente canario de la pintura surrealista. Vivió en París atendiendo negocios familiares donde conoció a André Bretón, Dalí, etc., formando parte del grupo de artistas surrealistas. Fallece en París en 1957.
1906. Nace en Vallehermoso en la isla canaria de La Gomera, Pedro García Cabrera; en su pueblo natal su madre y tías tocaban la guitarra y cantaban coplas tradicionales, lo que señaló una tendencia en su poesía hacia el neopopularismo. Se trasladó a los siete años a Sevilla (España), donde su padre, que era maestro, va destinado, pero dos años más tarde volvió a su isla natal, desde donde más tarde marchará con su familia a Añazu n Chinet (Santa Cruz de Tenerife), donde estudiará bachillerato. En Eguerew (La Laguna) estudia Magisterio, y en 1922 comenzó su actividad literaria con artículos en revistas y diarios locales. Sus primeros poemas serían publicados en el diario Gaceta de Tenerife el año 1925. Durante los años 1926, 1927 y 1928 publicará en la revista Hespérides, en cuyo consejo de redacción entró y donde vio la luz su primera obra de relevancia, Líquenes (1928). En 1930 da a conocer su ensayo El hombre en función del paisaje, donde propone una contemplación amplia e integral del paisaje de las Islas Canarias, dejando a un lado aquellos elementos que pueden causar diferencias y protagonismos (como pueden ser el Teide, La Caldera de Taburiente, el roque Nublo o las Montañas del Fuego); él pretende que se fije la atención en los elementos comunes del paisaje y el ecosistema de todo el Archipiélago, con referencias que puedan servir para cualquier espacio insular. Ese mismo año, junto con los escritores canarios Rodríguez Doreste, López Torres y Juan Ismael funda la revista Cartones, ya de tendencias vanguardistas, y dirige la publicación decenal gomera de cuatro páginas Altavoz (1930-1931), a veces secuestrada por las autoridades, que servía de expresión a la Agrupación Juvenil Gomera. Eran alma de esta publicación Gabriel Mejía Fragoso, Ulises Herrera y Guillermo Ascanio y tenía un fuerte contenido de denuncia social a causa de su sección "Por el ojo de la llave", donde se mostraban al público con ingenio las arbitrariedades del caciquismo isleño. En abril de 1931 acude a las elecciones en la listas de la coalición republicana-socialista que derrocaría a la monarquía borbónica y será uno de los portavoces del partido socialista español en el Ayuntamiento de Añazu n Chinet (Santa Cruz de Tenerife) y en el Cabildo Insular, además de dirigir la publicación El Socialista. Su gestión como concejal se caracterizó por la reivindicación de políticas sociales, como la construcción de casas baratas para obreros o la mejora de la educación. Colabora además activamente en la revista del Surrealismo Gaceta de Arte, (1932-1935) que contribuye a fundar junto a Eduardo Westerdahl y que le edita su segunda obra poética, la plaquette Transparencias fugadas (1934). También comienza su poemario La rodilla en el agua, aunque no se publicaría hasta 1981. En 1934, por decisión judicial de las autoridades coloniales es obligado a irse de Chinet (Tenerife) y se exilia en Tafira, Tamaránt (Gran Canaria). Un año después conoce a Andrés Bretón y Benjamín Peret en la II Exposición Internacional de Surrealismo celebrada en Chinet (Tenerife), y suscribe un Manifiesto de adhesión a este movimiento. En esta estética escribió en 1936 el libro Dársena con despertadores, plagado de asociaciones de palabras que, según describía el propio escritor, surgieron mediante un proceso de búsqueda aleatoria cercana al "automatismo psíquico" propugnado por el movimiento vanguardista, esto es, escritura automática.
Es detenido por sus ideas socialistas junto a otros políticos republicanos el 18 de julio de 1936 y es conducido primeramente a una prisión flotante y luego al campo de concentración de La Isleta, en Tmaránt (Gran Canaria). El 19 de agosto es deportado, con treinta y siete compañeros más, en el barco correo Viera y Clavijo al continente al campo de prisioneros de Villa Cisneros, actual Dakhla (Sáhara), experiencia que narra en su Romancero Cautivo con el poema "Con el alma en un hilo". En marzo de 1937 protagoniza una espectacular fuga, junto con un grupo de presos y de soldados que desertan del bando ‘nacional’ facsista, y tomando el correíllo ‘Viera y Clavijo’ ponen rumbo a Dakar (entonces colonia francesa). Se instala durante un tiempo en Dakar hasta que viaja a Marsella, desde donde viaja a España en ferrocarril para integrarse en el ejército republicano en el frente de Andalucía, en el servicio de inteligencia militar. Una noche, cuando regresa en jeep de una misión desde Andújar a Jaén, el vehículo es arrollado en un paso a nivel por un tren cargado de heridos, accidente en el que mueren cuatro de sus compañeros. Él sufre graves quemaduras en las piernas; es ingresado en el hospital civil de Jaén (España). Trasladado posteriormente a Baza será nuevamente hecho prisionero y condenado a treinta años de prisión, siendo puesto en libertad vigilada en 1946, tras la cual contrae matrimonio, en 1948, con Matilde Torres, a la que había conocido años atrás durante su convalecencia en el hospital. En el tiempo que duró su encarcelamiento en el Sáhara y en Granada termina varias obras como Entre la guerra y tú (1936-39), Romancero cautivo (1936-1940), La arena y la intimidad y Hombros de ausencia (1942-1944), Viaje al interior de tu voz (1944-46). Estas obras permanecerán inéditas hasta la publicación póstuma de sus Obras completas en 1987.
De regreso a Chinet (Tenerife), consigue un empleo burocrático como jefe de contabilidad en la Caja de Previsión de la Cepsa, compañía española que tiene el monopolio de los carburantes en las islas. Se instala en Tacoronte, para pasar más tarde a Añazu (Santa Cruz), en donde residirá definitivamente. Por iniciativa de Domingo Pérez Minik y de Eduardo Westerdahl, en 1949 intentan recuperar el vacío dejado por Gaceta de Arte con una nueva revista que recibe el nombre de De Arte, pero que, desafortunadamente, no pasa de su primer número, aunque permite a García Cabrera sacar a la luz un interesante ensayo titulado "Arquitectura y poesía". Al fin en 1951 publica Día de alondras, un libro inspirado en la poesía del poeta español Federico García Lorca. Con el apoyo de Ángel Acosta, en 1954, se le plasma una nueva oportunidad de manifestar sus inquietudes artísticas en uno de los primeros suplementos literarios del archipiélago, la Gaceta semanal de las artes, un cuadernillo de periodicidad semanal, que salía cada jueves dentro del vespertino tinerfeño La Tarde; se van uniendo a este suplemento Julio Tovar, Domingo Pérez Minik, Eduardo Westerdahl, Enrrique Lite, y más tarde, Carlos Pinto Grote, Fernando García Ramos, Isaac de Vega y Rafael Arozarena. En septiembre de ese mismo año participa con el amigo y poeta José Domingo en el II Congreso Internacional de Poesía celebrado en Knokke, ciudad belga de la costa del Mar del Norte, con una ponencia sobre "Las fuentes de la poesía popular".
En 1959, en Madrid (España), publica La esperanza me mantiene. Siguen cronológicamente en 1968 Entre cuatro paredes y Vuelta a la isla; Hora punta del hombre en 1970; Las islas en que vivo, 1971; Elegías muertas de hambre, en 1975, Ojos que no ven, en 1977 y Hacia la libertad (1978), ilustrada con aguafuertes de Jesús Ortiz. Al final de los años stenta se le diagnostica un cáncer. Los últimos poemas los escribe en Suecia, convaleciente de su enfermedad. El 20 de marzo de 1981, a la edad de 75 años, fallece en Santa Cruz de Tenerife, sus Obras completas se editan en 1987 y en 1997 le fue concedida a título póstumo la Medalla de Oro por el Gobierno supuestamente Autónomo de Canarias. Sin embargo, no toda su obra está publicada y constantemente aparecen inéditos, como dos poemas desconocidos de Hombros de ausencia (1944), "Nochebuena del 40" y "Como el lobo del cuento". El núcleo más importante de los escritos en prosa lo constituyen sin duda los que reflexionan sobre dos temas centrales en la órbita ideológica y estética del autor: de un lado, los referidos al arte nuevo y la deshumanización del arte; de otro, los que insisten en la necesidad de integrar en las nuevas formas los contenidos regionales, o lo que es lo mismo, el proyecto de una auténtica literatura regional. Muere en Añazu n Chinech (Santa Cruz de Tenerife en 1981. (Tomado de Wikipedia).

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