sábado, 25 de octubre de 2014

LA CREACIÓN DE UN MITO O LA UTILIDAD DE “EL BUEN SALVAJE” (II)




Eduardo Pedro García Rodríguez *

 La mayoría de las crónicas -escritas naturalmente desde el punto de vista de los vencedores- recogen un supuesto trato humanitario dado por los conquistadores a los canarios sometidos, e incluso algunos  se esfuerzan en resaltar una hipotética política proteccionista por parte de las coronas de Castilla y Aragón hacía los primitivos canarios, la realidad fue bien distinta, las primeras medidas tomadas por los invasores fue la esclavización y venta en los mercados de esclavos de Sevilla, Valencia, Barcelona o Mallorca, de gran parte del pueblo canario sometido, y la deportación masiva de los naturales incluso de los que por el hecho de haber asumido el cristianismo estaban teóricamente fuera del alcance de los esclavistas tanto seglares como del clero católico, aunque algún autor inducido de su buena fe o quizás pecando de ingenuo asume que: “Si hay un hecho, algo que condicione y determine por sus consecuencias históricas, en lo más profundo de su ser al actual pueblo canario; algo que sea realmente su "Ethos" político actual, es el llamado "Pacto de Calatayud" (30 de mayo de 1481). Firmado por Tenesor Semidán (Fernando Guanarteme) y Fernando de Aragón, por medio del cual Canarias terminaría integrándose como Reino, con una serie de condiciones y derechos que permitían la pervivencia del pueblo y la Nación Canaria con sus características propias, al conjunto de Reinos que formarían el Estado español. (Felipe Ross, Amaga)”.

Según recoge el fraile católico Bartolomé de las Casas: “en 1483.; Pedro de Vera, capitán y gobernador por los Reyes Católicos, sustituye a Juan Rejón el 18 de agosto de 1480 y termina la conquista de Gran Canaria en 1483  en cuya operación efectuó depredaciones y tomó como esclavos a más de doscientos indígenas bautizados y  mandó venderlos como tales en Castilla. Y a los vencidos al final de la guerra (29 de abril de 1483) los desterró a Sevilla, donde recibieron malos tratamientos y agravios” (Bartolomé de las Casas O.P. 1989:170)
 
Si el Supuesto Tratado de Calatayud tuvo lugar en 1481 ¿Dónde se refleja la integración de Canaria como reyno y en igualdad con el reyno de Castilla? Y lo que es más notable, ¿Cómo se explica que Fernando Guanarteme firmante del supuesto Tratado  de “Rey a Rey” continuase sirviendo sumisa y fielmente al masacrador de su pueblo Pedro de Vera?
La realidad es que tales relaciones han sido -y son- las propias entre una potencia imperialista y su colonia, de hecho, cuando las circunstancias o los intereses de cada momento aconsejan al Estado colonizador arbitrar algunas concesiones tendentes a mantener “la tranquilad” es decir, la explotación pacifica de la colonia, estas han sido siempre dictadas desde un concepto paternalista y en beneficio de los criollos dominantes, nunca atendiendo a la justicia de las reivindicaciones, esto ha sido así desde los primeros momentos de la invasión y colonización hasta nuestros días, pues si bien algunos aspectos de la ocupación han cambiado en la forma, no así en el fondo.
Algunos de estos historiadores afectados por la tradicional amnesia que afecta a un sector de la sociedad canaria, especialmente al criollismo dependiente, prefieren ignorar o “olvidar” que el comercio de seres humanos fue la principal fuente de financiación de la guerra de invasión y, de la construcción de los primeros templos católicos en nuestras islas, además del origen de las fortunas de determinadas familias de criollos cuyos sucesores aún hoy, en pleno siglo XXI, tienen a gala el hacer patente su pedigrí  basado en unas supuestas ascendencias nobiliarias.
A continuación reproducimos unos documentos conservados en el Archivo de Simancas, pertenecientes al Registro General del Sello, de los cuales se deduce fácilmente que de haber existido algún tipo de tratado que contemplara la igualdad de condiciones entre invasores e invadidos como se empeñan en hacernos creer algunos autores, este tipo de actuaciones por parte del país colonizador no  hubiera sido tolerados ni siquiera por el poder arbitral de la época que era – y continua siendo-el papado, por el contrario, una buena parte del clero participó de los beneficios económico que producían la venta de los canarios en general como esclavos, a pesar de algunas bulas supuestamente proteccionistas emitidas por dos Papas.
Con fecha 27 de septiembre de 1491, el Consejo de Castilla remite al Gobernador de la colonia de Tamarant (Gran Canaria), Francisco Maldonado,  una incitativa para que vea los canarios que viven con Fernando de Guanarteme y el asiento que con éste se hizo al conquistar la isla, y si hay más de cuarenta, que fueron los concedidos para que en ella viviesen. Dicha incitativa se produce como consecuencia de una petición del colono esclavista Frenando de Porras, en nombre del Consejo, justicias y vecinos “quienes temen que se levanten tales canarios”.
A.S.  R.S. 1491, Septiembre, 27, Córdoba.
Don Fernando y Dña Ysabel. A vos Francisco Maldonado nuestro pesquisidor de la isla de Gran Canaria salud e gracias. Sepades que Fernando de Porras en nombre del consejo, justicia, regidores, oficiales e omes buenos de la dicha isla de Gran Canaria nos hiso relación etc. disiendo que al tiempo que la dicha isla se ganó de los infieles que la avían, diz, que nos por haser bien e merced a Don Fernando Guadarteme, canario, le dimos facultad para que biuese en la dicha isla con cuarenta parientes suyos, que avyan seydo en conquistar la dicha ysla, e que después acá que ha ocho años que le dimos la dicha facultad e merced, dis, que se ha acrecentado e poblado la dicha ysla de otros muchos canarios, en que dis que agora hay...(ilegible) de ciento e cinquenta poco mas o menos; e que porque se teme aviendose asy multyplicado, según la poca población de cristianos que hay en la dicha ysla, que vn dia se levantase con la dicha ysla contra ellos, de que se podria recrecer a nos deseruicio e alos vesinos e moradores della mucho daño. E por su parte nos fue suplicado e pedido por merced, sobre ello proueyesemos, mandando al dicho Guadarteme que señale los dichos cuarenta parientes, e a los otros los mandásemos echar de la dicha ysla, o como la nuestra merced fuese. E nos tuuimos por bien, por que vos mandamos que luego que con esta nuestra carta fuéredes rrequrido, veades lo suso dicho e lo que por nos fue prometido al dicho Guadarteme, e sy algunos canarios, demas e allende de los dichos quarenta que mandamos que biuiesen en la dicha ysla, se han ydo quales quier partes destos nuestros rreynos, o de fuera dellos que quisieren. E no fagades ende al etc. Dado en Cordoua, veynte e syete dias de (Agosto sobrayado) setienbre de noventa e un años.
Don Aluaro. El Dean de Sevilla, el doctor de Alcocer (¿), el doctor de Valladolid, el licenciado de Malpartida. Yo Alonso del Mármol etc.
Como fácilmente se deduce, los canarios no sólo no tenían derecho a reproducirse, sino que además el término “Echar de la isla” equivalía a ser vendidos como esclavos, fin último posiblemente perseguido por el colono y tratante en esclavos Fernando de Porras. Insistimos en que el supuesto pacto entre Fernando Guanarteme y la corona de Castilla consistió en unas pobres prebendas concedidas al ex régulo en beneficio propio y de algunos de sus parientes, a cambio de sus servicios a los conquistadores.
AS, RS, 1491, Diciembre 23, Real de la Vega de Granada.
Que los Canarios non vayan a la Grand Canaria.
Don Fernando e Doña Isabel etc. A los concejos, corregidores, alcaldes, alguacyles, caballeros, veynt e cuatro, corregidores, jurados, escuderos, oficiales, e omes buenos, así de la cibdad de Xeres, e Caliz, e della de Santa María del Puerto, e Rota, e San Lucar de Barrameda, e Huelua, e Palos de Moguer, e de todas las otras cibdades, e villas, e logares, e fortalezas de los puertos de la mar, e de las islas de Canarias, e a cuales quier maestre e patrones, e comitres e otras gentes nuestros vasallos, e súbditos, e naturales de cual quier ley, estado, condición, eminencia o dignidad, que sean, o ser puedan etc. Salud e gracias. Sepades que nos ouimos mandado e defendido que ningunos canarios dela isla dela Grand Canaria non estuviesen en la isla de la Grand Canaria e fuesen echados della e sy algunos de los dichos canarios fuesen a la dicha isla syn nuestra licencia que muriesen por ello. E agora nos sido fecho rrelación que los dichos canarios de la dicha isla con sus mugeres e fijos quieren yr a la dicha isla, de lo cual a nos se seguyria desseruicio e a los vesinos della daño, e por que en lo tal a nos pertenece proueher e remediar como Rey e Reyna e señores por ende nos vos mandamos a todos e a cada uno de vos en vuestros logares e juridiciones, que non consyntades nin desde logar que ninguno de los dichos canarios no embarquen, ni entren, nin se se lleuen en ninguna naos, nin carabelas, nin varcos, nin fustas, nin desde logar que ninguna nin algunas personas los lleuen e pasen a la dicha isla dela Grand Canaria, so pena que las tales personas que los lleuaren e pasaren a la dicha isla, ayan perdido e pierdan las naos e fustas, e carabelas, e varcos en los que pasaren. E mandamos e  defendemos a los dichos Canarios, e a sus mugeres e fijos que no sean osados ellos, nin algunos dellos de yr ala dicha isla syn nuestra licencia, e mandado, e carta especial para ello, so pena de muerte, e que sy en la dicha isla fueren tomados mandamos nuestro gobernador e jues de residencia e a otros cuales quier justicias dela dicha isla que exsecute las dichas penas en los dichos canarios, e en las personas e bienes e fasyendas de los que pasaren. E por que todo lo sepan e sepades mandamos que esta nuestra carta sea pregonada primeramente por las plazas e mercados, logares que son enbiados de las dichas cibdades de Xerés, e Caliz, e Santa Maria del Puerto, e San Lucar e Barrameda. E los vnos nin los otros etc.
Dada en el Real dela Vega de Granada a veynte e tres dias del mes de disyenbre, año etc. de mill e quatrocientos e noventa e vn años.
Yo el Rey, yo la Reyna, yo Juan de Córdoua secretario del Rey e de la Reyna nuestros señores la fis ecriuir por su mandado.
La total entrega y sumisión a las hordas castellanas del converso Fernando Guanarteme no se limitó a colaborar estrechamente con estos en la invasión, sometimiento y masacre de su pueblo, sino que además posteriormente participo activamente en la de Chinech (Tenerife), en la cual algunos historiadores se han empeñado en darle un protagonismo que posiblemente no tuvo.
Es notorio para algunos autores que la supuesta prisión de Thenesor Semidán-Fernando Guanarteme- por parte del esclavista Alonso Fernández de Lugo, a la sazón alcaide de la Casa-Fuerte de Agaete, había sido previamente pactada entre este y Fernando, de hecho, el Guanarteme mantuvo excelentes relaciones de servilismo con el futuro Adelantado. Veamos como nos presentan algunos historiadores la presunta presión del Guanarteme:
[...] trajéronle nuevas al Alcaide Lugo que junto al pueblo de Gáldar, en una cueva que mira al nacer el sol habían entrado ya cerca de noche quince hombres que allí han de dormir; y fueron tres cuadrillas con la espía, rodearon la cueva y entraron donde estaban dormitando que sin poderse menear ni aun rodear fueron presos y atados, y algunos dormían con mujeres, y la espía dijo que el uno de ellos, que tenía una mozuela, era el Guadartheme de Gáldar que por sus amores vino allí... (Marín de Cubas 1997:155)
 
[...] Con la prisa que se pudo, en un buen navío bien pertrechado, envió a España Pedro de Vera remitido a sus Altezas al Rey Guayedra con cuatro de sus camaradas, encargado al cuidado del factor Miguel de Mujica con otros hidalgos aventureros.(6 )(Marín de Cubas 1997: 156)
 
[...] caminando hacia el pueblo de Gáldar, al amanecer entraron en el pueblo donde prendieron al Guanarteme de Gáldar, Guanachesemeden, que aquella noche se había venido a su casa con quince canarios; los cuales se entregaron a los cristianos con algunas mujeres y niños que estaban en su compañía; que, como estaban atemorizados andaban repartidos en cuadrillas por las cumbres y lugares ásperos: con esto no hubo resistencia en la prisión del Guanarteme de Gáldar...(7) (Abreu Galindo 1977: 223)
 
[...] Y trató y dio orden como mandarlo a Castilla, a los Católicos Reyes, entregándoselo a Miguel de Moxica, con otros cuatro canarios gayres de los más principales que habían preso, para que los llevase con los demás a Sus Altezas, a Castilla. Díole a Juan Mayor por acompañado, por saber la lengua canaria para interprete. (Abreu Galindo, 1977:223)
En relación con la invasión de Chinech (Tenerife) algunos autores nos han venido presentando a Fernando Guanarteme como jefe de las tropas auxiliares canarias que participaron en la misma, pero Antonio de Viana, uno de los autores más próximos en el tiempo -al cual sigue Rumeu de Armas- en su lista de invasores en la segunda entrada recoge como capitán de dichas tropas al canario converso Pedro Maninidra, por tanto, la relevancia de Fernando Guanarteme no fue tan importante como se nos viene propugnando -aunque sus descendientes supieron esta ocasión sacar el partido que no habían obtenido en Tamarant como veremos seguidamente-, el único historiador que le atribuye algún protagonismo en la batalla de Eguerew (La Laguna) es el dominico Alonso de Espinosa, a quien siguen los demás, siendo este el único episodio bélico en la invasión de la isla donde se le menciona.
Los descendientes inmediatos de Fernando Guanarteme no dudaron en obtener el máximo provecho de su condición de colaboradores con los invasores, conforme queda recogido en la información de nobleza de Dña. Margarita Fernández Guanarteme, practicada en 1526 ante el Teniente de Gobernador de la isla de Canaria por Francisco Pérez Espino, por delegación de Martín Fernández Cerón, Justicia mayor de la isla:
 
« ...Que vido al dicho Dn. Fernando Guanarteme, que decían el Rey de Canaria, que fue allá a la conquista de Tenerife para ayudarla a ganar para los Reyes Cató1icos, nuestros señores, e que llevó e tenía consigo e debajo de su mando e ovediencia en la dicha conquista de Tenerife 30 hombres, poco más o menos, canarios naturales de la Gran Canaria, sus parientes, y con sus armas, e que este testigo no sabe si los dichos hombres los llevó a su costa, más de cuanto vido que el adelantado Capitán Dn. Alonso de Lugo les daba de comer. E que vido este testigo que el dicho Dn. Fernando Guanarteme por mandado de dicho adelantada e capitán fue donde estaba el Rey de Anaga, Rey guanche, el cual estaba de pases, a le decir e requerir que se viniese ayuntar con el dicho adelantado e los cristianos, porque se temía de él, e que el dicho Guanarteme fue dos veces al dicho Rey de Anaga e entre los guanches, hasta que hizo venir a el dicho Rey de Anaga al Real de los Cristianos, e que después, cuando fue el día del desbarato de los guanches, cuando mataron a el Rey Grande que se llamaba Bencomo (el documento dice Benitomo) de Taoro, el adelantado e Capitán por traer a los guanches al conocimiento de la fe de Cristo e porque se diesen sin más riesgo a muerte de gente, mandó ir al dicho Guanarteme a el Rey Benytomo (dice Bentor), hijo del Rey Bencomo (dice Benitomo), a le requerir que se diése e tornáse cristiano e que le faríá toda la cortesía que quisiése, e que el dicho Guanarteme fue el dicho Rey Benytomo (dice Bentor) entre los guanches, y le fabló porque sabía la lengua de guanches e volvió con respuesta al Real diciendo que el dicho Rey Benytomo (dice Bentor) no se quería dar, como pareció después que no se dio hasta que la tierra no se dio por fuerza de armas, lo cual sabe porque lo vido e pasó en presencia de este testigo en la Conquista».
 
Que sabe que trabajó allí bien el dicho Guanarteme en servicios de sus altezas e que se mostró allí muy leal a los cristianos, e que este testigo vido el día que los guanches fueron desbaratados (que el desbarato fue saliendo de Santa Cruz a La Laguna, donde es la Ciudad de San Cristóbal) estando el adelantado aquel día arriba en La Laguna peleando con los guanches, la gente del Real de Santa Cruz salió en socorro del dicho adelantado, en el camino estava un caballero que se decía Hernando del Hoyo e otro que decían Juan Benítez, defendiendo que gente ninguna subiese de allí arriba, temiendo o creyendo que el adelantado era muerto, con la gente que consigo tenía e mandándoles e forzándoles que volviesen a favorecer o  amparar la torre o Real, porque si el adelantado fuese desbaratado e los guanches viniesen al Real 1o fallasen a recaudo, y estando en estas razones juntáronse allí bien doscientos cincuenta hombres de pelea, e llegó el dicho Dn. Fernando Guanarteme con veinticinco o treinta hombres de las naturales e los dichos caballeros le requirieron e defendieron que no subiese arriba a la laguna donde el adelantado estaba, sino que volviese a amparar la Torre, e que este testigo oyó decir al dicho Guanarteme que no había de parar hasta que viese la cara del adelantado e capitán general muerto o vivo como quiera que estuviese, e luego se puso en armas, por manera que hizo lugar por donde salió él y su gente, e más doscientos peones e caballeros castellanos que allí estaban, y aunque pesó a los caballeros fueron al socorro del adelantado e entraron todos en la batalla e desbarataron los guanches e ovieron vencimiento e vino vivo el adelantado. Que es esto lo que sabe de esta pregunta».
 
Esta declaración confirma la muerte del Rey Grande o Bencomo; por más que Tinguaro, repetimos, murió a los pocos días de las heridas. (Bethencourt Alfonso 1991:130-131)
 
Es bien conocida la predisposición del esclavista Alonso Fernández de Lugo para beneficiar desmesuradamente a sus parientes amigos y parciales, así, en el reparto del botín de guerra, en la isla Chinech distinguió generosamente a su antiguo y fiel colaborador Fernando Guanarteme con generosas extensiones de tierras en Acentejo, Tahoro y Abona… de  las tierras usurpadas.
 
En la Datas de Tenerife, primeros documentos públicos generados a raíz de la invasión y conquista aparece  la figura de un Fernando Guanarteme bajo diferentes grafías, según recoge don Elías Serra Rafols en Las Data de Tenerife, libros I al IV de Datas originales, en la Data número 17 de fecha 6 de junio de 1499 mediante la cual recibe unas tierras en las lomadas de Acentejo, el 23 de enero de 1500 Fernando Guanarteme presenta el alvalá para su registro en el libro de repartimientos, figurando como testigo un Francisco Guadarteme, sobrino del Guad.
 
740-20. Figura como: Hernan Guanarted, En las Datas: 184-26.  938-52. 940-40. 1290-14. 1.811-20, figura grafíado como Guadarteme, en las 17. 55. 222-5.313-40. 403-59. 434-12. 634-34. figura como Guanarteme. Además de otras grafías como: 740-20, Fernando Guanarted. 800, Fernan Gonarteme. 1.211-40, Hernando Guarteme. 1.49-14, Guadalteme. 1.879-42, Guarateme.
 
Data 1.341: Hernando Guanarteme. 59 f . De ta. de s. En el Reino de Abona e unas cuevas q. Se llama Hing.. (roto) Lindan con un barranco de la moradas... rey de Abona e lindan con un mal país. Digo q. Do en nombre de sus Majestades, 3 c. En el dho lugar. 20-VI-1522- 7-X-1564 PARECIÓ Juan Alonso, e como marido de Leonor Hernández, mujer que diz q. Es difunta, como hija y heredera q. Dijo ser (de) H.G. y por sus hijos y de la dicha L.H., su mujer, presentó este título. Ts. Hernando Ortiz, Diego Gómez. Domingo Angadura.
 
Para concluir queremos hacer notar que desde hace varias décadas el estamento colonial compuesto por empleados de la metrópoli y un amplio sector del criollismo dependiente vienen desplegando ingentes esfuerzos en rescatar y promocionar el concepto de “El buen salvaje” en la figura del converso Thenesor Senmidán más conocido como Fernando Guanarteme, en un intento de crear en la sociedad canaria un sentimiento de sumisión y colaboración aparentemente voluntariamente aceptado, mediante el cual continuar manteniendo el actual estatus colonial por tiempo indeterminado, pues desmontada histórica y científicamente la falacia del exterminio, pretenden potenciar la del mestizaje.
 
“Guanarteme, teme, teme./ Teme teme, temetá / cuatro huesos enterrados que no sabe nadie donde coño están...”. Más o menos así empieza una popular Isa interpretada por el grupo musical Los Sabamdeños, allá por aquella década en que este grupo alardeaba de su canariedad y cantaban a la tierra que les vió nacer,  canariedad que con el tiempo, los intereses económicos, políticos y de estrellato han relegado al olvido en aras de  “sevillanas canarias”, proponer como Himno Nacional Canario un pasodoble español y otras muestras de “canariedad”, que les permiten mantenerse en el “candelero”.
Se suele decir que Roma no paga a traidores… No es el caso de España, pues esta siempre ha pagado y además espléndidamente a los traidores tanto en el pasado como en el presente.
 
Notas:
(1) Artículo de Florián Corujo. Edil de Cultura de Arrecife, Lanzarote. Publicado en el periódico Canarias7 el 28 de mayo de 2.004
(2) Felipe Ros, Amaga
(3) Juan Francisco Díaz Palarea.
(4) Guayedra es el nombre que los canarios daban a Thenesor Semidan  posiblemente por proceder de este agreste lugar, el cual pidió  como Data probablemente por tener dicho lugar connotaciones sagradas.
(5) Página de la Real Ciudad de Gáldar. E-mail: ciudadgaldar@hotmail.com
(6) Según la historiadora Luisa Álvarez de Toledo afirma que este Miguel de Mujica o Música era un canario cristianizado que además sabía leer y escribir, y que algunos historiadores han hecho pasar por español. G.A.
Según la historia oficial, fue "rey" o caudillo de Gran Canaria. Llamado Tenesor Semidan, tomó el nombre de Fernando Guarnarteme al bautizarse, combatiendo a sus vasallos, junto a los castellanos. El Guanarteme que nos ocupa, participó en la conquista de Gran Canaria y pudo hacerlo en la de Tenerife ("Canarias y América". V Centenario, 1992).
(7) Se supone generalmente que la presentación del Guanarteme debió de hacerse en Calatayud, donde los Reyes Católicos estaban a fines de mayo 1481. Sin embargo, no es cierto que se trate del Guanarteme, quien según Castillo, p.376, sólo fue hecho prisionero el 12 de febrero de 1483; fecha también sumamente dudosa. Si es cierto (221.10) que Fernan Peraza desembarcó en Lagaete a 1 de febrero de 1482, la prisión del Guanarteme bien podría ser de 12 de febrero de aquel año. (Alejandro Ciuranescu)
 
*Los cronistas e investigadores no están de acuerdo en cuanto al número de mercenarios castellanos muertos en la Batalla de Acentejo, las cifras oscilan entre los mil y mil quinientos según cada autor, estudios reciente sitúan la cifra en más de dos mil quinientos, cifra que ya había sido corroborada por Marín de Cubas quien al referirse a la epidemia de modorra en Chinech (Tenerife) nos dice: “…a causa de los más de dos mil muertos que quedaron en la batalla del año anterior…”

Imágenes:
1. Busto dedicado a Fernando Guanarteme ubicado en la Plaza Islas Canaria en la ciudad de Calatayud, España. Tomada de: www.educa.aragob.es/.../images/calatayud14m.jpg
 
2. Tomada de: es.geocities.com
 
Fuentes consultadas:

Antonio Rumeu de Armas
La Conquista de Tenerife. 1494-1496
Aula de Cultura de Tenerife
Santa Cruz de Tenerife, 1975.
 
Luisa Fernanda Alvarez de Toledo
Duquesa de Medina Sidonia
África Versus América: Las Fortunadas y otras islas.
 SRGS. V.1494.56. [3] SRGS. XII.1491.194.

Fernando Díaz-Plaja
Historia documental de España
Guadiana de Publicaciones
Madrid-Barcelona 1973.
 
Tomás Marín de Cubas
Historia de las Siete Islas de Canaria.
Ediciones Globo. La Laguna.
 
D.J.Wölfel
Estudios Canarios.
H.Nowak.BURGFRIED-VERLAG. Hallein
AUSTRIA.1980.
 
Fernando de Guanarteme: Calatayud y la historia
Sergio Sapataría Gualdaquivir
La Comarca (23-7-99)
Calatayud.org
 
Eduardo Aznar Vallejo
Documentos Canarios en el Registro del Sello
(1476-1517)
Instituto de Estudios Canarios
La Laguna-Tenerife, 1981.
 
Fray Bartolomé de las Casas, O.P.
Brevísima Relación de la Destrucción de África
Preludio a la Destrucción de Las Indias.
Viceconsejería de Cultural y Deportes del Gobierno de Canarias.
Salamanca 1989.
 
Fr. J. de  Abreu Galindo
Historia de las Siete Islas de Canaria.
Edición de Alejandro Ciuranescu.
Ediciones Goya, Santa Cruz de Tenerife, 1977.
 
Juan Bethencourt Alfonso
Historia del Pueblo Guanche, tomo 3º
La Batalla de Agüere, págs. 130-131.
Elías Serra Rafols
Las Datas de Tenerife (Libros I al IV de Datas originales)
Instituto de Estudios Canarios
La Laguna 1978.
 
 
  Febrero 2008.
 
 


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