viernes, 12 de diciembre de 2014

MUJERES AFRICANAS SINGULARES-LXXI


Una revelación

Quvenzhane Wallis



La niña maravilla del cine

Wallis, con solo nueve años, podría convertirse esta noche en la actriz más joven en recibir un Oscar. Sin embargo, ella aún sueña con ser dentista.
Alejandra Cruz Cuevas 
La alfombra roja que cubre hoy el Paseo de la Fama en Hollywood no será la primera que pise Quvenzhane Wallis. Desde que Bestias del sur salvaje se estrenó en el Festival de Cine de Sundance, esta pequeña protagonista de 9 años ha asistido a varias galas en las que la cinta ha recibido unos 120 reconocimientos, entre ellos el premio Camera d'Or del Festival de Cannes.
Así que esta estudiante de cuarto grado, hija de un camionero y una maestra, sabe qué esperar de la gala de los Premios Oscar 2013. Pero, aun así, Quvenzhane ha dicho en varias entrevistas que no usará un vestido largo pues le da miedo tropezar y prefiere evitar pasar vergüenza.
En cambio, convertirse en la actriz más joven que se haya llevado la estatuilla dorada no la trasnocha. De hecho, cuando en enero se anunciaron las nominaciones sus padres tuvieron que enseñarle una foto del galardón para que Quvenzhane entendiera.
"Yo digo: Ok, recibí un premio, encantada de saberlo. Y entonces regreso a lo que hago normalmente", dijo la joven actriz en una entrevista para AP.
En su pueblo natal Houma, Luisiana, eso significa ser porrista e ir a la escuela primaria Honduras, donde su materia favorita es matemáticas y donde sus compañeros de clase han comenzado a entender que Quvenzhane es famosa. También significa asar malvaviscos con sus amigos y que sus hermanos mayores Venjie y Vejon la molesten.
A pesar de ser un éxito en la gran pantalla, a Quvenzhane le gustaría ser dentista "para ver sonreír a la gente". Actuar es algo que hace por diversión, y así ha sido desde que audicionó para Hushpuppy, el papel protagónico de Bestias del sur salvaje, hace cuatro años.
Nunca antes había actuado. Simplemente, una mañana su madre recibió una llamada de una amiga para avisarle que en la biblioteca estaban haciendo audiciones a niñas entre 6 y 9 años. Como Quvenzhane solo tenía 5, decidieron que irían y mentirían sobre su edad. Ella no recuerda cómo fue su audición, con la que venció a otras 3.500 pequeñas. Pero sí que cuando se enteró de que había conseguido el papel estaba jugando en la computadora y por la emoción se distrajo y perdió.
A pesar de su corta edad, el éxito de la producción dependía de que Quvenzhane fuera capaz de ponerse los zapatos del enorme personaje de Hushpuppy, que aparece prácticamente en todas las escenas.
Cuando pisó el set para filmar la primera toma, Wallis llevaba poco más que ropa interior naranja, botas de goma blancas y su cabello marrón rizado como la melena de un león. 
Apenas estaba aprendiendo a leer, pero se apoderó de sus líneas. Por ello, Benh Zeitlin, director de la cinta, no cree que sea demasiado joven para recibir un Oscar a mejor actriz
Zeitlin ha elogiado en repetidas ocasiones a Quvenzhane por su increíble sentido de identidad durante la filmación. Especialmente por esos momentos en que la niña pareció tener dificultades.
"Yo sé. No me está saliendo hoy. Normalmente me sale fácil'', recuerda que ella le decía. "El hecho de que tuviera ese sentido interno de cuándo estaba metida en su personaje y expresaba las emociones acertadamente es algo realmente especial", dijo el director a AP.
Especialmente porque según él no se parece en nada al personaje que encarnó:  "Hushpuppy es malhumorada, contemplativa, callada, tiene un peso enorme sobre los hombros; Quvenzhane Wallis es la persona más despreocupada, divertida, amorosa, graciosa y juguetona que hay".
Quvenzhane, sin embargo, no dejó de ser una niña en el plató: jugaba entre escenas y, cuando se cansaba de rodar, el director tenía que motivarla prometiendo una fiesta de pizza al final de la jornada.
Justin Henry, quien es la persona más joven que haya sido nominada al Oscar en cualquier categoría, por Kramer vs. Kramer (1979), ha dicho que de algún modo a esa edad uno puede ofrecer una actuación más pura.
Pero la verdad es que a estas alturas las opiniones ya poco importan pues el 19 de febrero finalizó el recuento de votos de los 5.856 miembros de la Academia de Hollywood. La suerte está echada para Quvenzhane. Aunque, en el peor de los casos, la pequeña se marchará con la bolsa de regalo de premio de consolación para los perdedores de la gala, valorizada en más de 45.000 dólares.


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