martes, 11 de agosto de 2015

EFEMÉRIDES DE LA NACIÓN CANARIA

 

UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERIODO COLONIAL 1501-1600
DECADA 1550-1560

CAPITULO VIII-X




Eduardo Pedro García Rodríguez
Viene de la entrega anterior.
3.3. Relaciones comerciales y producción.
Los lugares de destino del azúcar son dos: Cádiz y Amberes. El tráfico con la primera era directo, siendo receptores del producto Jácome Botti y Lorenzo del Rosso, que también recibían los azúcares del ingenio de Daute. En cuanto a la relación con Amberes, Pedro de P. ya tenía contactos comerciales con esa plaza antes dc establecerse en Adeje (en 1549 había enviado, entre otras cosas, 306 a. de azúcares y 304 a. de panela). Según las noticias que tenemos, el comercio fue más fluido y directo al principio, sirviéndose en algún caso de un representante que viajaba con la mercancía (como Julio de Usodemar) o de algún mercader bretón, recibiendo el procedido de la venta en mercaderías, principalmente tejidos. El azúcar se cargaba en el puerto de La Caleta (Adeje). Sin embargo, paralelamente a las dificultades de que se ha hablado la producción deja de enviarse directamente y se vende meses antes de la zafra a cambio de ropas y víveres para hacer frente a los gastos o para saldar deudas. Entre los mercaderes extranjeros destacan los flamencos Nicolás But y Comides de Manacre y el francés Juan Burel. Especialmente importantes es But, con quien se mantienen continuados contactos, no exentos de incidentes, como el originado tras la muerte de Catalina de las Cuevas debido a un falseamiento de sus cuentas con la familia en complicidad con la propia Catalina y el administrador Emparán, con objeto de beneficiar con el fraude a las hijas de aquélla en perjuicio del sucesor en el mayorazgo. But acepta al principio el acuerdo, pero tras la muerte de Catalina lo rompe, ateniéndose sólo a las cuentas de los libros.
Tanta o más importancia que los intermediarios extranjeros tuvieron algunos vecinos de la isla. Es el caso de Felipe Jácome de las Cuevas. (hermano de Catalina), que había ayudado en la fabricación de la hacienda y se cobra parte de azúcares; o del almojarife Cristóbal Ruiz, que provee de ropas y dinero; o de los regidores y prestamistas Hernando Calderón y Pedro Jaymes del Monte. Es interesante el estudio de éstos y otros personajes también relacionados con la hacienda de Daute que actúan de fiadores, curadores, almojarifes, intermediarios en el tráfico americano, etc., que participan de la coyuntura sin arriesgar tanto en la puesta en explotación y que salen siempre beneficiados dada la diversificación de sus inversiones.
Finalmente, destaquemos que a medida que pasa el tiempo la comercialización se va concentrando en pocas personas, que coinciden con los prestamistas o proveedores. Así, en 1611, si el valor del procedido de azúcares fue de 2.420.016 mii., el 30% va a parar a Juan Texera, el 10% a Bartolomé Doble, y el 38% a Juan Burel.
En cuanto a la producción, resulta difícil dar cifras sin contar con los libros de contabilidad. El testimonio de Frutuoso, antes citado, no nos resulta muy fiable (da una cifra de 8 ó 9.000 a. para cada ingenio). Lo que parece seguro es que su producción era la más importante de la isla, dada la mención especial que le dan los viajeros. En todo caso, hay algunas cifras para fechas tardías. A través de la partición de 1618 conocemos que la producción de 1611 fue de 1012 a. y 22in lib, entre azúcar blanco, escumas y rescumas, y de 161 a. y 14 lib, de panela, 5 pipas de miel y 4 de remiel. Como se señaló antes, los ingresos montaron 2.420.016 mii. En 1612 la producción fue de 890 a. de azúcares diversos, 177 a. de panela, 6 botas de remiel, además de otra cantidad no especificada de autoconsumo o vendida en pequeñas porciones. Esto supuso un valor de 1.913.280 mii. Como dato comparativo que ilustra el peso que sigue teniendo el ingenio en la hacienda, digamos que el valor de la producción cerealera (256 fa. de trigo, 221 fa. de centeno, 524 fa. de cebada) fue de 433.128 mii. Los gastos en fábrica, molienda y demás (no se especifica) montaron 849.120 mii. Aun contando con que en estos se incluyan gastos no relacionados con la producción azucarera, es evidente que el margen de beneficios es importante, lo que explica la continuidad del ingenio. Otra cuestión es lo ya explicado acerca del alto nivel de endeudamiento y las gravosas cargas que pesaban sobre el mayorazgo. En 1613 hay un nuevo descenso en la producción: 618 ia a. de azúcares, 134 a. de panela, 5 botas y 9 barriles de remiel, además de miel y melado de auto-consumo y vendida en pequeñas partidas. Esto supuso unos ingresos de 1.358.880 mii. La producción y, consiguientemente, los ingresos, van en descenso, por estos datos de 3 años no permiten sacar conclusiones sobre un descenso continuo. Es más, sabemos a través de los diezmos que las cifras son intermitentes a lo largo del siglo, superándose en algunos casos la producción de 1613(32).
4. El ingenio de Garachico.
4.1. Condiciones para la edificación.
En la década de los 80 nos encontramos con un hecho insólito en Canarias: la construcción de un ingenio. Este proyecto —concebido al socaire de los buenos precios del azúcar en esos años— lo conciben Bartolomé de P. y su primo Alonso de P. Se conserva la escritura entre ambos, de 29 cláusulas (33), de la que queremos destacar en primer lugar los motivos que aducen: “porque abiendo visto como vemos que las viñas que poseíamos e posehemos que regaban con estas aguas an venido en diminuzión e pérdida por la mucha mangla e alhorra que en ellas han sobrevenydo de que no tenemos provecho e tenyendo atenzión que nuestros abuelos tubyeron en este dicho término otras haziendas de yngenyos de que tubyeron mucho provecho e nos lo tendremos dyos mediante en tener nuestras tierras de cañas e tener e sustentar este dicho nuestro ingenio... “Como se ve, hacen hincapié en el mal momento de la vid debido a enfermedades. No obstante, a lo dicho hay que añadir que de los tres mayorazgos de los Ponte que había entonces, los de Bartolomé y Alonso no poseían ingenio. Estos debieron decidirse a poseer uno, en parte empujados por las circunstancias y también por la ventaja que suponía la desaparición del de Interián, de modo que las cañas de esta hacienda —entre otras- pasarían a moler en el nuevo ingenio.
Aunque la escritura la firme Bartolomé de P. y pida luego la ratificación de su madre (M’. de las Cuevas) como usufructuaria del mayorazgo, en realidad es ésta la que financia la construcción, limitándose Bartolomé a ser el ejecutor de las órdenes de su madre.
Entre las cláusulas, nos encontramos con algunas de tipo general y otras relacionadas con la muy desigual contribución a la edificación. Sintetizamos las del primer tipo:
a) El costo corre enteramente a cargo de Bartolomé (recuérdese lo dicho antes), de modo que Alonso tendría que pagar la mitad de los gastos para ser dueño de la mitad del ingenio.
b) Dado que el solár para los edificios, corral de lelia, lugar de extracción de ésta, etc., era de Bartolomé, Alonso le compensaba con otras tierras en Garachico.
c) Las aguas de ambos, que iban unidas, quedaban para siempre unidas al ingenio, corriendo a la mitad los cargos de canales y acequias.
d) La fecha de terminación se fijaba para finales de 1583 o principios de 1584.
e) Las cañas de Magdalena del Hoyo —viuda de Cristóbal de P.— se molerían como si fuesen de Bartolomé, sin que pudiese tener ningún provecho de ellas la otra parte.
En caso de destrucción o avería, la mitad de los gastos los sufragaría Alonso.
Las otras condiciones se referían a dos tipos de situación: antes y después de haber abonado Alonso su mitad. En el primer caso: a) Este pagaría maquila por la molienda de sus cañas y las de sus tributarios. Bartolomé costearía los gastos de las cañas de Alonso desde el desburgado hasta darlas en el tendal de la casa de calderas. En compensación, llevaría la mitad del aprovechamiento, dándole a Alonso —además de la otra mitad— 1 forma de azúcar blanco y 2 de escumas por cada tarea. b). Las maquilas de particulares serían para Bartolomé. c) Como la molienda en el ingenio perjudica el molino de Alonso, Bartolomé le pagaría los primeros 11 años una renta de 18 fa. de trigo. d) Bartolomé proporcionaría a Alonso las formas que necesitase. e) Si Alonso decidiese no plantar cañas, en el plazo de 30 días pagaría su mitad a la otra parte; no siendo así, quedaría el ingenio para Bartolomé.
Para la circunstancia de que hubiese pagado su mitad Alonso se acordaba: a) El beneficio de las maquilas de particulares y el costo de esas moliendas serían por mitades. b) Si los tributarios quisieran plantar cañas en los viñedos, la molienda sería gratuita. c) El orden en la utilización del ingenio se decidiría por sorteo, ocupándolo cada uno un mes y costeándose cada cual su molienda. d) Serían para Alonso las maquilas de los labradores de 5. Pedro de Daute.
4.2. Estructura, situación de las cañas y administración.
Aparte de lo que podemos deducir de contratos e inventarios, Torriani señala la ubicación exacta del ingenio en el plano que traza de Garachico. Respecto a los edificios que componen el ingenio son casi todos de mampuesto, cubiertos de teja y con utilización profusa de madera de tea. Los departamentos son los mismos que en otros ingenios; sólo destacaremos que tenía 3 prensas y cuatro calderas.
Los principales propietarios que molían sus cañas en el ingenio eran: los dueños de la hacienda de Interián, la hacienda de Magdalena del Hoyo en 5. Pedro de Daute y los mismos Ponte, cuyos cañaverales principales estaban detrás de la ermita de 5. Sebastián. en zona próxima al ingenio. Había otros pequeños propietarios. En general, eran escasas las tierras dedicadas al azúcar a fines del s. XVI en Garachico. Hay que tener en cuenta que el acantilado permite sólo una estrecha franja costera, que en parte está dedicada a la vid, en parte a morales y en parte a edificaciones. Las otras posesiones de los Ponte están dedicadas al viñedo como monocultivo (Malpaís) o cereales (Culata y Tanque), alternando alguna vez con morales y con tierras para sus extensos rebaños, sobre todo en las medianías.
El hecho de que no fuese alto el número de cosecheros explica el que los contratos de labores y acarreto se hicieran para el conjunto de aquéllos. Así ocurre con el desburgado para la zafra de 15860 con el acarreto de cañas, a veces unido al de leña y tea. (35). El costo de ese acarreto era de 7680 mii. /tarea, y el pago se solía efectuar en tercios (al empezar, a la mitad y al acabar el plazo). Es importante el pago en especies (más del 50%) en base a dos conceptos: cereales y animales de carga.
Tenemos que hacer mención aparte dentro de la labor más delicada y cualificada (maestro de azúcar) a Pedro Carrasco, quien está unido al ingenio desde su fabricación. Su salario era alto: 50.000 mii., 15 barriles de vino y 1612 fa. de trigo por zafra (36), llegando a constituirse en arrendatario tanto del ingenio como del cercado de 5. Sebastián (lugar en que estaban las cañas), y con el compromiso de plantar más cañas en zona calma. La fecha de ese arrendamiento es tardía (1602), tras un intento fracasado de deshacer el ingenio (en 1597) y de endosar la hacienda y mayorazgo a un yerno. Más adelante nos referimos a las dificultades de fin de siglo. Lo cierto es que por ambas partes propietarias (en realidad sólo habían un propietario al no pagar la parte de Alonso su mitad de gastos) no desean la administración directa. En el caso que estamos comentando se realiza la cesión en medio de la crisis que supuso la epidemia en la zona de Daute, especialmente en 1601 y 1602, años en los que no hubo zafra y los tributarios no pagaban. El arrendamiento a Carrasco fue por 9 años, aunque no llegó a finalizar por muerte de éste. La renta convenida era de 79.200 mii en los dos primeros años, y de 166.400 mii. en los restantes, más 10 a. de azúcar blanco. Como se comprobará por el valor del arrendamiento, la cosecha no debía ser muy alta. Parece tratarse de una producción destinada a satisfacer un mercado determinado, que aún permanece fiel (el flamenco), a la vez que constituye un ejemplo de comportamiento de una pequeña explotación —siempre más variable e insegura a las variaciones de los mercados— en el tránsito del predominio de un cultivo de exportación a otro .

4.3. Comercialización y dificultades.
La comercialización se diferencia poco de lo expuesto para Adeje, sólo que en Garachico no parece que existiese nunca el envío directo y la situación fue siempre más agobiante, sobre todo para Alonso de P. Se valen para la venta de mercaderes flamencos establecidos en la isla: Pascual Leardin y Nicolás But son los más importantes, los mismos que comercian con los ingenios de Daute y Adeje. Otros flamencos son: Michael Estorban, Pedro Van Morbeque y Justo Bubar. Tampoco hay que exagerar la importancia de estos mercaderes, pues aparece de nuevo —también igual que en Adeje o Daute— un personaje de alta relevancia política y social: Pedro Jaymes del Monte, Alcalde Mayor de Daute y regidor perpetuo de La Palma, a quien va a parar gran parte de la modesta producción como pago a sus préstamos. Nicoloso de P. destina 100 a. de azúcar para pagarle en 1579 (38), pero el endeudamiento es mayor en el caso de Alonso de P., tanto con Jaymes como con Domingo de Emparán, de quien ya se ha hablado. Esto hace que arriende con frecuencia sus propiedades como medio de pago: en 1580 cede su molino, viñas, morales, etc. a Emparán por 5 años por una deuda de 773.492 mrs. En 1585 está en dificultades con Jaymes, a quien paga con el fruto de sus cañas. Dos años más tarde éste pide el embargo de sus azúcares por deuda de 1.285.121 mii., de modo que tiene que cederle durante los cinco años siguientes el disfrute de sus rentas.
Esto nos explica el continuo interés de Alonso de P. por librarse de la pesada carga de su mayorazgo y su compromiso respecto al ingenio. Ve una ocasión propicia para ello en el matrimonio de su hija Catalina con el portugués Ventura de Salazar, traspasándoles a ambos el usufructo de su mayorazgo a cambio de una asignación anual de 264.000 mii. y con la condición de que Ventura y su padre hicieran frente a una serie de compromisos: pago de la mitad de costos del ingenio y saldar las deudas de Alonso. La pronta muerte de su hija impide que se cumplan sus deseos, por lo que el mayorazgo vuelve a sus manos, con el agravante de tener que abonar a Ventura 1.763.136 mii. que éste había gastado en mejoras . Por otro lado, hay pleito entre los copropietarios del ingenio, lo que hace que se introduzca alguna pequeña modificación al concierto pactado con motivo de su edificación .
Hacia 1608 deja de moler el ingenio tras la muerte de Carrasco, que lo que hace en realidad es acelerar la desaparición del ingenio, tras una corta y tambaleante existencia. Se nos plantea aquí de nuevo el margen de beneficio real de la industria azucarera en manos de propietarios ennoblecidos ávidos de rentas fáciles y permanentemente endeudados.
5. El ingenio de La Orotava.
Son escasas las noticias que tenemos de este ingenio, el más antiguo de los tres. Fue construido por Alonso de Lugo a principios de siglo y pronto pasó a los Ponte. Ya se aludió en otra parte al frustrado arrendamiento que éstos hacen a Pedro de P., pero poco más tarde —en 1567— éste compra a Gapar Ponte —que actúa en nombre de su familia— el ingenio por 6.000.000 de mii., incluidas tierras, cañaverales y 16012 fa. de agua. Pero el objetivo de esta compra de Pedro de P. era hacerse con la totalidad de la hacienda de Adeje, pues días después hace un trueque: cede lo que había comprado a su hijo Nicoloso y su esposa (Ana de Vergara), a cambio de que éstos le dieran los 4/15 de Adeje, con lo que consigue ser dueño único de ésta. El mismo trueque es ilustrativo respecto a la importancia de ambas haciendas.
Desconocemos detalles sobre comercialización. Sólo tenemos una escritura de transporte de azúcar a Cádiz. En alguna otra ocasión se trabaja en forma combinada con Adeje, completando la carga de aquel ingenio. Parece que Nicoloso tenía proyectos ambiciosos, pues aparte de las tierras de la hacienda había tomado a renta 27 fa. de cañaverales en La Orotava a Isabel Cabrera, viuda del regidor Francisco Benítez de Lugo, pero su temprana muerte (1570) debió suponer una paralización, pasando la administración a su esposa. Debió desaparecer el ingenio en la última década del siglo XVI. Se encuentra abandonado en los inventarios de la centuria siguiente.
En definitiva, los Ponte —enlazando con una tradición familiar interrumpida durante algunos años —eran poseedores en la década de los 80 de ingenios en cada una de las tres zonas azucareras más importantes de Tenerife: Adeje, valle de La Orotava y Daute, si bien con desigual importancia y diferente trayectoria. (José Miguel Rodríguez Yanez, 1984)

1550
Gaspar Pérez Acosta
Natural de la Isla de La Palma. Hijo de Cosme Pérez y Marina Núñez. Nacido en la década de 1550 según la declaración que hace como testigo en una probanza.

Aparecen referencias de este piloto a raíz de la pertinaz iniciativa de muchos, entre ellos el Inquisidor Funes (Diego Ortiz de Funes), por localizar la mítica isla de San Borondón.  En La Historia General de las Islas Canarias, de Miralles Torres, se hace mención a una expedición dotada y enviada por el anterior inquisidor (1570) con el fin de alcanzar la fama de su descubrimiento. Para ello “preparó en La Palma un buque al mando de experto marino Gaspar Pérez de Acosta, que, bien tripulado y con víveres abundantes salió de aquel puerto y durante muchos días estuvo cruzando por aquella latitud, observando los vientos y las corrientes, sondeando el fondo del océano y buscando los indicios de alguna tierra cercana…” Cabe la posibilidad de que el nombre del piloto de esta expedición (en el texto de Miralles) pueda ser erróneo, salvo que hubiera otro en La Palma de idéntico nombre y apellido (sabemos que su padre se llamaba Cosme) ya que en 1570, Gaspar Pérez de Acosta, difícilmente podía ser un “piloto experimentado” (para examinarse del grado de piloto para cualquiera de las provincias del reino en la Casa de Contratación de Sevilla se exigía, como uno de los requisitos fundamentales, ser mayor de 24 años). Abreu Galindo, en su Historia de la Conquista de Canarias, y tratando igualmente del reconocimiento y posible conquista de la Isla de San Borondón, nos hace relación de una expedición organizada por regidor de La Palma, Hernando de Villalobos, igualmente en el año setenta (ha de ser la misma), pero no especifica que sea Gaspar Pérez de Acosta su piloto. Sin embargo, en las notas que acompañan al texto, se indica que “y otra vez año de 1604 salió otro navío de La Palma, y por piloto Gaspar Pérez de Acosta…” Para esta fecha Gaspar Pérez de Acosta portaba el título de piloto y posiblemente contaba con una larga experiencia. También Vera y Clavijo da fe de esta última expedición.

Otra referencia nos la da el historiador Rumeu de Armas en su obra sobre la piratería en Canarias, al tratar del asalto de una embarcación española surta en el Puerto de la Luz, en Gran Canaria, por un corsario inglés (1586). En el proceso posterior al incidente declara Gaspar Pérez de Acosta; lo hace como contramaestre de la nao capturada.

En 1587, en un proceso judicial por impago de una soldada, Gaspar Pérez de Acosta figura como contramaestre y estante en Sevilla. Vuelve a aparecer documentalmente en un posterior auto entre partes -1596- como maestre de nao.

Unos años después, en 1603, solicita examen para el título de piloto de la Carrera de Indias de las provincias de Nueva España, Santo Domingo, La Habana, Puerto Rico y Canal Vieja, por donde, asegura, lleva navegando desde hace más de cuatro años.

Como es habitual en el proceso que se abre, el interesado aporta varios testigos que dan fe de su valía como marino. El primer de ellos alude a la experiencia de Gaspar de Acosta en los siguientes términos: que ha tiempo de diez y ocho años que conoce de navegar la Carrera de Indias al dicho Gaspar Perez de Acosta y habra treze años mas o menos que este testigo y el dicho Gaspar Perez de Acosta hicieron un viaxe juntos desde La Habana a las islas de Canaria viniendo este testigo por piloto y el dicho Gaspar Perez de Acosta por marinero ganando soldada por ello y demas de esto sabe este testigo que el dicho Gaspar P. de Acosta ha hecho otro viaje por piloto desde las islas de Canaria a La Habana y desde La Habana ha vuelto a las islas de Canarias y demas de esto sabe que ha hecho otro viaxe asi mismo desde España a la Nueva España y de la Nueva España a La Habana por contramaestre de la nao…”

Andrés de Armas (otro testigo) dice de él “que a tiempo de veinte años que conoce navegar la carrera de las Indias al dicho Gaspar Perez de Acosta (y) a tiempo de treze años poco mas o menos que el dicho Gaspar Perez de Acosta hizo un viaje por piloto mayor desde las islas de Canarias hasta La Habana en la nao Santa Ana de que era dueño Pedro ¿? de Acosta, y habra dos años que hizo otro viaje por piloto mayor desde la Isla de La Palma a la Habana en la nao San Luis de que era dueño Mateo de Almuñecar y este testigo fue en su compañía…” Alonso Gómez dice conocerlo personalmente y por tal sabe que es natural de la Isla de La Palma, “¿vecino? de San Miguel de ella y conoce a Maria Nuñez su madre y conocio a Cosme Perez su padre, del mismo tiempo y tiene particular noticia de los abuelos por haber oido decir de ellos a personas que los conocieron ansi mas años que este testigo…” Añade que tanto Gaspar como sus padres fueron “cristianos viejos, no de casta de moros ni judios ni de los nuevamente convertidos a nuestra fe catolica y que ninguno de ellos habian sido presos ni castigados por parte del Santo Oficio Inquisición…

En la sección “Registros de Esclavos” de Archivo General de Indias existe una referencia a un tal Gaspar Pérez, maestre del navío Nuestra Señora de Guía, quien en 1624 traslada un cargamento de esclavos (procedentes de cabo Verde, Santo Tomé, etc.) a Nueva España.

Fuentes:
AGI. Contratación, 53B, N.46. Ortega de la Mano, G.
El bloggero impertinente.

1550. Los ingleses se apoderan de un navío cargado de azúcar, de probable procedencia canaria, en la Isla de La Madera.

1550. La  secta católica inicia la construcción de la ermita de Santiago en Taxo (Valle de Arriba hacia) en el actual municipio de Valle Santiago, en la isla Chinech (Tenerife).
1550. "El rendimiento económico de los ingenios azucareros en la colonia de Canarias era muy grande. Un ejemplo bastará: En Tamaránt (Gran Canaria), un ingenio cuyo costo había sido de dos millones de maravedís, producía, un año con otro, azúcar por valor de otros tantos, de los que setecientos mil servían para amortizar gastos y un millón trescientos mil revertían en beneficios del dueño, que así podía recuperar con rapidez el capital invertido. En otros casos observamos cómo las rentas permiten amortizar el capital invertido en dos, o a lo sumo en tres años. Hacia 1550 el ciclo del azúcar canario llegó a su apogeo y pasaron todavía varios decenios más antes de su crisis definitiva. Sobre él se cimentaron las primeras grandes fortunas coloniales  isleñas, y hay que pensar, como señala José D. De Silva, que había un verdadero abismo económico entre aquellos poderosos colonos y el resto de la población".
1550.  Un navío ingles se apodera de un barco proveniente de las Islas Canarias y cargado de azúcar, a la altura de Madeira.

1550 abril 28.
PETICIÓN  DE BARTOLOMÉ DE TOVILLEJA  Y JUAN GRANDE DE TIERRAS  DE SEQUERO EN EL “LOMO  DE LOS CAVALLOS”. Las  Palmas. “…Muy magnificos señores Bartolome de Tovilleja e Juan Grande  vezi- nos de la villa de Agüimes besamos las manos de vuestras señorias e les sub- plicamos nos hagan merçed de nos dar en vezindad dozientas  hanegadas de tierras de sequero que son a do dizen el lomo de los Cavallos que comarca de Agüimes que an por linderos por la parte de arriba la cueva que se dize del vejete  e por el lado un barranco  que va dende las  cuevas de Coruna ver un barranco  abaxo que va por las cuevas de Maryn Vanez y por el otro lado el barranco  de Guayadeque  e por la parte de abaxo una majada que dizen de Alonso de Avila las quales dichas tierras son montuosas  e por çercar y sin- perjuizio  de  terçero  alguno  por  tanto  pedimos  e subplicamos  a vuestras señorias las mande dar e asentar en el libro de Repartimientos  de tierras de los vezinos desta   ysla y en lo asi probeer  e mandar  vuestras señorias nos haran merçed cuya vida y magnifico estado Nuestro Señor acresçiente en su santo serviçio.

E por los dichos señores governador e Regidores vista la dicha petiçion dixeron queles davan  y dieron las dichas tierras que piden e donde las piden sin perjuizio  de terçero  e con  las condiçiones  de las tierras  de sequero  e mandaronselas  asentar  en este libro  de Repartimientos  e darles titulo  del las.” (Rafael Sánchez Valerón y Felipe Enrique  Martín Santiago. Génesis y desarrollo de Ingenio durante el siglo XVI)


1550 Junio 27.
40.-Fee del recibimiento del Sr. Gobernador Hernand Duque. Doy fee que según paresce por el libro capitular que está en mi poder e pasó en mi presencia en la noble ciudad de San Cristóbal, que es en la ysla de Thenerife, en 27 -VI -1550 en el Cabildo e Regimiento desta ysla paresció el señor Lcdo. Hernand Duque d'Estrada e presentó una provisión real por la cual en efecto su Magestad le provee por Gobernador desta ysla y requirió con él al Concejo, Justicia e Regimiento que estavan juntos para que la obedeciesen e cumpliesen, los cuales la obedecieron con el acatamiento debido e por el
Lcdo. Juan Baptista de Ayora, Governador que hasta entonces avía sido desta ysla, le fue entregada la dicha vara de gobernación de esta ysla e fue recibido el juramento que en tal caso se suele e acostumbra hacer e por los señores del Regimiento fue rescibido por tal Governador e puso sus oficiales en esta ysla e dende entonces hasta agora a usado y exercido y exerce el dicho oficio por sí e por sus oficiales, la cual de pedimento e mandamiento del dicho señor Gobernador di la presente que es hecha en la noble ciudad de San Cristóbal que es en la ysla de Thenerife, en 22-IV-1551. Testigos que lo vieron dar: Lope de Azoca e Juan de Cav.., vecinos y estantes en esta dicha ysla.

24- XI -1551 .Que fue recibido por gobernador de esta ysla el señor Lcdo. Miranda por probisión el dicho Lcdo. Hernand Duque e sus oficiales usaron y exercieron dicho oficio de lo cual de pedimento de doña Francisca Bonegas, mujer del Lcdo. Hernand Duque de Estrada, defunto, por sí e como tutora e madre de sus hijos e hijos de H. D., di la presente fee que es hecha. (Datas de Tenerife, libro V de datas originales)



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