martes, 17 de febrero de 2015

EMETERIO GUTIERREZ ALBELO



1969 agosto 6.
Fallece en Santa Cruz de Tenerife el poeta Emeterio Gutiérrez Albelo.
Emeterio Gutiérrez Albelo nace en Icod de los Vinos (Tenerife) el 20 de agosto de 1904. Su padre, Emeterio Gutiérrez López, fue un importante cronista-historiador de esta Ciudad del norte de la Isla y director del periódico “La Comarca”, en el que Gutiérrez Albelo publica sus primeros poemas juveniles. Siempre se sintió ligado a s su ciudad natal, en la que transcurrió su infancia y primera juventud.
Estudia bachillerato y magisterio en La Laguna y ejerce la profesión docente durante toda su vida en diferentes lugares de la isla.
Su primera obra, titulada “La Fuente de Juvencio”, de inspiración parsiana y modernista, y que data de 1925, nunca llegó al publicarse.
En vilaflor, en el sur de la isla, donde ejercía como maestro en la escuela de niños, escribe el primer libro que publica en 1930: el “cuadernillo poético”, como él lo denomina, titulado “Campanario de la Primavera”, que es enjuiciado favorablemente por la crítica.. Magnifico dondonero el de este “Campanario de la Primavera”, escribe Giménez Caballero en “Revista de las España”, Canarias está surtiendo a la joven literatura de valores delicadísimos. Gutiérrez Albelo, educado en las mejores influencias, yergue su perfil propio”.
Sus dos libros siguientes “Romanticismo y cuenta nueva”, (1933), y “Enigma del invitado”, (1936). editados por la revista tinerfeña de vanguardia “Gaceta de arte”, constituyen los dos máximos exponentes del surrealismo poético tinerfeño y quizá español. El profesor Agustín Espinosa, escritor surrealista dice de estos dos libros: ” Romanticismo y cuenta nueva” representa una gran novedad en la historia de la literatura canaria. Es uno de los primeros Guiños que la poesía sobre realista comienza a hacer en áreas insulares , En “Enigma del invitado”, Gutiérrez Albelo ha realizado algo impecable, perfecto de inspiración y de forma, que salvará para la posteridad el nombre de su autor. “Enigma del invitado” merece tener dignamente un puesto de honor en una antología de la nueva poesía española, junto a los nombres de un Alberti, un Lorca, un Salinas, un Diego, un Guillén, un Altolaguirre, un Aleixandre, un Garfias.
El comienzo de nuestra desdichada guerra civil en 1936 acaba de manera brusca con “Gaceta de Arte” y con la actividad del grupo surrealista tinerfeño El 15 de agosto de este año 1936 contrae matrimonio nuestro poeta con Donatila Airenza Fumero, con la que tiene tres hijas: Ana Rosa, Mercedes y Carmen Paz.

Transcurren ocho años hasta la aparición de un nuevo libro.Muchas cosas cambian en España en este intervalo de tiempo. Y grandes conmociones han tenido lugar en el alma del poeta, que publica en 1944 su cuarto libro, titulado “Cristo de Tacoronte”. Toda su andadura anterior no dice el profesor Joaquín Artiles cambia de rumbo en 1944 y alcanza nuevas cimas en su “cristo de Tacoronte”, que es un cambio de estética, pero también de credo y de vida. Es un libro de sorprendente religiosidad, de arrepentimiento y conversión en el que se aúnan el sentimiento profundo de la naturaleza y un hondo instinto de salvación. “Cristo de Tacoronte”, nos dice por su parte el poeta Félix Casanova de Ayala en un libro que con el paso de los años no envejece.Libro vernáculo de raíz a fronda, de subsuelo a atmósfera. Encierra, además, el más rico romancero íntegramente tinerfeño que podemos ufanarnos: ni uno solo de sus cuarenta poemas deja de inspirarse en su isla natal y, más circunstancialmente, en el pueblo y vega de Tacoronte El profesor José Antonio Pérez Regalado, en su ensayo de interpretación de Cristo de Tacoronte”, nos dice.

En la primera parte de este siglo, muchos intelectuales se plantearon muy seriamente el problema de su existencia, a la que trataron de buscarle un sentido. Para algunos, ese existir les resultaba insatisfactorio; sienten la necesidad de algo mas trascendente, la necesidad de creer, como única manera de liberarse de la angustias que les atosiga en el diario vivir insustancialmente en las quimeras sociales. La razón tiene sus límites; por lo tanto, no puede esperar que ella lo explique todo. De estas circunstancias surgieron los móviles que llevaron a alumnos intelectuales a convertirse al cristianismo. Citaremos a Giovanni Papini, Chesterton, Graham Grene, entre otros,Gutiérrez Albelo, como un intelectual más pasa por una serie de experiencia vitales sujetas a vaivenes, de las que luego saldrá una actitud definitiva. En todo individuo pensante suelen darse tres etapas en su vida intelectual: adaptación al ambiente tradicional de la familia, un periodo de indenpendecia o rebeldía, y lo que podríamos llamar “puesta a punto”, en que el hombre, dejando aparte toda clase de convecionalismo o miramiento, toma una postura consciente ante su propia existencia. la parábola del Hijo Pródigo, que Gutiérrez Albelo toma como ejemplo de vida, encarna una análisis psicológico profundo de lo que puede pasar en muchos hombres, que necesitan aprender en el propio contraste de la vida de una manera experimental, dónde se encuentra más satisfecho. Esto de por sí es una razón suficiente para elegir.
Además de “Cristo de Tacoronte”, Gutiérrez Albelo publica otras dos obras más de tema exclusivamente religioso: “Los Milagro” (1951) y “Apuntes àra una vida de Cristo” (1969).
Otros dos libros completan la relación de lo que publicó en vida: “Los blancos pies en tierra” (1951), colección de impecables “sonetos de la Novia Poesía” con el que obtuvo el premio regional de poesía “Tomás Morales”, de la Asociación de la Prensa de Las Palmas y que es, según el ya citado Joaquín Artiles, uno de los libros más valiosos del poeta; y “Geocanción de España” (1964), un poemario descriptivo con el que nos invita a hacer una “Viaje por la piel de la Patria”.
Finalmente, a todos los títulos anteriores hay que sumar cinco obras póstumas: “Antología poética” (1969), “Poesía última” (1970), “El rincón de la amistad” (1971), “Tenerife y el mar” (1973) y “las alas del tiempo” (1974).
Gutiérrez Albelo fue durante toda su vida un hombre de intensas preocupaciones intelectuales que como escribe el joven profesor J. Rodríguez Abad, fueron más allá de la literatura, lo que contribuye a lecturas, tanto de escritores nacionales como extranjeros; pintores, sobre todo vanguardistas (Spies, Ángeles Santos, Maruja Mallo, Juan Ismael.., sin olvidar su amistad con Oscar Domínguez), Las Influencias musicales son también notables en su obra: es sabido su gusto por los compositores barrocos y sobre todo por Wagner.
Fue redactor de la ya citada “Gaceta de Arte” (1932-1936) y de “Mensaje”, (1945-1946), y fundador y director hasta su muerte de la revista “Gánigo” (1953-1969). Participa activamente, y desde muy joven, en la vida literaria de las islas: interviene en juegos florales y en fiestas de arte obteniendo numerosos premios; colabora en revistas y periódicos isleños, peninsulares y americanos; da numerosos recitales poéticos; pronuncia incontables conferencias…..Esta intensa actividad hace de él un personaje muy conocido. Aunque la poesía venga a ser más bien problema de minorías, como escribe el periodista y poeta Luis Alvarez Cruz, el caso de Emeterio Gutiérrez Albelo es distinto: Emeterio fue un poeta popular en el más noble y alto sentido de la palabra.
Un año después de la muerte del poeta, acaecida en Santa Cruz de Tenerife en la tarde del 6 de agosto de 1969, el escritor y crítico Domingo Pérez Minik, amigo del poeta desde los primeros de “Gaceta de Arte”, “compañero de alegrías, penas y fatigas controvertidas de Emeterio Gutierrez Albelo, su gozoso, y lábil y atormentado amigo”, nos decía de él:
A pesar de que su obra poética alcanza todas las formas y variantes, cultivando las estrofas y metros más clásico y también los más libres de la poesía contemporánea, no es difícil encontrar una unidad. Efectivamente, el poeta no ha hecho otra cosa que transmutar en poesía vivencias y accidentes temporales, de la mayor importancia para su personal fluir y su necesario permanecer. Este diálogo critico y erosivo entre el hombre y el poeta, entre su devenir y su ser, siempre será materia digna para cualquier voluntad de forma seria, Ni la poesía, ni la vida, ni la trascendente actitud de Emeterio Gutierrez Albelo son fáciles de exponer, explicar y entender. Fue un poeta hecho y derecho, a veces malparado, en otras ocasiones de pobre manera comprendido, con su conversión a cuestas. Sólo se comprometía con su propia independencia, puesta a prueba en cualquier instante de modo muy bélico.
Y el ya nombrado Álvarez Cruz nos señala, por su parte.
La obra de este hombre que fue Emeterio Gutiérrez Albelo, impenitente caminante de todos los caminos de la expresión poética, quedará como un testimonio de una postura ante la vida, de una manera de vivir la vida.
En el cementerio de Icod de los Vinos, en la ciudad donde nació a la vida y a la poesía, reposan los restos de Emeterio Gutierrez. Albelo.
Estas palabras quieren ser un acercamiento a su valiosa obra poética y a su vida intensa y apasionada. (Miguel Melian Garcia)

BIBLIOGRAFIA
1.-OBRAS PUBLICADAS EN VIDA POR EMETERIO GUTIERREZ ALBELO
Campanario de la Primavera. Santa Cruz de Tenerife, 1930.
Romanticismo y cuenta nueva. Gaceta de Arte.Circulo de Bellas Artes Tenerife 1933.
Enigma del invitado. Gaceta de Arte, Isla de Tenerife, 1936.
Cristo de Tacoronte. Consjeo Superior de Investigaciones Científicas.Instituto de Estudios Canarios.Colección Retama, vol. 1 1ª ed. 1944; 2ª ed. 1947.
Los Blancos pies en Tierra. Isla de Tenerife 1951.
Los Milagros, Aula de Cultura de Tenerife, núm. 1. 1951.
Les Pieds blancs á Terre (Fragments). Recrétion poétique due á Henri de Lescoët. Profils poétiques des Pay Latins. Paris Nice 1960.
Geocanción de España.
Editora Nacional, Madrid, 1964.
Poemas. Papeles de Son Armadans, Mallorca, 1965.
Apuntes para una vida de cristo. Editora Nacional. Colección “Poesía”.
Santa Cruz de tenerife (prosa) (“La España de cada provincia”).1965
2.- REEDICIONES DE ALGUNAS DE LAS OBRAS ANTERIORES
Enimada den invitado. En papeles invertidos (IV y V), editaqdo por Carlos E. Pinto Santa Cruz de Tenerife, 1980. Págs. 107-139..
Campanario de la Primavera. Romanticismo y cuenta nueva. Enigma del invitado. Prólogo y recopilación: Ernesto J. Rodriguez Abad. Excmo. Ayuntamiento de Icod de los Vinos, 1982,
Campanerio de la Primavera, Romanticismo y cuenta nueva y Enigma del invitado. Introducción de Ernesto J. Rodriguez Abad. Biblioteca Básica Canaria, núm. 27. Viceconsejería de Cultura y Deportes. Gobierno de Canarias, 1989.
3.- OBRAS PÓSTUMAS
Antología poética. Comunicación Literaría de Autores, S.L. Colección “Poesía”, núm. 10. Bilbao, 1969.
Poesía última.Publicaciones de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Santa Cruz de Tenerife 1970.
El rincón de la amistad.Santa Cruz de Tenerife, 1971.
Tenerife y el mar. Santa Cruz de Tenerife, 1973.
Las alas del tiempo.Santa Cruz de Tenerife, 1974
Poemas surrealistas y otros textos dispersos (1929-1936). Recopilación e introducción de Andrés Sanchez Robayna. Universidad de La Laguna. Instituto de Estudios Canarios. Núm. 9. Islas Canarias, 1988.
Dos poemas surrealistas,Presentación de Andrés Sanchez Robayna.Colección Textos del invitado, núm. 1, Edf. Equipo Nueva Gráfica, Isla de Tenerife, 1992.
4.-RESEÑAS Y ESTUDIOS
ALVAREZ CRUZ, L:
Las tabernas literarias de la isla. Instituto de Estudios Canarios, La Laguna de Tenerife, 1961. Págs. 19, 46-48 y 88.
ARTILES, J., y QUINTANA. ,J: Historia de la literartura Canaria.
Excma. Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas.Plan Cultural.Las Palmas de Gran Canaria, 1978.
BARCELÓ JIMENEZ, J: Gutiérrez Albelo y la actual poesía Canaria.
Aula de cultura de Tenerife, núm. 11. Santa Cruz de Tenerife, 1960.
CASANOVA DE AYALA, F.: Glosa de un libro que no envejece Y la “Geocanción de España”, de Gutierrez Albelo. En resumen de una experiencia poética. Aula de Cultura del Cabildo Insular de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, 1976. Págs. 81-84 y 127-129.
CASTELLS, I: “Un chaleco de fantasía”, (1930-1936); la poesía de Emeterio Gutierrez Albelo. Ediciones del Cabildo Insular de Gran Canaria.
DORTA, A: Cara y cruz de Gutiérrez Albelo. La Tarde, Santa Cruz de Tenerife, 22-2-1934.
ESPINOSA, A: Campanarios de la primavera. La Gaceta Literaria, núm. 88, 15-8-1930, y en Texos (1927-1936). Edición de Alfonso Armas Ayala y Miguel Pérez Corrales. Aula de Cultura de Tenerife 1980. Pags 61-63.
ESPINOSA, A: Poesía Atlántica: EGA: CDLP, 1930, Heraldo de Madrid, 2-4-1931, y en Textos (1927-1936), págs. 94-95.
ESPINOSA, A: Tiento y analisis de “Romanticismo y cuenta nueva”, de Gutiérrez Albelo. La Prensa, 3-3-1934, en el Texto (1927-1934) pags. 243-246.
ESPINOSA, A: Invitación al enigma. E. Gutiérrez Albelo, otro “poetê perdu”. En PÉREZ CORRALES, M: Agustín Espinosa, entre el mito y el sueño. Vol. II. Las Palmas de Gran Canaria,1986.FERIA, R. : Un libro de Emeterio Gutiérrez Albelo. La Tarde, 30-12-1933.
GARCÍA CABRERA, P.: Romanticismo y cuenta nueva. En Avance, Gran Canaria, 30-5-1934, y en Obras completas, preparadas bajo la dirección de Sebastián de la Nuez Caballero con la colaboración de Rafael Fernández y Nilo Palenzuela. Consejería de Cultura y Deportes. Gobierno Autónomo de Canarias, 1987. Tomo IV, pags. 249-250.
LÓPEZ TORRES; D.: Dos libros de auténtica poesía. La Tarde, 19-12-1934.
LORENZO, F.: Emeterio Gutiérrez Albelo. En Cómo los conocí. Santa Cruz de Tenerife, 1977. Págs. 135-138.
Lorenzo-cáceres, A. de: Sobre Campanario de la Primavera. La Tarde, 12-8-1930.
MELIÁN GARCÍA, M.: En el undécimo aniversario de su muerte. Emeterio Gutiérrez Albelo, un poeta en el recuerdo. El Día, 8-8-1980.
MILLARES, A., e. a.: Canarias, siglo XX. Edirca, Las Palmas de Gran Canaria, 1983. Págs. 114 y 119-121.
OLANO, R.: La poesía surrealista de Gutiérrez Albelo. Jornada literaria, núm. 154, 5-5-1984, y núm. 157, 26-5-1984.
PADRÓN ACOSTA, S.: Cien sonetos de autores canarios. Biblioteca Canaria, Santa Cruz de Tenerife, 1950. Págs.. 98-99.
PALENZUELA, N.: Emeterio Gutiérrez Albelo: razón y surrealidad. Jornada literaria, núm. 154, 5-5-1954.
PÉREZ CORRALES; M.: Historia documental del surrealismo en Canarias. En Homenaje a Alfonso Trujillo, Santa Cruz de Tenerife, 1982, págs. 667-741.
PÉREZ MINIK, D.: Antología de la poesía canaria. I. Tenerife. Goya- Ediciones, 1952. Págs. 294-310.
VALBUENA PRAT, A.: Historia de la Literatura Española. Gustavo Gili, 1960. Tomo III, pág. 752.
VALBUENA PRAT, A.: Historia de poesía canaria. I. Universidad de Barcelona, Seminario de Estudios Hispánicos, Barcelona, 1978.
V.V.A.A.: Natura y Cultura de las Islas Canarias. Litografía Romero, S.A., Santa Cruz de Tenerife, 1977. Págs. 375-376
VERSOS ESCOGIDOS
(1922-1969)
Con qué temor te lanzo, libro,
Dios quiera que seas grato
a mis pocos amigos.
(1930)
… que mis versos han sido la ocasión de mi ruina;
desde aquellos instantes que lanzáranse al vuelo
sin pensar en las flechas del rencor y la envidia.
Mas si son el martirio, al vez con el goce,
la razón, y a la par, sinrazón de mi vida.
De mi vida, que es única; mas, si mil yo tuviera,
a este yugo, mil veces, con amor me unciría.
(1961)
Con sonámbulo ardor o dando tumbos,
yo te fui confundiendo a cada paso;
y en la estrella que marca opuestos rumbos,
en mi astral avidez- ya puedes verlo-,
al buscarte en el fondo de mi vaso,
iba buscando a Dios, sin yo saberlo…
(1935)
ALGUNOS POEMAS ANTERIORES A 1930
Y, COMO RICA ESENCIA…
Ser un lírico orfebre. Consagrar estos días
a esculpir un ensueño florido y perfumado.
Igual que un monje artista, detrás de un historiado
vitral, devotamente, miniar alegorías.
Cincelar camafeos, raras orfebrerías.
Pulir un florentino puñal, damasquinado.
Moldear una copa sobre un seno nevado.
Y engarzar, verso a verso, cegantes prederías…
Señor: pasar deseo de mi vida de esta suerte,
como Juan de Segovia, a quién besó la muerte
mientras ladraba un cáliz con fervorosa unción.
Y, como rica esencia de las vidas paganas,
en mis ánforas griegas y cráteras romanas
exprimir, gota a gota, mi propio corazón.
La Comarca”, núm. 192 (10 diciembre 1922)
TRÍPTICO MARINO
I.
Claro de Luna.
Blandos arrullos del mar;
perfumes, en la bahía…
Todo convida a soñar
bajo la azul pradería.
Sólo, allá en la lejanía,
veo un velero bogar;
y al verde claror lunar
fulge en rara pedrería.
Se han detenido un momento,
las blancas velas al viento,
frente a la montaña bruna.
Airoso, sobre el Atlántico,
parece un bardo romántico
dialogando con la Luna.
I
I. Añora el lobo marino…
El marino estrafalario
fuma su pipa, indolente.
( Yo le he dicho que me cuente
algún lance extraordinario.)
… Habla misteriosamente,
dice un caso temerario;
y luego, más quedamente,
de amores narra un rosario…
El hogueral vespertino
mira en las aguas tranquilas.
Después le he visto llorar.
¡Añora el lobo marino
aquellas verdes pupilas,
tan hondas como la Mar!
III. Flota en la noche, Rosina…
Ya la noche ha comenzado.
Resplandecen las farolas
y canta un marino, echado,
nostálgicas barcarolas.
Yo voy con mi sueño, a solas,
por el muelle sosegado.
A un bergantín fondeado
le hacen halagos las olas…
Flota en la noche, Rosina,
algo que enlaza y calcina
los objetos confundidos.
Ya mil puntos fosforecen.
¡Y las farolas parecen
corazones encendidos!
La Comarca”, núm. 198( 21 enero 1923)
MAÑANITA BAJÉ AL HUERTO
…¡ Oh, qué frasco de sombras!
¡ Qué triunfo de alegría
mañanera!
Ya la Aurora,
toda desnuda y riente,
y con su faz ruborosa,
en los ojos me besaba
¡como si fuese mi novia!
Nuevo Romero en mi ensueño,
me despertaba la alondra…
Yo vagué buscando rimas
en las flores olorosas,
cazando sonetos ígneos
en el dulzor de las pomas,
¡y robando madrigales
a la fuente jubilosa!
Me acerqué a la rosaleda
encendida y voluptuosa
y les di mis buenos días
inefables a las rosas…
¡ Oh, qué dolor! Junto a ellas,
estaba una vida rota:
… aquel bello pajarito
de canción maravillosa
que ofrendaba sus sonatas
como un trovador a sus trovas;
aquel áureo pajarillo
que casi todas las horas,
– peregrino de los aires-
llegaba en lírica ronda
con su colección de rimas
incesantes y harmoniosas;
aquel sideral poeta
no diría ya las trovas
que en mil perlas desgranábanse
sobre el almas de las rosas.
En una de ellas estaba
prendida su vida toda;
el piquito, entre su seno,
en una caricia loca,
como ebrio de sus mieles,
como ebrio de su aroma…
¡ Muerto estaba! Y las pupilas
diríase que, llorosas,
miraban, como implorando,
hacia la estrella remota…
Sentí una emoción tan dulce,
sentí una emoción tan honda…
¡ Creí que murió besando
los labios de aquella rosa!
La Comarca”, núm. 214 (13 mayo 1924)
SÍMBOLOS
Tengo el alma de un monje que miniara una artística
floración mitológica de leyendas paganas.
Y exprimo de las viñas de Dios, con unción mística,
sus azules racimos en mis copas romanas.
Pongo a un tiempo en el Cosmos emoción panteística,
llamaradas faunescas, ternuras franciscanas.
Y fulgura en la aurora de mis selvas tempranas,
junto al cisne de Leda, la paloma eucarística.
Coronado de rosas, las estrellas contemplo
y me exalto me las cumbres de inquietudes celestes
mientras muerde mi barro la serpiente maldita.
Y es que surge en el Ara risueña de mi templo,
al sonar de harpas célicas y siringas agrestes,
frente a la cruz de Cristo, la estatua de Afrodita.
” Hespérides” ( S/C de Tenerife, 1926)
LA FUENTE DE JUVENCIO
(1925, inédito)
ELEGÍA DE LAS TRES MOZAS
¡Ay, las tres mozas que hoy
mató el mar!
¡Ay, las tres muñecas
de apasionado mirar!
El mar como un niño grande
fue con ellas a jugar,
y rompió los tres juguetes
con sus garras de cristal.
Aquí están sobre la arena,
sin sangre de vida ya.
¡Ay, las tres mozas que hoy
mató el mar!
Con las tres lindas muñecas
de apasionado mirar,
el mar, como un niño grande,
fue con ellas a jugar
y rompió los tres juguetes
con sus garras de cristal.
¡Ay, las tres mozas que hoy
mató el mar!
Aquí están sobre la arena,
sin sangre de vida ya.
Maldice el mar su barbarie
lamiéndolas como un can…
Grandes lágrimas violadas
llora la tarde… Mirad.
¡Ay, las tres mozas que hoy
mató el mar!
ÉSTA ES LA COPA
Ésta es la copa de oro bruñida,
toda colmada, toda florida…
Ésta es la copa: la juventud.
El vino de oro pronto apuremos…
¡Quizá mañana nos hallaremos
entre las tablas de un ataúd!
Ésta es la copa: la juventud.
ÉPOCA VANGUARDISTA
(1930-1936)
CAMPANARIO DE LA PRIMAVERA
(1930)
MI MAESTRA DE ESTÉTICA
A Fernando de Torres Díaz
Mi maestra de estética es esta viejecita
campesina.
Que con frecuencia me visita.
Y que me da los buenos días
– siempre en la misma letanía-
como una de esas proseras
antiguas.
Sí; mi maestra de estética
es esta viejecita,
que me dice cosas tan lindas.
Como esta:
– ¡Qué bellas lluvias han caído, niño!-.
Oyéndola,
el corazón, rojo panal,
me rezuma sonrisas.
Mi maestra de estética es esta viejecita.
CANCIÓN DE MI FORTUNA.
¡Qué repleto de monedas
azules tengo el bolsillo!
Puedo comprar todos los prados
y todos los caseríos.
Y la esquilita de la ermita,
que tan dulce suena en mi oído.
Y la posada de Teresa,
dorados como los trigos.
Y las flores de todos los jardines
Y las sonrisas de todos los niños.
Y tantas cosas más, que a enumerar no sigo:
pues el papel a los poetas nos cuesta caro
– como bien dices tú, Francis Jammes amigo…
¡Cuántas cosas puedo hacer mías,
Dios mío!
¡Qué repletos de monedas
azules tengo el bolsillo!
CAMPANARIO
Campanario:
también en mi corazón
alguien, está repicando.
Amapolitas, violetas,
madreselvas y geranios:
¿hasta vosotros no llega
mi corazón dilatado?
Todo vestido de risas,
saltando,
-¡como un chiquillo!-
se me ha ido por el campo…
LEYENDO A FRANCIS JAMMES
Leyendo a Francis Jammes,
voy por la carretera.
Hacia el sitio de siempre, el de todas las tardes…
Coleccionista de crepúsculos,
quiero tener la colección completa:
¡oh, los crepúsculos de esta primavera!
He tomado mi abono de butaca silvestre.
Aquí, bajo este árbol joven,
que yo plantara de chiquillo…
Oh, este árbol alegre,
solitario…
Merece un verso mío.
(Sí, don Manuel. Y siempre…).
Ahora cierro el libro. Ya se abre el telón.
Otro nuevo crepúsculo…
La noria de colores alegremente gira.
Y la tarde, la tarde
ciñe a su carne azul un mantón de Manila.
(¡ Embriaguez cuotidiana de mis ojos de niño!)
Mutación a la vista.
El “alegro” ha finado.
En un tono menor , sinfoniza el violeta.
Ya se nos va acercando la enlutada Princesa.
Y en su honor, la Ciudad
enciende el homenaje de sus rosas eléctricas.
Desde aquí, resplandece, como una cruz de estrellas.
Retorno.
De los ojos me cuelgan
– todavía-
las flores del crepúsculo. Sobre mi pecho canta
el libro del poeta.
Ésta es la hora en que regresan
las aguadoras jóvenes
con sus cacharros a la cabeza.
Pasa, también, un carretón cargado de pereza.
Pasa un mendigo anciano,
con traje de tristeza.
Pasan unas chiquillas y una canción ingenua,
unos golfos greñudos y unas palabras feas…
Pasa Antonio María -como una cuba rota-,
recitando pasajes de dramones antiguos
y de viejas zarzuelas.
(Este Antonio María anacreóntico
que ha enseñado a leer a las gentes labriegas).
Pasa un verso, también, en la brisa risueña…
Paso yo…
¿Y qué es toda esta cinta, sino otro poema
de Francis Jammes puro,
en este día que nos deja?
VERSOS A DIABOLINA
¡Cómo me turbas, Diabolina,
juguete elástico!
Con tu reír,
y con tus saltos.
Todos los días juegas
con mi corazón, al diábolo.
Y, unas veces, lo tiras tan alto
que en un zarzal de estrellas
se me queda clavado.
Y, otras si me miras, te distraes tanto
de tus juegos…
que me lo dejas caer en el fango.
Ay, Diabolina, Diabolina:
con miel en el cabello alborotado,
con aceitunas en los ojos,
con guindas en los labios…
Y el rojo tulipán del vestidillo
sobre un marmóreo tallo.
¡Ay, Diabolina, Diabolina,
qué ganas de jugar me han dado!
¡Qué ganas de jugar contigo
en esta primavera del ocaso!
Y, en la cuerda de un verso
– como si fuera otro diábolo-,
darte 1000 y 1000 vueltas…
Para lanzarte encima de los tejados…
tan alto, tan alto,
que pudieras cortarme
el durazno
brillante
de este ocaso.
Y la naranja de la Luna.
Y las margaritas del celeste prado…
¡Y qué dulce ha de ser cuando resbales
por el cordón moreno de mis brazos!
Ay, Diabolina, Diabolina;
con miel en el cabello alborotado.
Con aceitunas en los ojos.
Con guindas en los labios…
¡Ay, Diabolina,
fiesta del verano!
ADIÓS A LA PIPA
Ahora
– antes de pasar a otro poema-

mereces que te cante,
pipa inglesa;
y que te encienda
en la brasa
de una estrella.
… Dulce amiga morena,
de mis labios siempre suspensa
lo mismo que una novia,
enrollándome siempre en las virutas
de su azul cabellera…
Sí, eres digna de que te bese y te cante
una vez más, pipa inglesa,
ahora que tendré que abandonarte,
pues lo manda el Doctor…
Adiós, mi novia buena.
Ya nunca más he de tragarme
– en cándidos vellones-
mi diaria comunión:
tu corazón de fuego, compañera…
Adiós, adiós… Ya que no puedo…
hacerte un ataúd como yo quisiera
– rebrillante de gemas-,
permite que te encierre en el estuche
de este humilde poema.
¡ Atado con la cinta del último espiral,
amada pipa inglesa!
UN POCO DE ALEGRÍA
A Andrés de Lorenzo- Cáceres, poeta joven.
¡Que broten mis poemas
como un chorro de agua fresca!
Y que tenga la gracia
de esta niña
– vestida de inocencia -,
que me mira curiosa,
y risueña,
mientras escribo estos renglones
en mi libreta.
Sí, que broten mis poemas
como un chorro
de agua fresca.
( Y que lleven un poco de alegría
a los pocos amigos que me lean…).
ROMANTICISMO Y CUENTA NUEVA
( 1933 )
elegía entre dos luces
I
bombilla;
vivir quieto.
limitado en la geometría
de los rizos del firmamento.
clausura de cristal
– fraude y disfraz de encierro-
( clasicismo
perfecto).
II
la bombilla se muere,
se desangra en un suspiro lento.
( ¡ su exacta flor de fuego!
¡ su transparencia alegre!
¡ su redondez de seno!).
III
ya lo sabéis; a un muerto,
cuatro velas.
la vela: signo opuesto.
romanticismo puro.
la luz en movimiento.
la sirenaica voz ardiente, mariposas.
el estira y encoge.
la evasión hacia el cielo…
el parpadeo
del vivir muriendo
( gritos de llama, lágrimas de cera,
y el humo del mal sueño).
IV
la bombilla se ha muerto.
se ha desangrado en un suspiro lento.
queda la vela, vela…
la vigilia en eterno.
el rincón de las figuras
foto velada
un ángel sin usar de cinelandia,
sobre la punta de la nariz,
te coloca unas gafas.
te tuerce los tacones y te arruga las medias
te afila un moño alto y un sombrerín de paja.
te cuelga los hombros de una bata.
azul
de colegiala.
pero de pronto, saltas.
y a la bebé daniels de dos minutos,
en un rincón la dejas olvidada.
entonces, una piscina ávida
te absorbe con maillot azul y grana.
repiquetean tus zapatos
un charlestón absurdo sobre nuestros costados.
tu boca de champaña
se nos suelta a cantar coplas saladas:
– los buzos se han cortado
sus bigotes.
y mi gorrito americano
tuvo ayer un parto de bombones.-
tu garganta
se quiebra en una risotada.
por la que se santigua
una ciudad de lúgubres campanas.
y tus ojos de vaca,
de laguna
cálida,
reflejan un paisaje de cigarrillos
y teclas deshojadas.
POEMAS DE LA POSGUERRA
I
: 1949-1969

CRISTO DE TACORONTE
Prólogo en tres tiempos
PLEGARIA
Oh Cristo de Tacoronte,
desclavado del madero,
que estás clavando tus ojos
en los míos, tan adentro.
Oh Cristo de Tacoronte
que hoy alumbras mi sendero:
faro de eternas verdades
sobre mis mares inciertos.
Todo llagado, a tus plantas
con humildad me prosterno,
implorando tu perdón,
tu bálsamo y tu consuelo.
Cómo quisiera fundirme,
deshacerme, todo entero,
en los brazos luminosos
de tu sagrado madero.
Dame sus ríos lustrales,
sus meridianos de fuego
para borrar mis pecados
y para fundir mis hielos.
Oh Cristo de Tacoronte,
abrazado a tu tormento,
que hacia nosotros avanzas
como un celeste guerrero.
Cristo que esgrimes tu Cruz
como si fuera un acero.
Dame tu espalda de estrellas,
dame tu espada de fuego
para matar las serpientes
que se enroscan en mi cuerpo.
Dame tu espalda de luz,
dame tu espada de fuego
La Vid estaba cantando
el triunfo de Dionisios.
El corazón de la tierra
era un volcán exprimido,
y entre sus lávicas mieles
crepitaba el mundo antiguo.
En una ronda incesante
de frenéticos delirios.
En torno a la Vid, espléndida,
coronada de racimos.
¿Y el Dolor? ¿Dónde latía,
como un áspid, escondido?
Ay, que la Vid, bajo el viento,
su alegre traje deshizo.
Y desnuda, sobre el campo
súbitamente aterido,
en crispaciones agónicas
de sarmientos retorcidos,
se desangraba en las ondas
amargas del mar latino.
Ya se ha callado, de pronto,
el confuso griterío.
Y se hace un hondo silencio,
presagio de altos designios.
Una luz por el Oriente
de súbito ha aparecido.
Una Cruz se abre en el Monte
y en sus brazos infinitos
recoge el dolor del mundo
y el triunfo del Espíritu.
Y la Vid, novia ganada
para esponsales divinos,
ya se alza hacia los cielos
del inmortal Sacrificio.
Y aquel oleaje ardiente,
satánico de Dionisios,
de repente, se transmuta
en sangre eterna de Cristo.
CASA-MUSEO
EMETERIO GUTIÉRREZ ALBELO

http://infoicod.blogia.com/2006/septiembre.php
La Casa-Museo Emeterio Gutiérrez Albelo fue fundada en septiembre de 1992 a partir de la donación que de la biblioteca personal y los archivos del autor hicieron sus herederos. La casa, de estructura muy simple, pero de una belleza serena, está situada en una céntrica calle del casco antiguo de Icod, donde nació y pasó toda su juventud el escritor. La casa recoge, además de documentación que perteneció al autor, -libros, revistas, cartas…-, un ampliado legado de materiales gráficos como dibujos, caricaturas, pinturas, fotografías y pequeños enseres y objetos que acompañaron la vida diaria del autor. En este edificio, hacia 1925, escribiría La fuente de Juvencio, un libro de adolescencia, marcadamente modernista, que habría de quedar inédito por decisión del propio poeta. Años más tarde publicaría Campanario de la primavera (1930), al que seguirían Romanticismo y cuenta nueva (1933), conjunto de poemas con el que Gutiérrez Albelo iniciaba su etapa surrealista, y, poco antes del estallido de la Guerra Civil, su obra maestra Enigma del invitado (1936), uno de los libros de poesía surrealista más importantes de la literatura española.La Fundación pretende ocuparse preferentemente, y como no podía ser de otra manera, en el seguimiento de los últimos estudios sobre la Vanguardia Histórica Española, de la que Gutiérrez Albelo, junto a los también canarios Agustín Espinosa, Eduardo Westerdalh o Domingo López Torres, fue sin duda una de sus figuras más destacadas.



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