sábado, 19 de septiembre de 2015

¡Coño!, ¡Jablen bien que no cuesta nada carajo!





[Menos mal que hice propósito de ser diplomático]

Se supone que una persona inteligente, cuando adopta un comportamiento, el que sea, lo hace siendo consciente de los posibles riesgos y consecuencias que ello pueda acarrearle, sea o no consciente de ello; Se supone también, que detrás de ese comportamiento, existe una base justificativa, coherentemente razonada y razonable que respalde actitudes y hechos. En caso de que sea solo la “mala idea” visceralmente empleada, se corre el riesgo no ya de meter la pata, sino que quedar públicamente en el más escandaloso de los ridículos y tener que afrontar el escarnio de verse convertido en el hazme reír de tirios y troyanos, o que, como vulgarmente se dice, “te meen hasta los
perros...”

 Entre uno que quedó sonado, el otro que parece habérsele escapado de los brazos a la madre cuando chico, y algunos otros más que como mínimo, se aferran a cualquier dato o argumentillo encontrado en el “rastro de Internet” para estar continuamente jodiendo al resto de conmatriotas, con cosas que a veces, hasta un mago asilvestrado de las
montañas de Anaga como yo, le dan vergüenza ajena; Es como si en una joyería te quisieran vender a precio de oro lo que no son sino baratijas de bazar chino, queriendo aparentar ilustración y dominio de la retórica- ficción orweliana, envalentonados por cuatro culichichis [No son más] que les bailan en la palma de la mano y asienten como
fanatizados adeptos del gurú de turno que pontifica desde su columna, al modo de aquellos primeros monjes mendicantes del cristianismo que se subían a una columna, a predicar y escupir su odio visceral sobre quien tuviera la desgracia de pasar por allí o cruzarse en su vida.

Cuando alguien va de frente, sin malicia, no cabe duda que puede equivocarse y cometer errores,  pues de humanos es equivocarse; Pero cuando se viene de malas, de forma rastrera y además dándoselas de listos, queriendo ser los más chulesca o fanfarronamente chachis, se suelen cometer errores de bulto y cálculo que pueden resultar bastante perjudiciales para el Ego propio, y quedar patente a la vista de todo el mundo que toda “la fama” que tienen no es más que “autobombo y soberbia” y una capacidad innata para manipular, insultar, amenazar, chantajear u ver y entender solo lo que les interesa.


Así pues, uno espera que cuando alguien intercambia argumentos y o razonamientos, debería tener en cuenta todo esto, porque lo mismo que uno puede ser razonablemente “diplomático”, lo mismo puede emplear las palabras con su verdadero significado, usando calificativos en lugar de insultos [Aunque vengan a significar lo mismo] que emplearlas como si fueran disparos “a quemarropa”, sin abandonar las buenas formas,
educación, etc. Que, si lo cortés no quita lo valiente, la corrección y asertividad no quitan la razón, sobre todo, cuando se tiene. Y la razón no requiere de fuerza para brillar con luz propia.

Esto debería tenerlo en cuenta la miserable rata que, salida de las alcantarillas del estado espanol y dirigido por una alimaña vengativa que acaba siendo expulsada de todos los sitios donde recala, ha tratado de difamarme usando un Post donde sencillamente digo que una  parte del Movimiento independentista apuesta por participar en elecciones y que otra parte apuesta por la abstención, que no llegan a acuerdos y la situación está bloqueada y no se avanza, por lo que me parece bien que la gente se reúna y debata y acuerde cosas al margen de esos grupos enfrentados y que no solucionan nada. Esto lo presenta el sonado este como “colaborar con espana y me tilda de traidor”; Él y cuatro rebenques más, uno de los cuales, en el Puerto de la Cruz, nos endilgó a mí y al amigo Eduardo Pedro García Rodríguez, un discurso sobre que el Movimiento Independentista tenía que elegir y formar candidatos competentes y serios que presentar a las elecciones.

Y ahora me llama traidor por decir supuestamente algo que no dije y que cualquiera puede comprobar en mi artículo de opinión ¿Influir o Confluir? a propósito de la Buciada del 31 de Agosto en Güimar, que creo publiqué un día antes en los diferentes grupos donde suelo hacerlo.

Si esos “son los errores que cometo”, totalmente inexistentes y esa es la calidad humana y moral de los enemigos que tengo, que me echen diez camiones más o los que quieran, puesto que quiere decir acierto en mis valoraciones y opiniones. Se ve que los cuatro acólitos de la mini secta de este gurú sonado por los estampidos recibidos, no leyeron
nada salvo las acusaciones difamatorias de este fanfarrón mal intencionado y cobarde, como buenos y fieles seguidores sectarios.

También que al “gurú no se le puede pedir más, y que viene a dárselas de listo, quizá creído de su supuesta capacidad intelectual que no posee, que una cosa es tener maña para la maldad, el insulto, la difamación etc., y otra muy distinta proponer alternativas, propuestas coherentes, respetar opiniones ajenas y cumplir los acuerdos y la
palabra dada; Me daría pena de este miserable y pobre diablo ignorante
si no fuera por el daño que hace.

No me siento para nada ofendido salvo en una cosa, en que consideren al resto de conmatriotas tan ignorantes que acepten sin más sus descabelladas y falsas acusaciones sin leer mi Post, y en que crea que con niñerías y triquiñuelas de patio de guardería va a conseguir que me sienta herido o deje de publicar mis artículos de opinión en todos
los Grupos donde habitualmente me lo permiten; Me maravilla la simpleza de quien se cree un artista, un intelectual, un referente ideológico o cualquiera sabe si hasta el salvador de la Matria.

Debería hacer caso de lo que le dijeron un día: Apúntese a la escuela de adultos y sobresalga por su formación y conocimientos, no por ser un despojo humano, simplón y mal intencionado. Chiquita falta de ignorancia que diría acertadamente Pepito Monagas...

Desde la Vieja Fortaleza, Rukaden Ait Anaga.
19 Septiembre 2015

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