sábado, 31 de mayo de 2014

CARIDAD SALAZAR FERNÁNDEZ.








1948 agosto 26.

Falle en San José de Costa, Caridad Salazar Fernández.
Escritora y educadora nacida, según todos los indicios, en la localidad el 16 de agosto de 1869. Sobrina de los insignes palmeros Valeriano (1831-1925) y Juan Fernández Ferraz (1849-1904) es, por tanto, heredera de una importante tradición intelectual familiar vinculada al mundo de la educación y la cultura y de la que participó también su madre, Juana Fernández Ferraz. Afincada desde muy temprana edad en Costa Rica, a la que se trasladó con su familia, se incorporará de lleno al mundo de la enseñanza de este país donde ejercerá como maestra nacional, desarrollando una significativa labor pedagógica en la que destacará incluso como autora de un libro de texto oficial (Robinson Tico). Entre su producción literaria están obras como La Cruz de Caravaca, Celajes de Oro, Flor de Café o La partera de los Ángeles. Su fallecimiento se produjo en San José de Costa Rica el 26 de agosto de 1948. Años más tarde, el Ayuntamiento de Villa de Mazo reconocía, en la sesión plenaria que celebraba el 30 de agosto de 1959, la labor literaria y educativa desplegada por esta ilustre palmera, acordando dejar constancia de la misma, como homenaje póstumo, en una lápida conmemorativa y dando su nombre a una calle del casco urbano. El acto de reconocimiento en el que se descubrirá la citada lápida, coloca en la fachada de las Casas Consistoriales, tuvo lugar el 25 de septiembre de 1960.


“Doña Caridad Salazar Fernández de Robles nació el 16 de agosto de 1869,1 en la Villa de Mazo, en una finca propiedad de sus padres: Don Benito de Salazar y doña Juana Fernández y Ferraz, ambos hijos de Santa Cruz de La Palma, ciudad capital de la Isla de La Palma, Islas Canarias, España.

Su tío materno, el Dr. Valeriano Fernández Ferraz, residía en Costa Rica, en Cartago. Era doctor en Filosofía y Letras y dirigió el Colegio San Luis Gonzaga. Su hija llegó a Cartago a la edad de tres años  y se incorporó a la vida cotidiana costarricense.

Los primeros estudios los realizó en el Colegio de Nuestra Señora de Sión. Luego colaboró en la escuela privada que dirigía su madre impartiendo clases de lectura, geografía y labores manuales. También trabajó en una escuela de Alajuela, por cuatro años y después pasó a laborar en una escuela cartaginesa. Esto le permitió conocer y casarse con un cartago, llamado Juan Robles Guzmán y con él engendró diez hijos. Murió en San José el 26 de agosto de 1948.

Se dedicó al magisterio, cultivó la música, la pintura y la literatura. Es la primera escritora costarricense que escribe poesía y cuento para niños. Además fue redactora en varios periódicos de la época. Usó varios seudónimos pues sabía que las ideas de una mujer aunque fueran superiores a las de los hombres no eran atendidas por una sociedad patriarcal y machista. Al respecto dice:

"Mucho he escrito y defendido causas nobles, devatidas por la prensa; en más de una ocasión triunfaron mis ideas. Pero es inútil escribir; a la mujer en Costa Rica no se le toma en cuenta. Para tener éxito necesita colarse un sombrero de hombre y firmar con un nombre masculino. Se atiende entonces al sombrero y al nombre."2

Murió en San José el 26 de agosto del año 1948.


Lo que escribió Caridad Salazar de Robles


Usó algunos seudónimos para sus escritos, sobre todo porque tenía la certeza de que en Costa Rica la mujer era discriminada por el sexo. Así se hizo llamar Clarisa, Cira, María de Silva y otros nombres masculinos.

NOVELA


1. La pastora de los  Ángeles: 1909
2. La cruz de Caravaca: 1924
3. El Legado: 1925
4. Flor de café: 1926
5. Un Robinson tico: 1927
6. Diana de Malvar (inédita)

CUENTO


1. Cuentos fantásticos: 1920
2. Celajes de oro: 1921
3. Tornasol: 1921
4. Horas de recreo: 1921
5. El rey de la selva
6. La escuela para el niño

POESÍA

1. Amor: 1927
2. Iris: varios años
3. Anhelos
4. Ensueños infantiles


La novela Un Robinson tico que publicó en 19371 es muy poco conocida en Costa Rica.
Es estudiada en los colegios de secundaria, desconocemos cuáles sean las razones, pues desde ningún punto de vista, la novela  muestra méritos para ello. Es una novela de aventuras, la primera que usa esa temática en la literatura costarricense.

Un muchacho cartaginés, Jorge Herradora de 17 años trabajador de una finca en Santa  María de Dota viaja hacia el sur del país hacia Chiriquí, pueblo de Panamá. Su motivo: vender un ganado. Le acompaña Tomasillo, el hijo del mandador de las fincas de edad de 12 años. Como

el camino es a pie y por la montaña, sufren diversas aventuras. Al inicio no más de su travesía son atacados por un tigre y huyen por caminos desconocidos. Siguen el curso de los ríos y arriban a Punta Dominical, en el Pacífico Sur. Allí permanecen casi cinco años y experimentan las más variadas aventuras. El primero de enero de 1870, cuando Jorge cumple 21 años, son rescatados por un barco y regresan a Puntarenas y de esta ciudad a la hacienda de  donde salieron.

La novela es narrada por una tercera persona singular omnisciente y más que narrar, le interesa describir. A pesar de tener las aventuras como su móvil, se interesa por la descripción de los paisajes geográficos que los personajes van pasando. Se detiene en todos los detalles de árboles, animales, ríos etc. con gran precisión. Es una novela con una clarísima intención didáctica: mostrar la geografía costarricense desde cualquier ángulo que se le mire: animales, vegetación, cultivos y otros. Destaca la importancia de la educación geográfica de los jóvenes porque, gracias a ella y  sus conocimientos, ellos pueden regresar, a los lugares de origen, sanos y salvos.

La novela está llena de prejuicios  religiosos y raciales. El indio es visto como un bárbaro y los españoles como los salvadores de estos pueblos. Está escrita desde la perspectiva española colonialista. Es una visión superior e ideológica. Es una ofensa a la inteligencia y a nuestros indígenas.

La segunda novela conocida que publicó Caridad Salazar de Robles, la llamó La cruz de Caravaca y la publicó en 19241

Es una novela tradicional, moralista de corte religiosa y pretende ser ejemplar.

En un contexto histórico entre la acción bélica de 1823 entre republicanos e imperialista, Villa Hermosa y Villa nueva contra Cubujuquí y Cartago, encabezada por Gregorio José Ramírez y Quijano por los republicanos y contra los cartagos que ostentaban la capital del país hasta 1841, año de uno de los tantos terremotos provocados por el volcán Irazú que destruyo Cartago.

En ese maraco histórico y un ambiente social claramente delineado entre ricos, aristócratas y pardos, indios, esclavos, se dan dos historias trágicas de amor imposible.

Se describen costumbres de la época, el fervor religioso, el poder de los curas, la presencia de los españoles y criollos descendientes de ellos, la vida de los ricos en sus haciendas, el papel de esclavos de los pobres, generalmente huérfanos y desposeídos, al abrigo de la caridad de los poderosos, el papel cómplice de la iglesia y los curas complacientes con los hidalgos, pero todo como algo natural, armonioso, codificado, necesario. Es el paraíso social prefabricado por la aristocracia cartaga, afincada en las tradiciones de España, el fervor cristiano y sus valores justificativos de una moral hipócrita, desproporcionada y desigual.

El narrador participa de los hechos con sus juicios, sus alusiones referenciales, sus valoraciones e invita a los lectores a formar parte de su visión de mundo que desde luego es la establecida por el código cristiano de la época. por ello la novela abunda en las informaciones de los lugares religiosos, las apariciones de la virgen de los Ángeles y el culto a la virgen de la Calendaria, los milagros de ellas, los robos de las reliquias, la expulsión de los piratas y los zambomosquitos, el símbolo de la Cruz de Caravaca, los portales, los paseos, y  desde luego como tesis y propuesta de moral: los valores cristianos, el honor, el apego a los principios de autoridad familiares, la obediencia, el sometimiento a la  verdad absoluta de los padres y  los mayores. Y por supuesto la trágica herencia de las consecuencias de los errores de los padres que pagan los hijos.

Los personajes protagónicos representan la clase rica de Cartago. Elvira es la hija de un aristócrata caballero de origen español y el malvado Lope, el extranjero, el panameño, es rico aunque calavera. La confidente y celestina Águeda, es de origen también aristocrático. Así la novela abre la historia cruel y trágica de Elvira y sus amoríos con Lope, el don Juan panameño. Elvira viola el código familiar y moral, desobedece a su padre y se entrega en amores a Lope. De este error censurable y censurado nace una hija, Anita, que pagará en carne propia los desvaríos de su madre y su padre. Elvira pierde a su padre en los hechos bélicos y ve a su amante salir desterrado a Panamá, queda sola con la celestina Águeda y pierde la razón, años después la recupera y lleva una vida de beata y moralista. Por azares de la vida recoge a dos hermanos que una madre deja en sus manos pues su marido murió y ella también está a punto de partir para siempre; uno es Pedro y la otra es Anita, que desde luego ella ignora su verdadero origen. La cuida con esmero y cuando es una señorita, ve cómo se enamora de Luis, un joven josefino. Aquí comienza la historia de la culpa ajena, pagada por inocentes. Después de varias discusiones y enfrentamientos entre Elvira y Anita, la madrina logra aparentemente alejar a Luis de los brazas de su protegida, máxime cuando se entera de que su padre es Lope, su antiguo amante. Ellos siguen sus relaciones y Luis propone a su novia casarse pero para ello debe huir de la casa de su madrina. Así lo hacen con la complacencia del cura y  el gobernador. En la iglesia, y al iniciarse la boda aparece Lope padre de Luis, enterado de la boda de su hijo con Anita por un amigo de Luis llamado Ginés, y detiene  la boda. Se esclarece el misterio. Todos los presentes se enteran de que Luis les hermano de Anita. En ese momento ocurre el terremoto de 1841, algunos mueren, otros quedan heridos y mueren después como Anita y otros se salvan como Elvira que vivió muchos años más. Luis viaja a Guatemala y se hace cura y muere de viejo, como un santo.

Novela trágica, de claro proceso de degradación. Se parte de una situación inicial feliz cuando Elvira y Lope se amaban, pero hay un pecado, una falta, una violación al código moral: Elvira desacata la orden de su padre, desobedece y se hace merecedora al castigo. Es en ese preciso momento que se inicia el camino de la purgación de la pena, locura, soledad, tristeza, amargura. La historia reinicia con  Anita, la segunda protagonista y aparece la misma falta, desobediencia, solo que esta vez el pretendiente es bueno y no un calavera como Lope. De nada vale, viene el castigo del destino, de Dios, los amores no son permitidos: son hermanos. El acto no se realiza y el código moral queda a salvo. Se restablece, en la situación final, los mandatos morales y sociales de una programación religiosa castrante, alienante, enajenada y discriminatoria.

La novela abunda en descripciones costumbristas y paisajistas, está muy  llena de errores tipográficos y ortográficos, pero logra dejar clara la visión oficialista, ideológica de una clase aristocrática que aún hoy se mantiene en la ciudad de Cartago y que se extendió por todo el país.

Es la primera novela que trata aunque circunstancialmente los hechos bélicos de 1823. La segunda en hacerlo es Las huellas del puma de Luisa González Herrera, en 1948.
La tercera novela, La Pastora de los Ángeles la publicó en 1909. No la conocemos.

La cuarta novela la llamó El Legado y la publicó en el año 1925. No la hemos leído.

La quinta novela de esta escritora la llamó Flor de café y la publicó en 1926 y La pastora de los Ángeles: 1909, no las hemos leído.” Benedicto Víquez Guzmán, 2009)





1 Estos datos biográficos son tomados del libro Un Robinson Tico publicado por Mario Fernández Lobo. Las modificaciones son nuestras.
2 Citada por Teresa González Pérez. Ob. Cit.
1 Salazar de Robles, Caridad. Un Robinson tico. Ed. Fernández-Arce, San José, 1993. La 1ª. Ed. La hizo María V. de Lines en 1927.
1 Salazar de Dobles, Caridad. La cruz de Caravaca. Imprenta El Heraldo, Cartago, 1924. Premio de Mención en los Juegos florales de los padres capuchinos de Cartago del año 1924.

No hay comentarios:

Publicar un comentario