lunes, 23 de marzo de 2015

RAMON ÁLVAREZ BRAUN

RAMÓN ÁLVAREZ BRAUN, UN HOMBRE BUENO, UN SOCIALISTA EJEMPLAR, UN DEMÓCRATA DE COTA E ILUSTRE APAREJADOR, EN EL RECUERDO

Aniversario de su fallecimiento. En la foto, primero por la izquierda Ramón Álvarez Braun le acompaña en el centro el entonces consejero de Educación del Gobierno Canario y catedrático de matemáticas don Luis Balbuena y por la derecha es desconocido.

Estaba actualizando mi blog personal y altruista EFEMÉRIDES, algo me parecía extraño, viendo que muchos me leían un artículo que publiqué en mi blog por motivo de la jubilación del amigo y compañero de docencia Ramón Álvarez Braun, la verdad que me era sorprendente, le pregunté a mi mujer Antonia María González de Chaves y Díaz, si sabía algo del amigo Ramón, puesto que es vecino directo de mi suegra Antonia María Díaz y Díaz en la Avenida de las Asuncionistas de la capital tinerfeña. Mi mujer no me dice nada, enseguida me voy en busca del periódico tinerfeño EL Día, para hojear las esquelas, claro que la sorpresa se convierte en realidad, mi querido amigo y compañero Ramón Álvarez Braun se nos iba al infinito.

El artículo que ya han leído muchos amigos, lo dejo para el final, ahora quiero centrarme como conocí a este hombre bueno, socialista ejemplar, un demócrata de cota. Fue precisamente en el preludio de las primeras elecciones generales en la restauración de la democracia en el mes de junio del año 1977, primero en la desaparecida Terraza del Teatro Cine Atlante de la Villa de La Orotava en un mitin del PSOE con el histórico socialista Múgica como principal comunicador, una semana después en el recordado mitin en el Estadio Municipal El Peñón del Puerto de la Cruz donde conocimos a Felipe González Marques que en el ocaso del tiempo iba a ser presidente del gobierno de España.  En ese mismo año conocí a la que iba a ser compañera de mi vida en una verbena en su pueblo natal La Cruz Santa, vivía entonces con sus padres en el edificio de las Asuncionistas de la Capital Tinerfeña y al lado vivía Ramón con su mujer, una dama de la Villa de La Orotava que conozco desde la infancia Carmita Galván Fernández, un día me tropiezo a Ramón en el garaje del edificio chicharrero, donde charlamos y entablamos una gran amistad para toda la vida. El daba clases en Aparejadores, un servidor trabajaba en la Cooperativa Agrícola Bananera de Tenerife del Puerto de la Cruz como Jefe de la Administración, ambos nos emprendimos preparar oposiciones a profesor de Formación Profesional y ambos fuimos a Madrid al final de la década de los años setenta del siglo XX y ambos aprobamos dichas pruebas con números de altura, él fue destinado cerca de su domicilio Chicharrero en el Politécnico de Ofra y un servidor al Instituto de Formación Profesional Minas de Riotinto de la provincia onubense de Huelva. Recuerdo que me incorporé a mi nuevo puesto de trabajo con alegría, me llevé a mi mujer y a mi hijo mayor hasta que al final del año 1981 me concedieron la plaza en mi pueblo natal de La Orotava en el Barrio de San Antonio donde continuo de docente en la actualidad. Ramón siempre estaba preocupado por mí, siempre les preguntaba a mis suegros por mi vida en Minas de Riotinto. A él le estoy agradecido por toda esta desinteresada gentileza y felicidad por mi persona y por mi familia.

En el mes de mayo del año 1983, Ramón Álvarez Braun, forma parte del equipo de gobierno de don Jerónimo Saavedra Acevedo, como director general de infraestructura de la Consejería de Educación con don Luis Balbuena de consejero. La Labor desde la política es impresionante, se construyen, colegios e institutos de enseñanzas medias en todo el archipiélago canario, se fortalece la enseñanza pública y la concertada, la labor es increíble, aumentando el número de matriculaciones y fortaleciendo los niveles de enseñanza en la comunidad educativa.

Decirte querido compañero de docencia, querido amigo Ramón Álvarez Braun, que sabemos que a donde vamos es la felicidad, la misericordia, el sosiego y la esperanza. Atrás dejamos el sufrimiento, la enfermedad por supuesto a una mujer fiel compañera de tu placidez Carmita Galván Fernández, a unos hijos maravillosos de muy alto nivel María Consuelo, Ramón y María del Carmen y a muchos amigos que te querían de verdad, que te amaban y te admiraban. No pude acompañarte en este triste final, la noticia de tu marcha me vino muy tardía, pero siempre estaré contigo tal como lo he hecho hasta el momento.

Estimado amigo, no te olvide que trabajamos juntos como docentes en la Formación Profesional, fuiste un maravilloso vecino de mis suegros y te casaste con una orotavense Carmita Galván Fernández también amiga de mi casa y de mi familia. Recuerda que en la época del noviazgo orotavense pasaste mucho tiempo en la fonda Revés de la calle Viera y comiendo los exquisitos platos de casa Gregorio Pacheco en la calle El Agua (Tomás Zerolo) esquina con el callejón de Ascanio de la Villa de La Orotava. Fuiste un excelente funcionario, primero como profesor de Secundaria y luego, y hasta tu jubilación, profesor de la Universidad, concretamente de la Escuela de Aparejadores y Arquitectos Técnicos. Fuiste Director General de Infraestructuras con tu amigo don Luis Balbuena como Consejero de Educación y con don Jerónimo Saavedra Acevedo de Presidente de Canarias.

Decirte Ramón, que con Luis y Jerónimo a la cabeza, hiciste posible que cada niño y cada niña canarios tuvieran su propio puesto escolar, sin turnos partidos en que los escolares ocupaban de tarde el puesto escolar que ya había sido ocupado por otro escolar por la mañana. Eliminaste las injustas concentraciones escolares donde niños de una localidad pasaban el día en otra, porque no había colegio en su zona, como ocurría con San José y La Guancha. Las eliminaste, en el caso de nuestro pueblo La Villa de La Orotava, construiste, como en muchas otras localidades canarias con igual fin, el Colegio Público Francisco Afonso Carrillo, que hace poco cumplió sus 25 años.

Ramón fue el artífice de esa silenciosa revolución educativa, en épocas de vacas flacas, transformando el poco dinero en mucho, en muchas ocasiones a costa de su salud física. Porque Ramón fue un socialista de los de antes, que miraba el dinero público como sagrado y que no se permitía ni una alegría con ese dinero, ahorrando incluso en transporte (recuerdo verlo cargar con material para centros como equipaje en sus viajes entre islas). Esa entrega hizo que Ramón enfermara tras su paso por la Consejería, con algo que desembocó en un trasplante de riñón, afortunadamente exitoso. Y Ramón siguió trabajando y dándolo todo por los otros, hasta el punto que su ejemplo ha sido tal, como caballero y como socialista, que siempre le insté a que hablara de cuando en cuando a los jóvenes, en una época en que es necesario como nunca reforzar sus valores. Pese a todo lo anterior, ni Ramón, ni Luís ni Saavedra tienen calle alguna en el callejero municipal, ni siquiera una placa en el centro que tanto ha significado para la formación de nuestros más jóvenes: el Francisco Afonso Carrillo. Pero Ramón si tiene lo que le vamos a ofrecer: el calor, el cariño y el reconocimiento de un centenar de amigos que le vamos a dar las gracias por una vida íntegra, de honradez y de ejemplo. Es un acto que homenajea no sólo su faceta política, que especialmente fue intensa en la época de la transición, en los momentos en los que había que pelear por la libertad, sino como profesional intachable, puesto que Ramón Álvarez Braun fue una persona muy completa.

En la época actual, hablamos de un aparejador – arquitecto técnico que ha peleado significativamente por la dignificación de su profesión, por darle estatus en España similar al que los ingenieros de la construcción tienen en los países europeos, siendo en ese sentido una avanzadilla, al tiempo que ha sido una persona que siempre ha estado muy preocupado por actualizarse constantemente, por asistir a cursos organizados por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Siempre se ha oído hablar maravillas de él a sus alumnos de Aparejadores, un profesor extraordinario, que transmite muy bien sus conocimientos y que en definitiva es una persona muy bien valorada y querida en la Escuela de Aparejadores.

Ramón Álvarez Braun fue una institución en el PSOE por su firme compromiso con unos principios democráticos que muchas veces se echan en falta en la vida política, alejados de la norma actual de convertir la política en una profesión, dejando los principios atrás, ya que siempre entendió que la política es algo más que haya bombillas en las farolas, que las calles estén asfaltadas, sino que debe existir un compromiso con los valores supremos como la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad y el respeto de los derechos fundamentales. En su vida, ha demostrado ser fiel y coherente con esos principios que siempre ha defendido, por lo que ha supuesto para muchos un ejemplo, ya que ver que hay personas que se mantienen en pie cuando las cosas no van bien, manteniendo además sus ideales intactos, para quienes pensamos de una forma muy parecida, es un empuje hacia adelante. ¿Entienden por qué lo pongo como ejemplo y referente de valores, por qué creo que debe enseñar a los jóvenes? Por todo eso, y aunque te lo he dicho siempre y te lo repetiré hoy: gracias, Ramón hasta pronto.

El amigo y convecino del Puerto de la Cruz, ex alcalde de la ciudad, ex Delegado de Gobierno en Canarias y compañero de Ramón Álvarez Braun en el partido socialista Salvador García Llanos, escribe sobre este genial socialista, que titula “RAMÓN ÁLVAREZ, EL COMPROMISO ÉTICO DE UN IDEÓLOGO”: “…Lo primero que impresionaba de Ramón Álvarez Braun era su voz. No era radiofónica sino por el halo de autoridad que desprendía a la hora de facilitar cualquier explicación. Enfático, ajustado, su afán didáctico era reforzado por aquel tono que imprimía en sus intervenciones.

Después, hay que ponderar su coherencia entre el discurso y el método. Quiso practicar lo que predicaba. Ello elevó su estatura, sobre todo a la hora de defender la honestidad en la política como una auténtica divisa.

Ramón Álvarez Braun nos ha dejado. En silencio. Y quienes le conocimos y le tratamos sabíamos de su sufrimiento. Pero la tenacidad, otra de sus cualidades, le impulsaba a seguir. No era de los que se rendía. Por eso, desde su lucha en la clandestinidad, por las libertades y por la democracia, fue un ejemplo. Abrazó un compromiso ético digno de reconocimiento.

Profesor de la Escuela de Aparejadores y de la Universidad de La Laguna,  Álvarez militó en el Partido Socialista Obrero Español, en cuyo seno era muy apreciado por el sentido consecuente de su pensamiento ideológico.  Defendió la honestidad en la política como una auténtica divisa.

En la primera legislatura autonómica, siendo Jerónimo Saavedra presidente del Gobierno y Luis Balbuena consejero, ejerció como director general de Planificación, Construcciones y Equipamiento Escolar de la consejería de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias. En el desempeño de su cargo, sobresalió por las autoexigencias que se impuso para el cumplimiento de los compromisos.

Se ganó el respeto de sus compañeros departamentales, profesionales y políticos. Años después de cesar en la dirección general, fue candidato del PSOE al Senado por la isla de Tenerife pero no salió elegido. Ello no le impidió seguir defendiendo sus ideas en órganos y foros donde su discurso, recio y contundente, siempre cosechó el reconocimiento que se otorga a quienes enriquecen su ideología y trabajan con humildad y entrega a favor de una causa.

Ramón Álvarez Braun defendió siempre a los más desfavorecidos. Dedicó sus esfuerzos a mejorar la educación en las islas, consciente, como era, de las necesidades que había. La Laguna, la isla, Canarias, España: su visión del mundo era tan exigente como generosa. Un socialista cabal y comprometido: esa era su realidad. Con aquella voz, con aquella autoridad, con aquella autoridad. Con aquella dignidad…”
(Bruno Juan Álvarez Abreu)


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