jueves, 20 de noviembre de 2014

"Amasa, boba, que el horno adoba"





Era el típico consejo que se daba para animar ante un desengaño, manifestando que no hay que entretenerse o reparar en tonterías y continuar con la vida, que el paso del tiempo (de horneado) pone las cosas en su sitio, desde la expresión "adobar" como "componer" la vida.

«ADOBAR- En el sentido en que suele emplearse, con base en la primera acepción castellana: "componer, arreglar, aderezar", de filosófica esperanza en algo que hace inútil o "mal empleadito!" el anhelo, de confianza dictada por la "cultura de la sangre" en el espontáneo desenlace de las cosas graves, como el amor, el término, gracioso y lírico, nos parece un localismo. Hay un intencionado refrán que ilustra y corrobora esta al parecer rebuscada dimensión: "Amasa, boba, que el horno adoba" = No te quebrantes, ni te entretengas en garambainas y melindres, que la vida y el tiempo, gran componedor, pondrán lo suyo, contigo o sin ti.

Con relación al rico caldo -"póngase vinagre, sal, orégano, ajos.. ."- en que cristalizan las mejores complacencias y regostos de las carnes de cochino, de los baifos, de las aceitunas -¡oh, las endrinas, carnosas, enmollecidas de Temisa !-, el isleño tiene una expresión ponderativa, que le brinca a la boca, de ordinario mesurada, al paso, por ejemplo, de una hembra nuevita y con mucho garabato: "iMe gusta más que adobo!"».
No debe entenderse despectivamente la recurrida boba de la rima, pues es la boba que deriva a bobería, y como dice el mismo autor «bobería es en la Isla un estado de relajación física provocado por sueño viejo, un intenso cansancio, una ola de calor -el Levante, por ejemplo-, etc. "Llevo tres noches arreo velando la vaca, ¡y tengo arriba una bobería, una bobería.. . !"».

Fuente. Decires tradicionales canarios.
Publicado por María Gómez Díaz. Noviembre de 2014.


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