lunes, 7 de julio de 2014

.La emigración canaria en Cuba. Consecuencias económicas y socioculturales.




1999 febrero 24.
Actualmente la cooperación canario cubana muestra como logros en este renglón la producción cooperada de "Punch cigarritos" pertenece a la Compañía de Tabacos Isleños (COTAIS), una asociación económica entre la Compañía Tabacos Isleños S.A. (CITA) y la Unión de Empresas del Tabaco de Cuba que se constituyó oficialmente el 24 de febrero de 1999 y está ubicada en Tenerife. La socia cubana situada en el municipio habanero de El Cerro, requirió una inversión de 300.000 dólares para su reconversión tecnológica. COTAIS cuenta con un capital inicial de tres millones de dólares aportados por ambas partes.


 Introducción

El tema de la emigración es uno de los más recurrentes en la literatura contemporánea. El proceso de globalización de la economía mundial ha contribuido sensiblemente al rompimiento relativo de las barreras nacionales, favoreciendo el “libre” movimiento de personas desde lugares muy distantes. Todo esto facilitado por un desarrollo sin precedentes del transporte, las telecomunicaciones, los servicios financieros y el turismo, entre otros.

La migración temporal o total o en transición de la una a la otra obedece a motivos tan variados como las personas que protagonizan el movimiento migratorio. No obstante los motivos económicos y familiares resultan ser los de más peso. En el factor económico, que es esencial se insiste en que la desigualdad económica de las naciones, es una causa esencial de los movimientos migratorios: esta se manifiesta como diferencias internacionales de salarios y de ingresos, y por tanto de niveles de vida motivo esencial; aunque no deben olvidarse otras causas importantes como son los desastres naturales, las guerras, las epidemias, entre otras.
La emigración es un tema muy actual y, al mismo tiempo, es un tema muy antiguo. El mundo actual tal y como o vemos hoy, es el resultado del movimiento migratorio desde las primeras civilizaciones y asentamientos humanos hasta conformar el mapa político global en la actualidad buscando siempre mejores condiciones de vida. El continente americano no esta exento de esta tendencia. En si mismo es resultado de un movimiento migratorio primero de aborígenes, después de españoles y mas tarde portugués, ingles, francés, etc. No es desacertado decir que la cultura americana han tenido una influencia decisiva las migraciones, que al asentarse y unirse con la nativa dieron origen a lo que hoy es el ser latinoamericano.


Cuba a diferencia de la América Latina, se caracteriza por una débil influencia indígena y una mayor influencia negra española y china en su conformación cultural y más débilmente influencia caribeña francesa e inglesa. A raíz del aniversario en los 90s del encuentro entre las cultural se volvió en toda la América Latina el debate sobre el choque, encuentro o desencuentro de culturas. Más allá de la polémica en la cual no nos vamos adentrar porque nos parece suficientemente aclarada, lo que si fue importante es el replanteamiento del aporte mutuo de las mismas a la identidad y el desarrollo nacional. En esa dirección en América Latina y en Cuba en particular se reactivaron las publicaciones y estudios sobre la influencia de las emigraciones en la cultura cubana, fundamentalmente las menos estudiadas, las influencias china y canaria.
El objetivo de esta ponencia es valorar la influencia de la emigración canaria desde los puntos de vista económico y sociocultural en Cuba, tomando como referencia su presencia en la zona central. Para lograr el mismo se han revisado numerosos materiales antiguos y recientes; publicados e inéditos sobre el tema los cuales han arrojado luz sobre un tema insuficientemente estudiado. El presente se inscribe en un conjunto de esfuerzos que han sido promovidos por la Asociación Canaria de Cuba (ACC) en su sede Central; que estimula las actividades de extensión desde la Universidad y otros centros incentivando la investigación, el conocimiento y entendimiento mutuos, y el intercambio cultural y las acciones solidarias. Un segundo objetivo, y no menos importante es determinar temas para nuevos trabajos y estimular los estudios sobre el tema general de la emigración y su impacto cultural.
La emigración canaria. Historia.
Existen evidencias de que en el segundo viaje de Colon a América con él viajaron canarios, que seguramente aprovecharon la escala que hizo su expedición en el archipiélago. Se sabe con seguridad de 35 pasajeros que viajaron de las Islas Canarias a La Habana en 1686 , a bordo del velero Nuestra Señora de Guadalupe y San Juan (del 3 Mar 1686 al 12 Jun. 1683). En la segunda mitad del siglo XVI se habla de 65 personas que emigran legalmente. Las investigaciones de Miriam Rivera dan fe de este primer viaje y de una lista de veleros que hacían la ruta entre las Islas Canarias, Puerto Rico y Cuba en los años 1756-1773. Estas investigaciones de archivo arrojan luz sobre la antigüedad de la presencia de canarios en el nuevo mundo y en Cuba.
Los canarios participarían en la conquista como expertos guías. Entre 1492 y 1506 al menos 12 de las mayores expediciones hacen escala en La Gomera o Tenerife. Entre ellas las de los mayores nombres de la conquista como Colón, Ojeda, Vespuccio, Pedrarias, La Cosa, Yáñez u Ovando. Las Canarias tienen el privilegio de comerciar con Indias desde los comienzos de la colonización del Nuevo Mundo. Una Real Orden de 1511 simplemente especifica que los canarios parten solamente con la autorización del capitán del navío
Numerosos factores favorecieron la estabilidad y el crecimiento de la corriente migratoria en primer lugar, la crisis económica en Canarias; la política de la corona española de promover la migración voluntaria e involuntaria. La emigración forzada (involuntaria) se realizo mediante el mandato del Tributo de Sangre (Real Cédula del 25 de mayo de 1678), en virtud de la cual por cada 100 T de M que se exportaran al nuevo continente, debían enviarse 5 familias. La voluntaria se estimulo mediante La Real Célula del 11 de abril 1688, que responsabilizaba a Cuba y Puerto Rico a facilitarles tierras a las familias que emigraban. No puede desdeñarse los rumores y la certeza sobre la existencia de oro, y la aspiración de mejoría económica en un continente poco poblado, aun sin explotar que, supuestamente, ofrecía posibilidades para todos.
La emigración se extendió en oleadas sucesivas ascendentes hasta la mitad del siglo XIX. En el censo de 1846 se contabilizaron 45.814 canarios en Cuba. A partir de mediados de siglo se verifica una disminución en la corriente migratoria canaria a la isla, que se reactivo a finales de la década del 60, periodo en el cual las autoridades españolas contabilizaban unos 60 000 isleños aquí. La emigración ascendente que fue paralizada por la guerra de independencia y se mantuvo deprimida hasta la segunda década del siglo XX, en esta etapa (1868-1913 aproximadamente) la tendencia fue a la inversa (retorno). Es posible que la nueva oleada haya tenido que ver con la amenaza inminente de la Primera Guerra Mundial.
La emigración española y canaria tienen sus diferencias muy específicas: los españoles vinieron como colonos y les fueron entregadas tierras en encomienda. En ese momento histórico las Islas Canarias eran colonia española, esto decidió su destino: los naturales de las Islas Canarias o isleños, se destinaron como mano de obra para las plantaciones de caña de azúcar y de tabaco y tuvieron suerte al no ser considerados oficialmente esclavos. Aun así fueron superexplotados en las plantaciones de caña, tabaco, obras en condiciones de la más onerosa servidumbre.
Las provincias centrales de Cuba fueron objeto de la inmigración canaria en el siglo XVII. Los canarios o isleños se asentaron en el centro y están vinculados con la fundación de sus principales poblados como Sagua la Grande, fundada en el 1812 por el colono de origen canario Don Juan Caballero, Santa Clara, Camajuaní, San Juan de los Remedios, Vueltas, Santo Domingo, El Hoyo en Manicaragua , entre otras. Los canarios venían preferentemente de Gran Canaria, Tenerife y La Palma.
La fundación de Placetas data del 24 de marzo del 1847 en la Iglesia del Copey, y fue promovida por habitantes de Remedios y sus alrededores que trataban de moverse más al interior del territorio buscando mejores tierras para el tabaco y más seguridad de los ataques de corsarios y piratas. En el asentamiento el 63,9 % de los pobladores provenían de Canarias, de Tenerife el 39,8%; La Palma 27,0 %; La Gomera 19,8%; Gran Canaria 12,8%. Las actividades económicas a las que se dedicaron fueron: labores agrícolas: 44,2%; Amas de Casa 26,6%; Comercio 11,5%; y soldados el 8,8%, entre otras. Esta composición confirma el criterio prevaleciente entre los estudiosos del tema acerca de la procedencia humilde y rural, y el carácter familiar de la emigración canaria. Es interesante el detalle de que los canarios se asentaban preferentemente en las zonas rurales y no en las cabeceras de provincias donde predominaba la emigración peninsular, de aquí se desprende que las influencias económicas y socioculturales canarias se vean mas marcadamente en las zonas rurales y en la cultura campesina en Cuba.

Sagua fue fundada el 8 de diciembre de 1812. A finales del siglo XVIII, Sagua la Grande era solo un caserío incipiente conocido como Embarcadero, ubicado a orillas del río. Don Juan Caballero, colono de origen canario fundó la ciudad en 1812 con la celebración de una misa en una ermita rústica, construida para ese propósito.

Cabaiguán en el periodo que va entre 1830 y 1850 se incrementa la llegada de isleños a Cuba, la construcción del ferrocarril demandó mano de obra adicional para estas labores. Casi un millar de canarios participaron en la construcción del primer tramo Habana-Bejucal. La historia de la fundación de Cabaiguán(1894), conocido como la capital canaria de Cuba esta relacionada con las inmigraciones de las siete Islas, ocurridas desde el pasado siglo, y que se fortalecen a partir de 1902 paralelamente con la construcción del ferrocarril central. Cabaiguán que nació de un minúsculo caserío del fenecido partido de Neiva, que en 1861 contaba sólo con 25 habitantes y ya en 1919, tenía una población de 4,361 personas.
La historia de la ciudad cabecera Santa Clara, desde su fundación el 16 de julio de 1689, esta vinculada con la emigración canaria y sus primeros descendientes. Es el resultado de la migración hacia el sur de canarios que ya antes se habían asentado en Remedios y Camajuaní y buscaban mayor protección con respecto a los ataques de corsarios y piratas y otros pillajes relacionados con el comercio de contrabando. En Santa Clara se asentó un grupo considerable de canarios nativos de Aguimes (Gran Canaria), de estos quedan aún descendientes.
Los isleños al asentarse, se dedicaron a la agricultura y la manufactura tabacalera y de norte a sur, tras mejores condiciones naturales para el tabaco, se fueron moviendo y asentándose hasta llegar las montañas de Macizo del Escambray, donde hicieron un importante asentamiento en El Hoyo, en el actual municipio de Manicaragua. En la misma medida en que se extendía la demanda de tabaco, se estimulaba la oferta esta situación mejoró sensiblemente la situación económica de los canarios, incluso se formaron elites mercantiles isleñas que se integraron dentro de los estratos altos de la sociedad cubana.
Viendo en el tabaco una vía de enriquecimiento, España monopolizó el comercio del tabaco, para lo cual estableció en 1634 el estanco de este producto para Castilla y León, régimen que en 1707 se amplió a todos los territorios de la corona. Esta medida unilateral afecto los intereses de los trabajadores canarios que se sublevaron junto a los tabacaleros sucesivamente en el 1717, 1720 y 1723. Los isleños se incorporaron a la Guerra del 68 unas veces se alistaron en el Ejercito Español y otras del lado de las fuerzas mambisas.
Factores importantes fueron la rebelión de esclavos en Haití; la liberalización de la trata de esclavos en 1789; y la profunda crisis económica en Canarias; estos crearon condiciones favorables para su introducción masiva de la mano de obra africana. En el período que va de entre 1783 y 1791 se incrementaron vegas y vegueros, no obstante para finales de la década los que cultivaban las tierras a censo y por arrendamiento se vieron obligadas a abandonarlas y desplazarse hacia zonas más alejadas y de menos interés para el gobierno español. Se extendía triunfante la producción azucarera sobre la base de la explotación extensiva e intensiva de la mano de obra esclava que precisaba extensas plantaciones.
El inicio del siglo XIX fue beneficioso para los inmigrantes, dado el conflicto bélico en Venezuela (1814) la corriente migratoria se dirigió hacia Cuba y Puerto Rico. Los canarios y sus descendientes siguen extendiéndose hacia el Occidente.
Entre 1835 y 1850 Macías Hernández considera que al menos 50.000 isleños emigraron, de los que casi un tercio se dirigen a Cuba. Si el censo de 1846 recogía la presencia de 19.759 canarios en la Isla, el de 1862 los eleva a 45.814
Un incentivo adicional, pero no menos importante fue la crisis de las relaciones esclavistas y la extensión paulatina en Cuba de las relaciones capitalistas de producción. Esto generaba una demanda adicional de mano de obra asalariada:
La extinción definitiva de la esclavitud fue en 1886. Se calcula entre 50 y 60.000 el total de los emigrantes isleños en la segunda mitad del XIX. La zafra de 1887 fue la primera que se hizo totalmente con asalariados.
Guerras participación
El inicio de la Guerra de Independencia determinó el descenso en la corriente emigratoria canaria a partir de mediados de siglo. Los flujos se reavivaron a finales de los setenta. En el 1872 se funda la Asociación Canaria de Protección y Beneficencia Agrícola como un primer y loable intento de organización y asistencia mutua. En la región central se fundo en el 1881 la Sociedad de Inmigración Española, por José Martínez Fortín y Erlés y otras personalidades del Partido de Remedios. El propósito de la SIE fue estimular la inmigración canaria directamente hacia la zona central por el puerto de Caibarién para ser utilizados como mano de obra para las labores agrícolas, en sustitución de la mano de obra negra sobre todo para el tabaco, aunque también trabajaron en ingenios y sitios agrícolas. Solo en el 1883 desembarcaron por Caibarién 6 expediciones con 1500 inmigrantes .
Los canarios se incorporaron a las Guerras de Independencia unos del lado del ejercito español donde se destacaron el general Ignacio Pérez Galdós, grancanario y el Cabo de Infantería Higinio Lugo Torres, tacorontero y el Batallón de Guerrilleros de Canarias. Del lado de los mambises combatieron por la libertad de Cuba numerosos isleños, llegaron a generales cuatro canarios: Julián Santana, Manuel Suárez Delgado, Jacinto Hernández Vargas y Matías Vega Alemán. El héroe nacional de Cuba y descendiente de canaria; José Martí cayó el 19 de mayo de 1995 en plena gesta libertadora.
Frustrada la independencia con la ocupación militar norteamericana (1898) se vivieron en Canarias momentos de incertidumbre y decepción. Se declara en ese año el Estado de Guerra, ante la amenaza del presidente norteamericano de ocuparla conjuntamente con Baleares. Los isleños recibían sus militares repatriados de Cuba que habían luchado con el Ejército Español. Se sintió con mucha fuerza la repercusión de la guerra hispano cubano- norteamericana, se temía un desembarco yanqui en el archipiélago y por la suerte de las familias canarias asentadas en Cuba. La repercusión que la guerra hispano-cubano-norteamericana tuvo en Canarias puede constatase en la prensa de la época que a pesar de el enfoque triunfalista que caracterizó el tratamiento del tema del conflicto bélico en cuestión; nos permite ver su importancia para la opinión publica en las Islas.

Siglo XX
Una vez establecida la Republica en Cuba, se restableció el flujo migratorio, que recibió un impulso en la segunda década. La eliminación de todas las trabas que supuso la dominación española; la reconstrucción y reanimación económicas que supone la salida de toda guerra; la inversión de capital norteamericano provocaron una reactivación de la economía cubana y una demanda creciente de fuerza de trabajo:
En el bienio 1913-1914 Cuba acogía entre el 84,9 por 100 y el 87,3 por 100 de los emigrantes salidos por el puerto de Las Palmas, entre el 87 y el 87,2 por 100 de los que parten de Tenerife y entre el 99,2 y el 99,9 de los que embarcan en Santa Cruz de La Palma. De los 4.677 pasajeros considerados como emigrantes que parten en 1914 de Canarias, un 40,5 por 100 lo hacen del puerto de Tenerife, un 31,6 por 100 de Las Palmas y un 27,9 de La Palma. Para 1915 la cifra se elevaba a 6.713 pasajeros, pero los porcentajes habían variado: un 38,4 por 100 tienen como punto de embarque Tenerife, un 44 por 100 Las Palmas y un 17,6 por 100 La Palma.
Otros factores a considerar fueron en el plano internacional, la amenaza y posterior realidad de la Primera Guerra Mundial (1914-1918); los altos precios del azúcar en el mercado mundial; la elevada cotización del peso cubano que se equiparaba en esa etapa al dólar norteamericano, patrón internacional; las diferencias salariales entre trabajadores en Canarias y en Cuba; el incentivo a la producción agrícola azucarera por los precios altos en el mercado mundial; y no azucarera por el fomento en Cuba de nuevos cultivos de exportación (plátanos, tomates y papas). Estos propiciaron una emigración de trabajadores temporales, preferentemente varones que intentaron hacer un pequeño capital en Cuba, para más tarde invertirlo en Canarias.
La coyuntura alcista de los precios del azúcar, que produjo una demanda de mano de obra adicional, y estimuló la emigración española y canaria, se interrumpió bruscamente en el año 1921 los precios del azúcar en el mercado norteamericano se derrumbaron de 22 centavos la libra a 3,75 centavos. Españoles e isleños se vieron obligados a regresar a casa, produciéndose algunos disturbios y protestas por el trato despiadado por parte de las autoridades de inmigración.
Es muy probable, por tanto, que fuese Canarias una de las regiones españolas más afectadas por la repatriación de la "quiebra cubano" del año 1921, estimándose según cifras oficiales como retornados en dicho año la de 3.416 y que continuará en 1922 con 2.411 repatriados más.
A mediados de la década del 20 se vivió en Cuba una cierta recuperación. No obstante en el 29 se sintieron en la economía cubana fuertemente los efectos del crac del 1929. En Cuba comenzaba una crisis estructural y permanente que evidenciaba los límites de crecimiento para un país dependiente y subdesarrollado. Si bien el "quiebra cubano" fue coyuntural, las consecuencias de la crisis del 29 fueron tan graves que determinaron la retirada de los trabajadores temporales y que un 70 % de los inmigrantes decidiera su retorno, quedándose en Cuba solo un 30% de la población canaria que en ese momento radicaba en Cuba. Este 30% (que a partir de ahora seria el 100%) en su inmensa mayoría, ya asentados con descendientes cubanos y con cierta estabilidad económica: eran pequeños propietarios vegueros, tabaqueros o colonos cañeros; en menor medida comerciantes y de otros oficios.
Los inmigrantes canarios tendieron a la unidad y la colaboración mutuas. El 11 de noviembre de 1906 se funda la Asociación Canaria con objetivos de asistencia sanitaria, instrucción, recreo. El asociacionismo canario resulto un pilar importante para la ayuda y la estabilidad de la ya comunidad canaria en Cuba. La asociación promovió la construcción de centros sanitarios y estimulo un importante movimiento periodístico. Una parte minoritaria de éstos dio lugar en los 20 a la creación del Partido Nacionalista Canario y su órgano de expresión “El Guanche”. Los descendientes de canarios como parte ya del pueblo cubano asumieron su identidad sin perder lo más esencial de las tradiciones canarias que se transmitían de generación en generación.
Debido a esta asunción se hacen muy difíciles la investigación sobre la historia de los inmigrantes canarios y sus familias en la etapa que va de la década del 30 hasta nuestros días. Ya que, una vez controlados los flujos y estabilizarse la comunidad canaria, “aplatanarse”y mezclarse, su historia se funde con la del pueblo cubano. Lucha de clases; Revolución; emigración de algunos perjudicados por las medidas de la Revolución en los años 60; relaciones y vínculos familiares normales; derrumbe del campo socialista y periodo especial en Cuba; estímulo al turismo en Cuba que coincide con un desarrollo ya importante en las Islas Canarias; reactivación por esta vía los lazos que anteriormente solo eran diplomáticos y familiares. Los noventa en Cuba crea un ambiente propicio para el estrechamiento de estos vínculos y, como parte de esto la reactivación de los viajes y del flujo migratorio esta vez primando de Cuba hacia las Islas Canarias, por encontrase estas en la actualidad en una situación económica mejor y mas estable. Las nuevas tecnologías de la computación y las telecomunicaciones han facilitado la reactivación de los vínculos.
En la actualidad se estima que existen más tres mil naturales del archipiélago; muchos de los cuales son varones, mayores y conservan la nacionalidad española, por razones sentimentales y patrióticas, pues emigrar no significa una renuncia al sentimiento nacional, por tanto las intenciones de regresar no se abandonan y, porque los gobiernos español de Cuba y cubano posteriormente no les exigieron la naturalización como condición para el trabajo y la tenencia de propiedad. Los naturales cuentan con un aproximado de 600000 descendientes.
La asociación Nacional Canaria de Cuba "Leonor Pérez " se fundó en el año 1993 por el descendiente de canarios Carmelo González Acosta y cuenta con más de 45000 asociados. La Asociación Nacional Canaria de Cuba "Leonor Pérez " de Villa Clara cuenta con 2182 asociados entre naturales y descendientes (hijos, nietos y bisnietos), de los cuales 32 son naturales, la mayoría aún en plenitud de sus facultades. Esta dirigida por Jorge Luis Abreu Sáez.
Efectos económicos y socioculturales de la inmigración canaria en Cuba
En siglos de inmigración canaria y sus descendientes han sido diversos los efectos socioeconómicos, los cuales pueden resumirse en los siguientes puntos:
Desarrollo de la agricultura de la caña y el tabaco:
Los inmigrantes canarios se establecieron preferentemente como agricultores y mínimamente en la minería y el comercio. Paulatinamente los isleños se fueron moviendo de las labores de la caña hacia el cultivo y las atenciones al tabaco, esta costumbre la aprendieron de los nativos tainos. Desde prácticamente el descubrimiento de las Américas los propios españoles dan cuenta de la costumbre indígena de fumar tabacos

‘Hallaron los dos cristianos por el camino mucha gente que atravesaba a sus pueblos, mugeres y hombres, con un tizón en la mano, (y) yervas para tomar sus sahumerios que acostumbravan.”

El tabaco es originario del continente americano. Los indígenas del Caribe fumaban el tabaco valiéndose de una caña en forma de pipa llamada tobago, de donde deriva el nombre actual. Los canarios aprendieron rápidamente a cultivar las "hojas secas que desprendían una peculiar fragancia" y torcer los tabacos. Hay referencia de una carta escrita por el canario Demetrio Pela (1541), quien decía haber aprendido el cultivo de la maravillosa solanácea del aborigen Erio Xil Panduca en los inicios de la colonia . Primero para el consumo propio, de residentes, marineros y; al ver la demanda creciente al extenderse el consumo a España se estimularon al aumento de las Vegas, extendiendo su cultivo por todo el país hasta encontrar la excelencia natural en la zona de Vuelta Abajo. Pinar de Río.
En el mapa de las zonas tabacaleras en Cuba puede observarse la relación existente entre las zonas tabacaleras y las zonas de asentamiento preferente de canarios. Por ejemplo en la zona central, la producción tabacalera fue tan grande que España estableció dos Factorías allí una vez ordenado el Estanco del tabaco: una en Remedios y otra en Trinidad. Los canarios influyeron decisivamente en el surgimiento y extensión de la producción tabacalera en Cuba, cuyo producto es famoso a nivel mundial y, además incursionaron con éxito en la economía de subsistencia, el comercio, la artesanía y los negocios de imprenta y litografía.
Se estima que el trabajo de inmigrantes canarios y sus descendientes (campesinos) levantaba el 70% de la cosecha azucarera y el 90 % de la tabacalera y que, como productores agrícolas perfeccionaron esta actividad con múltiples innovaciones tecnológicas. Lograron, por ejemplo la aclimatación de cultivos mediterráneos al trópico. Se conoce que el canario Francisco Alonso Jiménez fue divulgador y defensor de las experiencias del sabio cubano Álvaro Reinoso sobre el cultivo de la cana y llevarlos a la práctica, haciéndoles aportes que hoy están vigentes, en 1953 publicó “El cultivo de la cana de azúcar en Cuba”. Asimismo el canario Francisco Frías Jacott (1809-1877) Conde de Pozos Dulces, figura relevante en la agricultura cubana recomendó en sus investigaciones la de separar de la industria azucarera la parte agrícola: aporte todavía vigente y con resultados satisfactorios. Se reconoce también el aporte de los isleños a las técnicas de cultivo del plátano y tomate.
Los historiadores reconocen el aporte canario a la industria alfarera, al comercio en todos los sentidos desde el de exportación e importación hasta el detallista. La historia de la construcción del ferrocarril y los viales en general no puede dejar de incluir a los picapedreros (rajoneros) hombres fuertes y laboriosos de origen canario.
Desarrollo del turismo: en el contexto de la Reforma Económica de los años 90 en Cuba, uno de los programas aprobados fue el de desarrollo del turismo. Esto atrajo la atención de empresarios canarios, la primera empresa mixta entre Cuba y Canarias fue inaugurada en 1988 por iniciativa del empresario canario Enrique Martinón. Hasta el 2000 los Melia eran cuatro, todos construidos sobre la base de inversiones en cartera con participación de capital canario. En el 2000 Román Rodríguez, presidente de la Comunidad Autónoma de Islas Canarias, España; visito Cuba y se promovieron la cooperación mutua, centrada en el sector del turismo.
Actualmente la cooperación canario cubana muestra como logros en este renglón la producción cooperada de "Punch cigarritos" pertenece a la Compañía de Tabacos Isleños (COTAIS), una asociación económica entre la Compañía Tabacos Isleños S.A. (CITA) y la Unión de Empresas del Tabaco de Cuba que se constituyó oficialmente el 24 de febrero de 1999 y está ubicada en Tenerife. La socia cubana situada en el municipio habanero de El Cerro, requirió una inversión de 300.000 dólares para su reconversión tecnológica. COTAIS cuenta con un capital inicial de tres millones de dólares aportados por ambas partes.
La cooperación económica canario-cubana con una tendencia ascendente abarca preferentemente las áreas del turismo, la producción de tabaco y la agricultura.

Remesas mutuas. La actividad preferentemente agrícola y comercial de los inmigrantes canarios le permitió enviar, con cierta regularidad remesas a sus familiares permanentemente, pagar sus deudas y promover viajes en ambas direcciones. Esta tendencia se mantuvo hasta la primera mitad del Siglo XX.
A partir de la década del 90 el desarrollo alcanzado por España en general y el Archipiélago Canario en particular ha propiciado que, ante la crisis económica en Cuba provocada por la caída del campo socialista entre otros factores; se produzca un aumento del envío de remesas de las Islas Canarias a Cuba. El desarrollo del turismo, la importantisima actividad de la Asociación Canaria de Cuba y de otras instituciones cubanas y canarias a favor de la identificación reunificación familiar, provocó el reencuentro por esta razón, la promoción de viajes y la reactivación del envío de remesas familiares de Canarias a Cuba.
Los aportes socioculturales son sin duda los más extensos, generalizados y significativos. Se encuentra en primer lugar, su contribución a la fundación de la mayoría de las Villas y asentamientos a lo largo de toda la Isla, sobre todo a la fundación de un número considerable de asentamientos rurales. En segundo, desde el punto de vista de la estructura socio clasista de la sociedad hay que tener en cuenta que la clase campesina cubana es preferentemente de origen canario. En tercer lugar, los canarios han dejado una impronta muy importante en la oralidad, y las tradiciones del pueblo cubano.
El especialista en el tema Luis Alfaro lo resume:
Por solo citar algunos ejemplos que ilustran lo anterior recordemos que el padre de nuestros estudiosos del folklore, Samuel Feijóo, en su Mitología cubana (1985) cita un total de 9 mitos que hacen referencia a las Islas. Por su parte, Lydia Cabrera en su libro magistral El monte (1954) narra acontecimientos acerca de un matrimonio de una mujer africana con un isleño, que demuestra la interinfluencia étnica entre canarios y africanos. Y Germán de Granda, hace más de 20 años, consideró la brujería isleña como un componente etnocultural de los sectores más humildes de la sociedad cubana. En tanto que María del Carmen Victori ha planteado que el cuento de exageraciones es una vertiente narrativa que puede considerarse como un aporte isleño a la cultura oral popular.

Alfaro considera que los soportes fundamentales que han favorecido estas coincidencias son la presencia y vitalidad de los rasgos propios de la identidad cultural canaria en las regiones investigadas; la continuada inmigración y los contactos interrumpidos entre Canarias y Cuba y conservación de la memoria histórica de los hablantes.
Los inmigrantes al llegar a Cuba y asentarse trajeron consigo y conservaron sus devociones tradicionales, por ejemplo el culto a la Virgen de la Candelaria, surgido en Tenerife en el siglo XIV, inspiró la construcción de una ermita en Guanabacoa. Los propios canarios fueron quienes, en el siglo XVIII, la convirtieron en la hermosa iglesia de Santo Domingo. Aun en Cuba se recuerda el Día de la Candelaria y persiste la costumbre popular de cortarse las puntas del pelo para favorecer su crecimiento.

La influencia canaria en la cultura cubana actual es muy notable. A ella se debe la pronunciación peculiar del castellano en Cuba, y la preferencia por formas poéticas como la décima campesina. La improvisación, el punto guijarro o "repentismo", que son la raíz del punto cubano y el son y de toda la música popular cubana en la actualidad. Otro elemento importante es la permanencia de las fiestas campesinas o guateques y las famosas parrandas o Charangas. En la zona central se conserva esta tradición con mucha fuerza, son conocidas internacionalmente las parrandas de Remedios, Vueltas y Camajuaní.

Puede resumirse que la emigración canaria en Cuba ha tenido consecuencias considerables de signo positivo desde los puntos de vista económico y sociocultural. El impacto sociocultural es el más importante por los sensibles aportes de la emigración canaria a la conformación de la identidad nacional del pueblo cubano. La mayoría de los canarios que emigraron eran de extracción humilde, campesina lo que les impidió hacer aportes económicos de volumen más significativo. Es importante la contribución canaria al desarrollo actual del turismo en Cuba que va mas allá del dinero, es un aporte cultural ya que abarca las técnicas, el conocimiento y las nuevas formas de organización del trabajo y, lo que es mas importante la solidaridad con Cuba en tiempos de bloqueo y la demostración de que es posible negociar y comerciar con los cubanos en condiciones mutuamente ventajosas.
Sobre la influencia canaria en Cuba Fidel Castro, descendiente de canarios por la línea materna, señala:
Desde esas volcánicas ínsulas, en momentos tan pretéritos como cuando ocurre el primer viaje del Gran Almirante Cristóbal Colón, llegaron hasta aquí oleadas sucesivas de sus hijos para aportar esfuerzos y cultura al surgimiento de la nacionalidad criolla.
El canario fue por excelencia el más humilde de los inmigrantes. El no marchó a Cuba en plan de opresor o explotador, vino a trabajar y a luchar a nuestro lado, ayudó a forjar el país con su laboriosidad proverbial, sufrió con nosotros, combatió, creó una familia, y se dignificó también, al fin, junto a todo el pueblo en la Patria libre y revolucionaria de hoy.

De los canarios heredó nuestro campesinado, principalmente, su seriedad, su honradez, su sentido del honor y también su rebeldía. Todavía hoy, en nuestras tareas actuales, esos valores nos ayudan a librar y a ganar batallas de importancia”
(MSc. Teresa Machado Hernández.  teresa@uclv.edu.cu MSc. Ariel Lemes Batista , lemes@uclv.edu.cu Universidad Central de las Villas. Cuba  2006)


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