lunes, 21 de septiembre de 2015

EFEMERIDES CANARIAS





UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERIODO COLONIAL 1501-1600
DECADA 1551-1560

CAPITULO IX-XXXIX



Eduardo Pedro García Rodríguez


1556.
El año  último de esta cruel y sangrienta guerra contra Francia, no ofreció extraordinarias novedades en el aspecto militar. En enero circularon por las islas rumores de que el pirata Jacques de Sores preparaba catorce navíos contra ellas e inmediatamente don Pedro Cerón, capitán general de Gran Canaria, lo comunicó a la Princesa, quien dispuso de nuevo, como gobernadora del reino" la salida a su encuentro de la flota de guerra española, al mando de don Alvaro de Bazán.

Este zarpó con los navíos de Sanlúcar, rumbo a las Islas Canarias, el 12 de abril de 1556, sorprendiéndole tan formidable temporal a la altura del cabo de San Vicente que tuvo que refugiarse en Lagos. Allí se desarrolló una epidemia que, al afectar a gran parte de la tripulación, estuvo a punto de hacer fracasar la expedición.

Pasado algún tiempo, pudo Bazán hacerse por segunda vez a la mar, arribando a las islas, sin que se pueda precisar la fecha exacta, y desde ella se dirigió a las Costas de Berbería al tener noticia de que navíos moros allí apostados robaban a los barcos canarios pesqueros, que desde tiempos de la conquista realizaban en la vecina costa de África sus faenas. Sin embargo, lo que halló don Alvaro de Bazán en el cabo de Aguer, al amparo de su fortaleza, fueron dos naos inglesas cargadas de toda clase de armas para vender a los moros de Fez, mandadas por un tal "Richarte Guates", pirata de difícil identificación. Don Alvaro de Bazán, no obstante el nutrido fuego que de la fortaleza y los navíos ingleses se le hacía, arremetió impetuoso contra ellas, y después de un fuerte cañoneo por ambas partes, logró rendir a 1as dos naos, capturando 200 prisioneros y apoderándose de un crecido material de guerra entre lanzas, cotas de malla, balas de artillería, plomo y pólvora. Después mandó poner fuego a las siete carabelas y chalupas berberiscas que robaban a los navíos pesqueros canario, y regresó con su presa a la Península para hacer su entrada en Cádiz el 26 de mayo de 1556.

En el palacio del Viso, construido en esta villa manchega por el primer marqués de Santa Cruz, se conservan entre las pinturas que conmemoran sus hazañas, debidas al pincel de los hermanos Juan y Francisco Perola, una que representa el combate que hemos reseñado, en el que limpió las aguas de Berbería-que es lo mismo que decir las costas de Canarias de los piratas moros que infestaban aquellos parajes. (En: A. Rumeu de Armas, 1991)




1556. Protestaron los vecinos colonos, consiguiendo licencia, para vender "frutos de la tierra" en Indias. Disparada la emigración, por deslumbrar la imagen excepcional del indiano triunfante, analfabeto y rico, se obligó al navegante a depositar 5.000 ducados de fianza, como garantía de regreso. Los barcos de Canaria debían incorporarse a las flotas a su paso por las islas, regresando en su compañía hasta Sevilla, para pagar quinto y avería en la Casa de la Contratación, no pudiendo llevar pasajeros. (Luisa Álvarez de Toledo)
1556. La isla de Chinech (Tenerife) los colonos establecidos en la misma rivalizaron con la de Gran Canaria en solemnizar el advenimiento al trono de Felipe II, en tiempos del gobierno de don Juan López de Cepeda. "Pusose el pendon real según nos refiere el historiador Núñez de la Peña en casa de Pedro de Ponte como regidor mas antiguo que vivía en la plaza de San Miguel. ..De ahi lo saco el dicho Pedro de Ponte acompañado de la Justicia y Regimiento", situándolo en un cadalso levantado en la propia plaza "en un mástil, ya los lados del se puso: el Estandarte Real al derecho y al siniestro la bandera general de la isla". Los reyes de armas Alonso Núñez y Bartolomé Barba, que se adornaban "con cotas de raso carmesí e escudos de armas reales en los pechos"-dicen los documentos de la época-, mostraron al pueblo congregado las cédulas de abdicación de Carlos I y proclamación de Felipe II, y entonces el gobernador Cepeda, adelantándose en el estrado, "e puesto el rostro a la plaza dixo: Oyd, oyd, oyd; Castilla, Castilla, Castilla por el ynclito rey don Felipe nuestro señor senper augusto", mientras Pedro de Ponte flameaba el pendón real a los cuatro vientos y las compañías de milicias de toda la isla disparaban las salvas de rigor con arcabuces y mosquetes. A renglón seguido los caballeros de la ciudad, vistiendo "libreas de seda", corrieron cañas y entretuvieron al pueblo congregado, y el acto finalizaba con una espléndida colación en las casas de Pedro de Ponte, quien con su rumbo proverbial obsequió a la nobleza y autoridades "con muchos generos de fruta, de confitura, tortas reales y maçapanes..."
1556.
Los colonos  de Tenerife abstienen licencia de la metrópoli para vender "frutos de la tierra" en Indias. Disparada la emigración, por deslumbrar la imagen excepcional del indiano triunfante, analfabeto y rico, se obligó al navegante a depositar 5.000 ducados de fianza, como garantía de regreso. Los barcos de Canaria debían incorporarse a las flotas a su paso por las islas, regresando en su compañía hasta Sevilla, para pagar quinto y avería en la Casa de la Contratación, no pudiendo llevar pasajeros.

1556. Tedote n Benahuare (Santa Cruz de La Palma) tenía su escuela de gramática que regentaba Pedro Alonso Morón, sin otro sueldo que el salario que le pagaban los alumnos y que el ayuntamiento fijó en 4 doblas por año a cada discípulo.

1556. El Rey español, como compensación a tantas penurias sufridas en la colonia canaria en defensa de sus interese y para premiar la defensa, concedió durante 3 años a las islas de Chinet (Tenerife), Tamaránt (Gran Canaria) y Benahuare (La Palma), el derecho a exportar 5.000 toneladas de frutos a América. También cedió 30 piezas de Artillería y 80 quintales de Pólvora para mejorar las defensas. Hasta finales del 57 se mantuvieron en continua alarma y movilizadas las milicias y castillos de las islas.
 
Tras pasar el peligro, el Tesoro de Méjico, causa de todos estos trastornos y sangre derramada, pudo llegar por fin a Cádiz (España).
 
En el Museo Militar del Castillo de Almeyda, en Añazu n Chinet (Santa Cruz de Tenerife), se conserva una pieza de artillería denomina Tigre que según las crónicas coloniales participo en la Batalla contra Blake. También lo hizo contra Jennings en 1706 y contra Nelson en 1797.

1556. Don Alvaro de Bazan persigue a un pirata ingles que traficaba en armas con los pueblos mazigios del continente para que estos hostigasen a los pescadores colonos canarios frente a Santa Cruz de Mar pequeña.

1556.
Baterías de Roncadores 1 y 2, situadas entre la de la Cruz o del Calvario y el Fuerte de San Pedro se hallaban estas dos baterías, la primera con 2. piezas y la segunda con 3 de bronce, mandadas construir en 1656 por el Comandante General Dávila Guzmán al declararse la guerra con Gran Bretaña, y quedaron en ruinas después del ataque de Blake del 30 de Abril de 1657. (José María Pinto de la Rosa, 1996)

1556. El pendiente de un hilo ya merced Rey de la metrópoli Felipe II había heredado, con sus dominios, el odio concitado de aquellas naciones que, como Francia, tenían intereses antagónicos con los españoles y estaba dispuesta a hacerlos prevalecer. De esta manera la tregua de Vaucelles estaba tan sólo del primero que lo quisiera cortar  fue el papa Paulo IV, perteneciente a la familia napolitana de los Caraffa, que, no obstante haber sido el campeón de la intransigencia contra el protestantismo, ahora encontraba, en su odio contra los españoles y su dominación en ltalia, compatible tal actitud uniéndose en alianza con Enrique II, protector de aquéllos, y con los mismos turcos, enemigos declarados de la Cristiandad.

La guerra volvió así a encenderse por todas las fronteras de Europa, y las autoridades coloniales españolas recibieron orden de declarar rotas las treguas cuando apenas hacía un año que había sido solemnemente proclamado el monarca español y que se habían publicado las paces con Francia.

Cuando se iba apagando el brillo de estas fiestas, volvieron a resucitar merced a las noticias recibidas en el Archipiélago, en la primavera de 1556, de haberse firmado las paces entre España y Francia" acontecimiento que fué conmemorado con "faroles y luminarias" y toda clase de festejos populares, en particular "cañas y sortijas"

Así no es de extrañar la decepción que produjo en la población colonial isleña las noticias difundidas en febrero de 1557 de haberse roto las treguas con Francia, que tuvieron inmediata confirmación oficial. La princesa doña Juana, como gobernadora de los Estados de su hermano, comunicó la infausta nueva a las autoridades españolas del Archipiélago Canario por Real cédula expedida en Valladolid el1 de marzo de 1557, poniéndolas al corriente de cómo el rey de Francia había roto las treguas, violando las fronteras españolas  de Flandes, y conminándolas a llevar a cabo, sin pérdida de tiempo, la publicación del rompimiento y el embargo inmediato de, todos los navíos y bienes de franceses.

Mientras tanto en Gran Canaria había cesado en el gobierno, por segunda vez, don Rodrigo Manrique de Acuña, un poco antes de cumplirse el trienio de su mando (sin duda a causa de las denuncias formuladas contra su gestión) , siendo sustituído por el gobernador y juez de residencia licenciado Pedro Mexía, llegado a Canarias en el otoño de 1556.El 28 de marzo de 1557, en presencia del gobernador Mexía y del capitán general Cerón, fué publicada la guerra, y el 3 de .abril lo hacía en San Cristóbal de La Laguna el licenciado don Juan López de Cepeda.

1556.  Las aguas de las Islas Canarias son testigos del paso de la frustrada expedición de Peyrot de Monluc. Este sujeto, con dos buques de su propiedad y 5 navíos de la Armada francesa, pretendía colonizar la costa de Sudafrica con la ayuda de pilotos Portugueses. Parte Monluc de Burdeos el 23 de Agosto de 1556.Pese a que el rey de Francia Carlos IX les había dado claras instrucciones de no atacar buques y propiedades de España y Portugal, una vez en el Atlántico y tal vez para financiar la expedición, Monluc se dedica al Corso. Después de algunas piraterías, aparecen el 3 de Octubre ante Madeira y saquean Funchal, donde muere el Almirante francés de las heridas recibidas en el combate contra la guarnición portuguesa y tras apoderarse de los buques fondeados en el Puerto.
 
Le sustituye en el mando Louis de Lur, Vizconde de Uza. Se decide volver a Francia no sin antes hacer unas correrías por las canarias, a ver si pescaban algo. Tras haberlo intentado contra Winiwuada (Las Palmas), aparecen ante la Gomera el 1 de Noviembre, permaneciendo 4 días en la Bahía y comerciando con sus habitantes. Estas transacciones comerciales le costaran un proceso de la Inquisición española al Conde de la isla por tratar con Herejes.


1556 enero 27.
PETICION  DE GASPAR DE OLIVARES MALDONADO  DE TIERRA DEBAJO  DE LA MONTAÑA DEL MOJON  JUNTO  AL BARRANCO DE GUAYADEQUE.  Las Palmas.  Muy  magnificos  señores:  Gaspar  de  Olivares  Maldonado,   beso  las manos de vuestras señorias y digo que el año pasado de 1553 siendo alcayde de la fortaleza de Las Ysletas ove pedido  a vuestras señorias  me hiziesen merçed  de dosientas  anegadas  de tierra  poco  más o menos  que  son a la vanda     de  Telde   que   a  por   linderos   de  una   parte   el  barranco   de Guayadeque  aguas vertientes  y de la otra parte otro  barranco  que va por el colmenar  de Burgos aguas vertientes  que va por la vanda de abaxo de las mismas  tierras  a feneçer  al dicho  barranco  de  Guayadeque  y por  la vanda de arriba un lomo que viene de la montaña  del Moxon a dar en las mismas tierras. E por vuestras señorias fue remitida  a su merçed del señor governador  para  que  vistas las tierras  lo proveyese e por  estar  como  yo estuve ocupado  en la dicha alcaydia aquel año e el otro siguiente de 54 no tuvo lugar de entender  en que  se   me efetuase la merçed  e a dias que  e pedido  al escrivano del cabildo  me de la petiçion  para conseguimento y efeto della, el cual dixe que la a buscado y no la alla, e por que a su merçed del señor  governador  e algunas  de vuestras señorias  consta  como  la ove presentado  e como se cometio  al señor governador  e aun el escrivano ara dello  relaçion,  a  vuestras  señorias  suplico  se  an  servidos  de  me  hazer merçed de las dichas tierras como su merçed del señor governador lo tenia proveydo  al pie de la comision  de que  en ello reçibire  merçed.  Besa las manos de vuestras señorias.

…En cabildo XXVII de Enero de IVDLVI años. E por los dichos señores gobernador e regidores vista dixeron que le dan syn perjuyzio de terçero  e el deñor governador dixo que conforme a la rremision del cabildo avia man- dado  que  le diese titulo  dellas en la otra  petiçion  que  antes  avia dado  el dicho Gaspar de Olivares e mandaron que se le de titulo dellas e se asyente en el Libro de Datas.”   (Rafael Sánchez Valerón y Felipe Enrique  Martín Santiago. Génesis y desarrollo del Ingenio durante el siglo XVI)

1556 marzo.

PINEDA, CRUZ DE (ARUCAS)

Topónimo con el que se conoce un barrio situado entre El Cardonal al norte, y, Los Parrales y El Hinojal al sur, situado junto a la carretera de Arucas a Bañaderos (GC-330), asentamiento que nació junto al Camino Real de la Ciudad a Gáldar, que viniendo de Trasmontaña llega a Bañaderos.

El topónimo tiene su origen en los hechos históricos acaecidos en marzo de 1556, que giraron en torno al asesinato del Alcalde Mayor y Coronel de las villas de Gáldar y Guía Hernando de Pineda por Bernardino de Carvajal.

Sobre él nos cuenta Agustín Millares Torres en la Colección de documentos para la Historia de Canarias que legara al Museo Canario que «Pocos, sin embargo, son los conocedores del origen de tal denominación que obedece a que en dicho lugar "dicen que mataron al dicho Pineda fué junto a la montaña de Arucas que es de la parte del dicho barranco de Moya, dos leguas poco más o menos". Origen de tal suceso, que por la calidad de las personas que en él intervinieron debió tener, en los días de su ocurrencia, una enorme resonancia, fueron las divergencias existentes entre Bernardino de Carvajal y Hernando de Pineda, ambos avecindados y propietarios en Galdar, donde era Alcalde el segundo, las que llegaron a revestir verdaderos caracteres de odiosidad recíproca, que tuvieron triste desenlace en el encuentro junto a la montaña de Arúcas, estando de camino para Galdar el dicho Hernando de Pineda».

Nos introduce el historiador en un escenario de enfrentamientos de la sociedad del siglo XVI donde privilegios, poderes y riquezas serán las razones que motivarán los grandes odios entre dos influyentes personajes, uno Bernardino de Carvajal descendiente directo de Fernando de Guanarteme «Rey y Señor que fué desta Ysla de Canária, Conquistador de ella y de las Yslas de Tenerife y la Palma o a lo menos una de las principales personas por quien las dichas Islas se ganaron y redujeron a la Corona Real»; y otro Hernando de Pineda, sobrino recién arribado a la isla para convertirse en el administrador de los bienes de su tío Gerónimo de Pineda, casado a su vez con otra descendiente del Guanarteme.


Además de los enfrentamientos por la posición, se infiere el conflicto de quienes ya estantes en la isla rechazan la ambición de poder del recién llegado, y que además conformará con sus tierras la divisoria de los territorios jurisdiccionales de las villas de Gáldar y Guía en las márgenes del barranco de Guía, una larga historia en la que es necesario profundizar para conocer de las circunstancias.

Los viejos estantes en el norte de la Isla son los descendientes de un hidalgo extremeño llamado Miguel de Trejo Carvajal que se había casado con Margarita de Guanarteme, hija de Fernando de Guanarteme. Del matrimonio nació Bernardino de Carvajal, quien se casó con Melchora de San Juan y tuvieron por hijos a Miguel de Trejo, Alonso de Carvajal, Francisco de Carvajal, Elvira de Malueños y Maigarida Fernandez de Carvajal.

Gerónimo de Pineda que había instituido por testamento la fundación del Vínculo de Bienes de la Hoya de Pineda en Gáldar, al fallecer en 1543 se convierte en poseedor de los bienes su viuda  María de Bethencourt, hija de Maciot de Bethencourt y Luisa Fernández de Guanarteme, que antes de ser bautizada era la infanta Thenesoya Vidina, sobrina del Guanarteme. Se trata de la princesa que Maciot de Bethencourt de Lanzarote raptara en el Bañadero "encandilado por su rutilante belleza rubia", a quien tuvo que devolver a Gran Canaria por las amenazas del Guanarteme.


La arribada a la isla de Hernando de Pineda para ayudar a la viuda de su tío, convirtiéndose en el administrador de sus bienes, sería el inicio de un fulgurante ascenso social que le permitiría casarse con Mariana Díaz de la Mota, hija de Gonzalo de Aguilar, adquirir varios cargos que concluirían con su nombramiento como alcalde de la villa de Gáldar por el gobernador Rodrigo Manrique, posición que le habilitaría para iniciar un continuo hostigamiento a los descendientes del Guanarteme, afectando incluso a la fijación de tributos de los que estaban exentos por su condición.

Su arribada a la isla comportaría también la inquietud de la gran familia del Guanarteme, pues Thenesoya fue el símbolo de la simbiosis de las dos razas y de su síntesis definitiva, y junto con sus primas las hijas del Guanarteme fueron troncos de una dilatada descendencia, emparentadas con las principales familias de los conquistadores, en todas las islas; era así como otro nieto de Thenesoya, llamado como su abuelo Maciot de Bethencourt con propiedades en Gáldar y amigo de Bernardino de Carvajal, aspiraba a ser el heredero de su tía María, viuda de Gerónimo de Pineda. Era la perfecta endogamia de la época que Hernando de Pineda venía a incomodar.

Algunas crónicas cuentan que el primogénito de Bernardino de Carvajal, Miguel de Trexo, fue muerto por un criado de Hernando de Pineda llamado Luis Pérez, quien fue escondido y embarcado protegido por el Gobernador, y que el padre había jurado venganza de acabar con Hernando de Pineda, a quien dio muerte en este lugar el 16 de febrero de 1556, y alterada la versión que corrió por la que fue condenado a prisión y «sin guardar orden ni tela de juicio, hizo cierto auto o sentencia por el cual declaró al dicho Bernardino de Carvajal por traidor y a todos los que de su linaje descendiesen hasta la cuarta generación, y juntamente con esto mandó que las casas de su morada fuesen asoladas y puestas por tierra, y puestas en ella, un marmol como casas de traidores que hubieran cometido crimen lesa Majestatis cometido contra las personas de Estado de Nuestro Rey y Señor».

Meses después los hijos del prisionero Bernardino de Carvajal inician un pleito contra el Gobernador Rodrigo Manrique alegando que «porque el dicho Hernando de Pineda, mostrandose su capital enemigo, dió favor y ayuda a ciertos parientes de su muger mediante lo cual alevosamente mataron a Miguel de Trexo, hijo de dicho Bernardino de Carvajal, y con el dicho favor los dichos matadores no fueron castigados, siguiendo el dicho Bernardino de Carvajal la muerte de su hijo en tela de juicio, y visto que no le alcanzaba, se partió desta Ciudad para la villa de Galdar, donde vivia, y sabido por el dicho Hernando de Pineda, les siguió siendo rogado de muchas personas que no lo hiciese, teniendo como tenia en poco al dicho Bernardino de Carvajal y Maciot de Betancor, su primo, que iban juntos a causa del gran favor que el dicho D. Rodrigo le daba como tal Gobernador juntamente con otras personas principales y poderosas de esta Ysla, y por ello cuando todo rigor de derecho se pudiese ejecutar en el dicho Bernardino de Carvajal pareciendo haber muerto a el dicho Hernando de Pineda, solamente sería la pena del presidio y no la que el dicho Don Rodrigo ha puesto de la nota e infamia al dicho linaje de los Carvajales, por haberlo fecho es digno de muy gran prision y castigo, demas que es obligado a redificar y levantar las dichas casas del dicho Bernardino de Carvajal, con mas todos los daños y pérdidas y menoscabo que por su causa y culpa han padecido y recibido los bienes y hacienda del dicho Bernardino de Carvajal, (...) como a casa de Caballero hijodalgo de solar conocido, fiel y leal vasallo de S. M., sin que en él hubiese caido nota de infamia de traidor ni otra mácula ninguna...».

Sorprende como los hijos de Bernardino de Carvajal reconocen con dignidad que su padre dio muerte a Hernando de Pineda, y que por ello debe cumplir presidio, pero rebaten  y denuncian al Gobernador porque no fue un acto "traidor", sino en defensa propia, y como tal exigen se repongan los bienes y privilegios a la familia Carvajal. De alguna forma asumen que con ello se restituí así la ofensa por la muerte de su hermano por orden de Hernando de Pineda. Acaba el historiador su reseña del documento así: «Según se desprende de lo que puede leerse en el manuscrito fueron absueltos Maciot de Betancor y Bernardino de Carvajal por sentencia que firma el Doctor Messia. (En 1558)».

La placa y cruz en el lugar se cree fue mandada a colocar por alguien de la familia de los Pineda, las cuales crearían el topónimo que da nombre al pago aruquense.(Humberto Pérez)

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